Capítulo 7. Actos que ayudan a olvidar (+18)

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Las visitas al viejo edificio eran constantes, lo hacía un día sí y otro no, ya que la noche que no iba aprovechaba para dormir ya que la noche en que se veían estaba con el demonio alrededor de tres horas.

No sólo se besaban, sino que ella le contaba toda su vida: su madre siendo estricta con ella con sus reglas absurdas, sus amigos de la escuela, sus lecciones de gimnasia... esto último llamó su atención.

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Hace un par de días.

-¿Gimnasia? ¿Es un deporte, no? Poco he escuchado de las actividades que realizan los humanos.
-Sí, te haré una demostración.

Sakura sacó un listón improvisado hecho con algunos retazos de tela que le regaló la costurera del convento y que también le ayudó a cocerlo. Claro, le pagaba por su ayuda. Aún tenía mucho dinero guardado de la última vez que su madre le dió para sus caprichos.

-Observa. Empezó a hacer una serie de majestuosos movimientos con el listón, aunque no eran perfectos ya que el tipo de tela no era el adecuado para éstas prácticas.

El demonio se sorprendió al ver como ella era tan flexible. Como levantaba y abría sus piernas y como tocaba su cabeza con los pies.

-Los movimientos no son perfectos ya que el listón lo envié junto con las cosas que le mandé a mi mejor amiga Ino. Algo tan significativo para mí no lo traería a este lugar, no con el riesgo de poder extraviarlo.
Puedo... aprovechar que vengo contigo para practicar, no lo hago en el día porque no quiero llamar la atención.
-Cómo gustes. Se ve muy interesante.

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Sakura se dirigía al lugar, era media noche. Traía puesto ropa para entrenar ya que aprovecharía para practicar lo que más ama y así su condición nunca empeore. Pero antes de empezar, Sasuke la atrapó entre sus brazos. Ese abrazo sirvió de consuelo para su alma.

Aunque no lo quería admitir, ese lugar le daba náuseas. Ya no quería seguir viviendo en ese internado. Anhelaba huir... sentía que cada día que pasaba iba muriendo poco a poco por dentro. Quería ir al cine, al parque...

Sasuke sí, le ayudaba a sobrellevar su vida pero no era suficiente. Una parte de ella le gritaba que todo eso era parte de su imaginación. Que los demonios no existen en este mundo. Pero ella misma lo negaba creyendo rotundamente en el ser que ahora mismo la estaba abrazando.

-Veo tu alma casi sin luz... muy apagada. Te sientes mal... ¿cierto? Olvídate de tu humanidad, ven conmigo y jamás sufrirás.

Ese ser maligno la tentaba con su propuesta.
-No... aún no puedo, siento que me faltan cosas por hacer...
-Está bien, pero, te propongo algo que ayudará a olvidarte de tu dolor.
-¿A qué te refieres, Sasuke?
-Hagamos el amor, Sakura.

¿Así sin más lo propone? Que atrevimiento...

Pero no hay nada que perder, bueno... sólo la virginidad.

-De acuerdo.

La chica aceptó dar su cuerpo.
Esta noche sería diferente.
Después de un mes de conocer a Sasuke.
Ahora era una experta en besos.

El ángel caído empezó a lamer su cuello, repartiendo pequeñas mordidas. Se enfocó en la clavícula y en lamer el lóbulo de su oído izquierdo. Sabía a cerezos... un aroma dulce característico de ella.
Quitó su blusa junto con su sostén, dejándola al descubierto de su torso. Ella se sonrojó pues ninguno otro había visto esas partes tan íntimas de ella. Sus pezones se veían duros debido al clima frío típico del lugar.

Un motivo para existir ❤️‍🩹💫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora