Kim Namjoon se encuentra al mando de la mafia más poderosa en todo el territorio surcoreano. A pesar de su juventud, logró posicionar su clan en la cúspide del inframundo criminal. Su notable destreza en el liderazgo garantizó que la jerarquía de lo...
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Cuando el avión aterrizó, un equipo médico del nuevo hospital donde Taehyung sería ingresado ya estaba esperando por él. Lo movilizaron con mucho cuidado en todo momento. La ansiedad envolvía a Kim, ya que no pudo ver nada durante el trayecto, generándole una inquietud abrumadora al no conocer su ubicación. Si no fuera por la constante presencia de Yoongi a su lado, la angustia posiblemente lo habría consumido por completo.
—¿En dónde estamos? —preguntó Taehyung intrigado una vez terminaron de instalarle en la nueva habitación del hospital.
—Estados Unidos —respondió Yoongi sin entrar en detalles.
Taehyung no lograba entender por qué continuaban ocultándole información, una incógnita que despertaba su genuina intriga. No obstante, en ese momento, su principal enfoque era su recuperación y cuidado, especialmente por el bienestar de su bebé. Por lo que decidió restarle importancia a la incertidumbre que lo rodeaba, centrándose en su salud y la de su pequeño.
—¿Dónde vamos a vivir? —cuestionó el menor con curiosidad.
Al escucharlo, Yoongi abrió sorprendido los ojos y un leve rubor decoró sus mejillas mientras apartaba la mirada. Taehyung se vio confundido por su reacción.
—¿Qué pasa, Yoonie? —preguntó, buscando la mirada de Yoongi. Una enorme sonrisa iluminó el rostro del mafioso cuando sus ojos se encontraron.
—Nada, es solo que sonó como si fuéramos una pareja —murmuró con cierta timidez, aunque la alegría en sus ojos era evidente, logrando que Taehyung se sonrojara—. Pero no te preocupes por eso, el Clan Kim tiene una alianza con los norteamericanos, así que tenemos territorio por aquí. Nos estableceremos en una de las casas que poseemos —explicó con una sonrisa, tomando la mano de Taehyung con suavidad.
—Ya, de acuerdo —Taehyung asintió—. ¿Cuánto tiempo se supone que debo quedarme aquí? —preguntó con impaciencia. La verdad es que estar rodeado de personas desconocidas no era algo que le agradara en absoluto; preferiría marcharse pronto a lo que sería su nuevo hogar.
—Debes permanecer aquí hasta que estés completamente recuperado. Una herida de bala no es cualquier cosa, Taehyungie. A pesar de no haber afectado ningún órgano, necesita ser cuidada adecuadamente para prevenir infecciones, y también debemos monitorear cómo responde tu cuerpo a la lesión.
Taehyung se sumió en el silencio, soltando un profundo suspiro; parecía que su estancia en el hospital se prolongaría más de lo esperado. Su atención se desvió hacia la mano de Yoongi, que sostenía la suya, y apretó con más fuerza el agarre.
—Yoonie, ¿puedo pedirte un favor?
—Lo que quieras, Taehyungie —respondió inmediatamente con firmeza, atento a cualquier solicitud que el menor pudiera hacer.
—Por favor, n-no me dejes solo... —musitó Taehyung con dificultad, sintiendo un nudo formarse en su garganta y sus ojos llenarse de lágrimas.
La ansiedad lo estaba consumiendo; Yoongi lo percibió por la firmeza con la que Taehyung agarraba su mano y el leve temblor presente en ella. El mafioso le dedicó una sonrisa llena de ternura y, con gran delicadeza, se acercó a Taehyung para rodearlo con sus brazos, buscando transmitirle seguridad.
