Kim Namjoon se encuentra al mando de la mafia más poderosa en todo el territorio surcoreano. A pesar de su juventud, logró posicionar su clan en la cúspide del inframundo criminal. Su notable destreza en el liderazgo garantizó que la jerarquía de lo...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Los recuerdos de los momentos compartidos que Taehyung pasó junto a Jungkook embargaban su mente con una intensidad abrumadora. Las risas, los abrazos, las caricias delicadas y cada palabra de amor susurrada cada noche antes de dormir estaban destrozando su corazón en fragmentos. ¿Acaso no sería capaz de verlo nuevamente? ¿Volver a sentir sus manos entrelazadas? Las estrellas que reflejaban galaxias enteras en sus ojos, ¿no podría verlas nunca más? ¿Ni siquiera esa sonrisa de conejo que llevaba su nombre grabado en cada curva?
¿Se podía realmente vivir cuando el corazón parecía detenerse? Taehyung estaba convencido de que no, pues en ese preciso instante sentía cómo moría en vida. El dolor que devoraba su alma era jodidamente insoportable. El aire a su alrededor se tornaba denso y sus fuerzas para respirar se desvanecían con cada lágrima que recorría su rostro.
Sentía cómo su alma se desgarraba en fragmentos, y sin poder contenerse más, se entregó al llanto desconsolado. La herida en su pecho palidecía frente al dolor más profundo que carcomía su corazón con una intensidad ardiente, dejándolo en un estado de angustia incontrolable.
Una sensación de incredulidad lo invadió. Todos sus esfuerzos, todo lo que había atravesado para llegar a este punto, parecía haber sido en vano. Al final, se encontraba condenado a vivir sin el amor por el que tanto había luchado. ¿Era este su castigo? Si así fuera, Taehyung preferiría haberse ido al infierno con Jungkook, soportando el ardor de la eternidad juntos, antes que enfrentar este vacío sin él.
Namjoon observaba a su hermano menor con una intensidad abrumadora. A pesar de la seriedad y calma en su rostro, que parecía indicar que no se veía afectado por la situación, Taehyung lo conocía lo suficiente como para percibir su propia angustia. La molestia y la decepción en Namjoon eran evidentes, pero presenciar a Taehyung en un estado tan desolador no era algo que le reconfortara en absoluto.
Sin decir palabra alguna, se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia la salida dispuesto a marcharse. No obstante, antes de salir se detuvo.
—Algún día entenderás, que era lo mejor —expresó con firmeza antes de abandonar la habitación.
Incluso la abrumadora soledad que rodeaba a Taehyung en ese momento no podía igualar el inmenso vacío que sentía en su corazón. La noticia de la muerte de Jungkook lo golpeaba de manera devastadora. ¿Cómo se suponía que viviría ahora luego de haber tocado el cielo a su lado? Toda su determinación estaba siendo drenada.
Quería estar con él, quería morir.
Desde ese momento, el ánimo de Taehyung decayó drásticamente. Rechazaba cualquier alimento que le ofrecían y se negaba rotundamente a tomar los medicamentos. Anhelaba simplemente desvanecerse para buscar en el infierno a aquel que le había prometido un amor eterno.
Cuando su comportamiento fue reportado a su hermano, este no tardó en regresar para visitarlo al enterarse de la situación. Al verlo entrar a la habitación, Taehyung pudo notar su evidente enfado, pero sinceramente, no le importaba en lo más mínimo.
