Caminaba sola y lentamente por los anchos y largos pasillos de la secundaria. Me abrí paso hacia la salida. La campana había tocado hacía ya diez minutos lo que indicaba el horario de salida.
Mis amigas habían faltado hoy. Las tres. No se que les pasó. Tal vez hicieron una pijamada y no fui invitada, no lo se. De solo pensarlo humo sale de mis orejas. O les pasó algo. Si fue así, no les sucedió nada grave ya que hablé con Lola esta mañana.Hoy debía caminar hasta casa. La temperatura estaba templada y las calles eran muy transitadas.
Mientras caminaba veía a mis costados la gente hablando feliz, otros tristes. Me gustaría saber en que piensan estas personas.Llegué a casa veinte minutos más tarde. Abrí la puerta y entré dejando mis cosas colgadas en el perchero que se encontraba al lado de la puerta. Todo estaba apagado.
-¿Hola?- nadie contestó- ¿hay alguien en casa?- grité nuevamente. Ninguna respuesta se me fue dada, por lo que entendí que estaba sola.
Fui hasta la cocina, abrí el refrigerador y saqué dos rebanadas de pan, jamón y queso.-Si no hay nadie en casa que cocine, tampoco lo haré yo- hablé para mi misma.
Terminé de preparar mi sandwich y lo comí tranquilamente en el sofá mirando a las Kardashian en mi televisor.
Una hora mas tarde decidí hacer mis deberes.
Ya eran las cuatro y nadie estaba en casa.Salí de mi dulce hogar cerrando la puerta detrás mio. Caminé casi corrí a casa de Lola. Quería saber que le estaba pasando.
Cuando llegué su madre me recibió dulcemente.-Eleonore, cariño, pasa pasa- abrió la puerta por completo dejándome lugar de sobra para pasar.
-Gracias, Sra. Steel. ¿Lola está arriba?
-Si, querida, está allá.Subí y abrí la puerta. Me encontré con todas mis amigas tiradas en la cama con un montón de pañuelos y mantas sobre y alrededor de ellas.
-¿Que pasó aquí?- pregunté. La idea de la pijamada secreta apareció nuevamente en mi mente.
-Phily se enfermó y nos contagió a todas de camino a la escuela, ¡aléjate de nosotras si no quieres morir de un resfriado!- gritó Violet exageradamente.
-¡Ay por favor! Levanten sus culos gordos de ahí y bañense. Huelen a mierda de hace días.Agarré a una por una con una mueca de asco. Primero se bañó Lola, luego Phily y por último Violet.
-Creo que un baño era lo que necesitaba- suspiró una. Todas asintieron.
-Sabia que se sentirían mejor- dije orgullosa- ahora iré abajo a buscar alguna medicina o pastilla, no lo se. ¿Sabes donde están guardadas?
-Eh, no.Bajé a la cocina y abrí todos los cajones como si fuera mi casa. Busqué y busqué, pero no encontré nada. Fui hacia el comedor a buscar a su madre para preguntarle, mas no la hallé. Revisé en todas las salas de la casa. No estaba. Solo quedaba una opción: Derek, el hermano de Lola.
Toqué la puerta de su habitación a lo que respondió con un "pasa". Tenía miedo de pasar por una simple razón, el estaba obsesionado conmigo desde los catorce años y ahora con dieciséis años de edad lo seguía estando.
Me quedé parada en la puerta pensando si debía entrar o no. Me decidí por entrar. Todo sea por mis amigas.-Aquí vamos- dije llevado mi mano a la perilla, pero fue girada antes de que yo pudiera hacerlo.
-Te dije que podías pasa.... Hola- dijo Derek poniendo cara de tonto.
-Venia a preguntarte si sabes donde guarda tu madre las medicinas- respondí seca.
-Eh.... Eh si claro, sigueme- habló bajando las escaleras hasta la cocina- están... ¡Ah! Aquí- abrió un cajón del que sacó una caja medianamente grande- ¿quieres para la resaca, dolor de estómago, cabeza...?
-Ya, calla- lo interrumpí- para un resfriado- me lo dio y se me quedó mirando con cara de enamorado- deja de mirarme así.
Subí la escalera hasta la habitación de Lola y les di una dosis de medicamento adecuada a cada una.
-Debo ir a casa, ¿ustedes se quedarán aquí?- pregunté refiriéndome a Violet y a Phily.
-Mamá me pasa a buscar más tarde- dijo Violet.
-A mi también.
-Entonces me voy a casa.
-¿A esta hora? Ya son las- Lola se fijó en su reloj de muñeca- ocho y media. Esta oscuro afuera.
-Si, no importa. Adiós chicas.
-¡Elle!- me volteé a verla con mi mano en la perilla- mi hermano podría llevarte.
-No es neces...
-Claro que puedo llevarte- dijo su hermano mayor apareciendo por la puerta.
Después de quince minutos de una profunda discusión, me vi obligada a subirme al auto de aquel psicópata.
El trayecto fue silencioso e incomodo para mi, pero no para él que cantaba a todo pulmón cualquier canción que pasaran por la radio.
Llegamos en diez minutos que parecieron una eternidad.-Gracias- dije abriendo la puerta del auto- por traerme. Adiós.
-Espera- tomó mi brazo evitando que me vaya. Se acercó a mi lentamente. Y me besó. Es decir, no fue un beso, fue solo un simple pico en mis labios pero ¡ugh! Derek no es feo, pero es el hermano mayor de una de mis mejores amigas y no puede pasar NADA entre nosotros.
Me alejé y rápidamente bajé del coche. Subí corriendo lis tres escalones de la puerta principal y la abrí.
Corrí hasta mi habitación pero algo me impidió abrir la puerta.-¿A si que tienes novio, eh? ¿Que dirá tu hermano cuando se entere?
-El no es mi novio, Caleb.
-Pues lo que vi por la ventana demuestra lo contrario- habló sonriendo hipócritamente- y no dudé en sacarle fotos.
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Idiota
Teen Fiction¿Quién seria tan idiota como para enamorarse de el? Eleonore Blair, a sus jóvenes 16 años cae en las garras del feroz Caleb Doyle. Ella es algo espontanea e impulsiva. El es engreído y malcriado. Y esa no es la mejor mezcla. Eleonore dirá lo que si...