drunken gods of slaughter, you know i've always been your favorite daughter
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❨ fanfic basado en la saga de los juegos del hambre ❩
↳ 72 ̊ hunger games catching fire mockingjay
╭── ➳ 🕷️ ⦁ 🌊 ⦁ capítulo cuatro hogar de todo aquello con filo ❑❂──╯
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EL CAPITOLIO NOS RECIBIÓ COMO SI FUÉRAMOS dioses a punto de sacrificarnos por nuestro acólitos. Aplausos, gritos, sonrisas y felicitaciones; como si fuéramos suertudos por subirnos a un auto que nos llevaría al Centro de Entrenamiento en el que nos prepararían para morir. Al llegar, Selis nos aseguró que no teníamos nada de qué preocuparnos, solo nos embellecerían antes del desfile de tributos. La exposición en la que cada persona del Capitolio comenzaría a dilucidar por quién iba a alentar para que no muriera primero. No quería que nadie me embelleciera, pero como con el resto de las cosas, no nos dejaron otra opción.
Me separaron del vestido celeste que me recordaba a toda mi familia, a quién era antes de que mi nombre saliera elegido, y me acostaron en una camilla con una camisa azul que por la textura de la tela me recordó a la que se usaba en el Distrito 8 para coser los uniformes de hospital. Me bañaron con una regadera tan potente que de vez en cuando me dolía, pero estaba bastante distraída con los peinados y las rarezas de las personas de allí como para quejarme. Sus ojos eran de colores extravagantes que nunca había visto, tenían un constante rubor rojo furioso en sus mejillas, sus pestañas eran como patas de araña y las narices parecían todo menos narices. Así me entretuve mientras me cortaban el cabello y limaban las uñas, grité un poco cuando me pusieron cera caliente en el cuerpo y luego tiraron de ella con tanta fuerza que me lagrimearon los ojos. Terminaron arrancando unos pocos pelos de mis cejas (las halagaron mucho y me quedé más contenta) y me maquillaron porque me vieron muy pálida.
Selis me encontró en el cuarto donde me dejaron, medio dormida, pero me senté apenas la oí. Su atuendo me hizo sonreír, eran muchas telas de diferentes colores ensimismadas como si fuera un capullo arcoíris recién florecido.
—Ya estás lista para el desfile —fue su saludo, mientras apoyaba sus manos en mis hombros para analizarme con una sonrisa—. Qué hermosos ojos tienes, justo como la maleza.
