La muerte de un Afton

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El alma que por algún tiempo habitó dentro del traje de Glamrock Freddy cayó desde lo más alto del abismo, hasta impactar directamente contra el suelo oscuro. Desubicado, el adulto se levantó del suelo, solo para darse cuenta de que su cuerpo había cambiado

"¿Qué de-? ¿Qué me ha pasado? ¿Por qué soy más flaco? ¿Por qué mi color de piel es diferente? ¿¡Y este uniforme morado!? Acaso... ¿Me he vuelto un humano?"

Preguntó Freddy sin entender qué demonios estaba pasando. Y era razonable que estuviese tan confundido, después de todo, ya no recordaba nada referente a su vida pasada como humano. Absolutamente, nada, ni siquiera su propia apariencia

"Jejejeje... Hola, Michael..."

Dijo una misteriosa voz en la oscuridad, llamando al espíritu por su verdadero nombre

"¿Quién anda ahí?"

Preguntó él poniéndose a la defensiva y preparándose para pelear si es que la situación lo ameritaba. De repente, la figura de un conejo dorado y alto salió de lo más profundo de aquel vacío obscuro y maligno...

"¡Aaaaaaaaaah!"

De manera instintiva, lo primero que hizo el hombre fue soltar un intenso grito de horror. No reconocía aquel conejo amarillo como tal, pero era consciente de que su presencia ahí no era nada de lo que alegrarse. Y sin darle tiempo a reaccionar, el conejo antropomórfico se abalanzó contra él, dándole un fuerte empujón que lo mandó a volar

"No me gusta que al final de todo te tenga que matar de esta forma... Me hubiese gustado más acabar contigo cuando aún era una amalgama gigante y todopoderosa, ¿Pero qué se le va a hacer? Supongo que esta es mi única alternativa..."

Explicó el asesino acercándose lentamente a su presa, la cual, a duras penas podía levantarse del suelo. Y cuando consiguió ponerse en pie, la patada sorpresa realizada por su propio padre lo dejó tirado en el suelo otra vez

"Tú y tu hermano habéis destruido mi enorme amalgama. ¡Pero lo único que habéis conseguido con eso, ha sido retrasar mis planes! He conseguido guiar mi alma hasta tu cuerpo. Cuando acabe contigo, tomaré el control del animatrónico de Freddy, y con eso, conseguiré continuar con mis planes. Puede que no sea lo mismo, ni tampoco podré sentir esa sensación de poder inmenso otra vez, pero no importa, con ese cuerpo ya estaré más que satisfecho"

Dijo William agarrando del cuello a Michael y levantándolo como si fuese un simple muñeco de trapo. Con sus simples manos, aplastó su tráquea y le hizo sentir un dolor inimaginable. El castaño intentó de todo para salvarse: Golpeó, arañó, pateó, gritó... Pero nada funcionó, ese monstruo lo sostenía con demasiada fuerza, tanta, que escapar de ahí parecía algo simplemente imposible

"Mierda... ¿Cómo demonios salgo de aquí? No puedo hacer nada... Está... Todo... Perdido..."

Pensó él con su último aliento, sintiendo como sus posibilidades de sobrevivir iban reduciéndose más y más

"You can't"

Dijo el hombre burlándose de la desesperación que sentía su hijo en ese momento. William podía sentir todo ese dolor y angustia... Y era delicioso... DEMASIADO delicioso. Pero antes de que el alma del muchacho muriera por el débil estado en el que se encontraba, el conejo decidió arrojarlo por tercera vez consecutiva al suelo. El espectáculo estaba lejos de terminar

"Hey... Hey... Hey... No te desvanezcas tan rápido, hijito, a falta de esos niños, tú serás un buen reemplazo. Te tendré como una fuente constante de agonía, gracias a ti y a tu sufrimiento, conseguiré hacerme más poderoso cada segundo. Dile adiós al mundo, Michael"

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