Kim Namjoon se encuentra al mando de la mafia más poderosa en todo el territorio surcoreano. A pesar de su juventud, logró posicionar su clan en la cúspide del inframundo criminal. Su notable destreza en el liderazgo garantizó que la jerarquía de lo...
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Conversar con Namjoon fue un bálsamo para Taehyung, permitiéndole liberar gran parte del dolor que guardaba en su interior. Un anhelo palpable latía en su corazón, deseando fervientemente que, sin importar lo que ocurriera en adelante, su hermano aprovechara la oportunidad de vivir con plena libertad.
Desde el instante en que sus padres partieron, Namjoon se aferró a la convicción de que la responsabilidad de liderar el negocio familiar descansaba sobre él. No obstante, con la transición de esa carga hacia Taehyung, anhelaba que su hermano pudiera descubrir su propia felicidad y labrar su propio camino.
Al regresar a la sala de espera, Jungkook ya se encontraba ahí aguardando por su novio. En el instante en que lo divisó, se puso en pie, clavando una mirada intensa en él, a la espera de volver a tenerlo entre sus brazos.
Taehyung esbozó una ligera sonrisa, listo para acercarse a Jungkook. Sin embargo, se sorprendió al sentir la mano de su hermano agarrando la suya de manera repentina. Al girarse para mirarlo, una inquietud llenó su pecho al percatarse de la seriedad en la mirada de Namjoon dirigida hacia Jungkook. La falta de comprensión lo abrumaba, sin saber cómo debía reaccionar. En ese momento, Namjoon empezó a caminar hacia el azabache, llevando consigo a su hermano menor.
Cuando estuvieron frente a frente, intercambiaron miradas profundas e intensas. Tras un momento en el que la tensión se podía palpar en el aire, Namjoon soltó un profundo suspiro. Extendió la mano que sostenía la de su hermano y expresó con seriedad.
—Cuida de ambos.
Jungkook guardó silencio, limitándose a asentir antes de tomar la mano de su novio. Namjoon observó a Taehyung por un instante y luego regresó a la esquina de la sala donde había estado sentado previamente.
El menor no comprendía completamente lo que había sucedido, pero anhelaba creer que esa era la manera de su hermano mayor de expresar su deseo genuino de que fuera feliz. Sus labios esbozaron una ligera sonrisa, y una sensación de calidez llenó su pecho. Aunque no era lo que esperaba, de alguna manera representaba un inicio, lo que le proporcionó una sensación de calma.
—Supongo que lo aceptó —mencionó Taehyung con una suave sonrisa, que se desvaneció al notar la profunda seriedad en el rostro de Jungkook—. ¿Qué pasa, amor?
El mafioso soltó un suspiro pesado, negando con la cabeza. —No es nada. Es solo que me resulta difícil perdonar todo por lo que nos hizo pasar.
—Lo entiendo, no necesitas presionarte, para mí también es difícil —declaró con una sonrisa triste.
Jungkook lo observó por un momento, y lo envolvió entre sus brazos.
—Solo porque se trata de tu hermano, haré el intento —murmuró con suavidad, separándose para besar los labios de su novio, lo que logró aliviar el corazón del menor.
Taehyung era plenamente consciente de que el camino que habían transitado no había sido fácil, y el que se extendía ante ellos tampoco lo sería. A pesar de ello, anhelaba creer que a partir de ese momento, las cosas empezarían a mejorar. Lo único que necesitaba en esos momentos era la certeza de que Yoongi estaría bien. La espera prolongada solo conseguía llenar su corazón de angustia, experimentando una asfixia emocional.
