Capítulo 10. De vuelta a la escuela

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El despertador resonaba en la habitación color rosa, había tenido un agradable descanso. Al fin se sentía en casa.

Ya no más cama incómoda. Ya no más monjas atormentado su despertar... ya no más agua helada al amanecer ni rutinas de belleza apresuradas.
De hecho en la noche Kushina convivió con ella dejándose consentir para que la pelirrosa le aplicase un montón de diversas mascarillas. Ya extrañaba esta paz, que aunque eran cosas pequeñas e insignificantes, importaban mucho para ella, para su bienestar.

Lo único que extrañaba de ese horroroso lugar era al amor "se le podría decir platónico" que conoció. Fue lo único bueno. Esa maravillosa experiencia de tener sexo en adrenalina, nocturno, con un ser que no era de este mundo, alcanzando infinidad de orgasmos, eso sí que lo echaba de menos.

Pero Sakura "es muy temprano para pensar en eso".
Se dispuso a ducharse con agua deliciosamente caliente, cuando su nuevo hermano golpeaba la puerta del baño.
-Oye Sakura! ¿Vas a tardar mucho? Porque de ti sigo yo... espero no se me haga tarde.
-Esta bien, esta bien, prometo salir a tiempo.
-Naruto! Anoche te dije que tomaras tus tiempos.
-Si mamá pero me quedé dormido. ¿Préstame tu baño aunque sea sólo hoy?
-Ni loco, ese es mi baño y es matrimonial solamente. Tendrás que adaptarte a compartir con Sakura.
-Ohhh está bien.

Ambos pensaron que Sakura tardaría mucho más por ser una chica, pero se sorprendieron cuando salió con una toalla en la cabeza, una bata de baño y cepillando sus dientes.
-Sorpresa familia, en el convento me enseñé a ser rápida. Una costumbre que aprendí a fuerza y de mala gana. Naruto, hay que establecer horarios, me gustaría entrar primero, tardo más en el arreglo posterior, específicamente en maquillarme.
-Por mí estoy de acuerdo Sakura, yo soy más decidioso al levantarme.
-Bueno niños, los espero sin falta en el desayuno. También tomen en cuenta su tiempo de desayuno.
-Muchas gracias señora.
-Deja de decirme señora, dime Kushina, con confianza.
-Haré el intento. Le digo así por el enorme respeto que le tengo.

Haruno entró a su habitación, se puso su uniforme escolar, se vió en el largo espejo, vaya que ya lo extrañaba. Ahora la diferencia era que su cabello era corto, al menos caía unos centímetros debajo de los hombros señal de que había crecido un poco.
De hecho, la falda le quedaba un poco grande. En el tiempo que había estado en el internado había bajado de peso. La comida de ese lugar nunca le apetecía, comía sólo lo necesario para sobrevivir y también había extrañado los deliciosos menús de las cafeterías. Vaya que saliendo de la escuela iría a comprar una malteada y un postre.
¿Comprar? Ahora que lo analizaba... no era capaz de pedirle dinero a Kushina. No era su mamá, por lo tanto no tenía esa obligación de darle efectivo o tarjetas... Le quedaba muy poco de lo que su madre le había mandado la última vez. Definitivamente pronto debería encontrar un trabajo de medio tiempo.

Luego estaban los gastos de la escuela. Agradecía que su madre había pagado por adelantado ya que eso aseguraba su lugar en la escuela. Estaban a un trimestre de acabar el segundo año, y todavía faltaba el tercero. Después seguía la universidad. Aún no decidía qué quería estudiar. Pero algo si sabía, que la mamá de Naruto no iba a pagarla. Ya era suficiente con que la haya aceptado en su casa y prepare la comida e incluso el lonche (bento). Eso se lo agradecería hasta la eternidad y no era tan descarada para pedirle más. El resto se lo ganaría por su cuenta.

Después de meditar mientras terminaba de maquillarse bajó a desayunar. Kushina notó una pinza en la cintura que sujetaba la falda de Sakura.
-Oye linda, ¿has comido bien? Bajaste de peso... de por sí te consideraba con una buena figura, cuídate y come bien. Mañana te pondré más ración de comida.
-Kushina... en ese lugar admito que la comida no era deliciosa y mi apetito era bajo. Quizá por eso el uniforme ahora me queda grande.
Un silencio incómodo inundó el comedor.
-Naruto, cuida bien de Sakura, asegúrate que coma y no haga locuras. Te la encargo mucho.
-Sí mami, entre Hinata, Ino y yo la cuidaremos.
-Así me quedaré más tranquila. Bien, que les vaya bien en la escuela!

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