2.- DESPEDIDA DE MI VIDA

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Hacía poco más de un mes que Jimin había tenido esa aventura furtiva con ese alfa desconocido.

Hacía poco más de un mes que su padre no le hablaba. Su madre era peor, lo único que en todo ese tiempo le había dicho cada vez que había tenido oportunidad era "eres una vergüenza".

La vida del omega se estaba haciendo cuesta arriba. Sus hermanos lo molestaban más de lo habitual y sus padres no se preocupaban por ponerles un límite.

Era viernes cuando estaba terminando de dar la clase de danzas a los más pequeños, que tuvo que correr al baño. Se había pasado los últimos tres días vomitando a toda hora.

La dueña de la academia y su estimada profesora de baile, la señora Lee, vio a su querido Jimin correr al baño.

Jimin había comenzado a dar clases a los más pequeños desde hacía algunos años, la señora Lee constantemente decía que Jimin era el hijo que no había tenido. Así que le había confiado a los más pequeños y de ahí había salido su idea de estudiar en la universidad para ser maestro de jardín de infantes.

-¿Jimin? ¿Te encuentras bien? - preguntó la mujer del otro lado de la puerta del baño.

-Si, ya salgo - contestó con voz temblorosa el omega, incorporándose de su posición, todavía medio mareado.

Salió del baño y con ayuda de la señora Lee, se enjuagó la boca.

-¿Qué pasa Jimin? - dijo la mujer abrazando al omega.

Jimin no era inocente, teniendo en cuenta que había tenido su primer celo y lo había pasado con un alfa, sin cuidarse, creía que podía estar en cinta y eso lo aterraba hasta la médula. Comenzó a llorar de forma inconsolable abrazado a la mujer.

-Lo siento- murmuró Jimin intentando componerse.

-Oye, habla conmigo Jimin. ¿En qué puedo ayudarte? - Lee estaba realmente preocupada por Jimin, el omega se veía pálido, ojeroso y en extremo abatido.

Desde hacía un tiempo que era la sombra del muchacho alegre y dulce que había sido siempre.

-¿Podemos hablar en otro lado por favor? - no quería hablar allí sobre sus sospechas. Pero necesitaba descargarse con alguien, su mejor amigo y confidente Hanuel estaba, por obvias razones, fuera de chances.

-Ven, vamos a mi oficina - contestó la mujer, tomando la mano del omega y caminando hasta la oficina.

Allí Jimin le explicó lo que había ocurrido, sus sospechas y peor aún sus miedos.

-No se que hacer, mi padre me va a matar y mi madre me va a pedir que me deshaga del bebé  - sollozo Jimin.

-Vamos por parte amorcito, hagamos el test y si realmente estás en cinta. Pensaremos cómo seguir. ¿Qué dices? - dijo la mujer intentando mantener la mente fría.

-¿Me acompaña? Por favor - rogó Jimin, no estaba en condiciones de afrontar semejante noticia solo.

-Por supuesto - respondió la señora Lee con una gran sonrisa, no dejaría solo a su discípulo favorito jamás.

Jimin todavía estaba algo mareado y nauseoso, así que la señora Lee fue por las pruebas. Compró dos marcas distintas por las dudas.

Volvió a su academia y mandó a Jimin a que se la haga.

Tras 5 minutos de espera, las dos pruebas estaban sobre el tocador en el baño.

-No puedo verlas - dijo Jimin muy asustado.

-Voy yo - dijo resuelta la mujer.

Entro al baño y las tomo a ambas. Vio el resultado y lo único que atinó a hacer fue abrazar a Jimin.

AMOR DIFERIDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora