De vuelta a casa

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"Agh... Menudo día... Entro a ese centro comercial apestoso otra vez, casi muero por culpa de la furra esa, descubro que Afton en realidad sigue vivo y ahora Evan necesita mi ayuda para algo, y lo peor de todo, son como las 2 de la noche y mañana tengo clases. Ahora mismo creo que la opción de tirarme de un edificio no sería tan mala idea"

Pensó Gregory mientras caminaba por las oscuras calles de Hurricane, estresado por todo lo que estaba viviendo en ese momento. Irónicamente, nada de esto hubiera pasado si no hubiese conocido a Clay, lo cual, aunque no lo parezca, era bastante coincidencia, pues esto sucedió debido a que Vanessa lo apuntó a la misma escuela que iba el chico, y a que fue asignado a la misma aula que el Emily, cosa que tenía muy bajas probabilidades de pasar. ¿Será todo esto obra del destino? Quien sabe, de igual forma, el muchacho tampoco se iba a romper la cabeza pensando en eso, lo único que quería hacer era llegar a su casa y echarse una buena siesta reparadora, por más que esta solo dure unas 5 horas y media como mucho. Tras caminar por bastante tiempo, el castaño finalmente llegó a su casa, abrió la puerta con cuidado de que nadie lo viera, y se coló en esta misma sigilosamente. Al entrar, lo primero que se percató era de la luz que provenía de la habitación de Vanessa

"Extraño"

Pensó él caminando de puntillas para no alertar a nadie. Lentamente, el muchacho se aproximó hasta la puerta abierta de la habitación, extrañado por el nulo ruido que hacía la mujer pese a estar "despierta" Y al revisar, se dio cuenta de lo que pasaba. Vanessa se encontraba con la cabeza apoyada en el escritorio, completamente dormida y agotada por el trabajo que estuvo haciendo todo el día. La laptop en frente suya estaba aún encendida, con aún la pantalla de aquel juego en fase pre-alpha iluminando el blanquecino rostro de la fémina. Y en el suelo, yacía tirado la pequeña nota de cosas a resaltar que la mujer apuntaba mientras lo jugaba, desde bugs, glitches, crasheos constantes, hasta incluso mecánicas pésimas que no debían de introducirse por lo aburridas que eran. Aquel juego que le habían comandado probar era absurdamente malo, absolutamente aburrido y somnoliento, tanto, que acabó provocando que Vanessa se acabara durmiendo

"Vaya... Desde que se puso a trabajar como beta teaster otra vez, ha estado con el ordenador todo el tiempo..."

Pensó Gregory aproximándose al cuerpo dormido de su "madre" Para así darle un buen besito de buenas noches

"Descansa bien, mami"

Susurró él teniendo cuidado de no despertarla, para justo después agarrar una manta cerca de ahí y cubrir a la fémina con esta misma. Y ya sin tener nada más que ver o hacer, el chico salió de la habitación bajando la pantalla de la laptop, apagando la luz, y cerrando la puerta cuidadosamente. Era curioso, con solo ver a su figura maternal por unos segundos, parecía que ya se había olvidado de todos sus problemas, pues ahora ya no se encontraba estresado ni triste, sino que, en contra de toda lógica, se encontraba tranquilo y sonriente. Y ya sin nada más por ver o hacer, el castaño terminó yendo a su cama no sin antes cepillarse los dientes, listo para cerrar los ojitos y echarse una buena siesta...

...

"Gregory, a levantarse, es hora de ir a la escuela"

Dijo Vanessa entrando a la habitación de su hijo adoptivo para despertarlo, el cual, tenía unas buenas ganas de morirse por el sueño que aún tenía

"Ay... 5 minutos más..."

Pidió él poniéndose la almohada encima suyo para evitar que la luz de la bombilla le diese en la cara

"Ni 5 minutos ni nada, que luego llegas tarde, venga, a levantarse"

Ordenó ella nuevamente yendo hacia él para así despertarlo de manera más brusca en caso de que volviera a desobedecerla

"Solo 5 minutos... Te lo prometo"

Repitió el chico nuevamente, y ante tal respuesta, la poca paciencia que tenía la peli rubia con los niños se agotó y rápidamente le quitó la almohada de las manos para así obligarlo a levantarse. Grata fue su sorpresa, cuando se percató de que en los ojos de su hijo, habían unas oscuras y grandes ojeras causadas por el cansancio

"Gregory... ¿Y esas ojeras? ¿Estás bien? Ayer te fuiste a dormir a las 10 pero pareces aún cansado, ¿hay algo que me estás ocultando?"

Preguntó la adulta preocupada por la salud de su hijo. A lo cual, Gregory, dándose cuenta de que su madre estaba más cerca que nunca de descubrir su "secreto" No le quedó de otra que forzar su cuerpo a levantarse aún con el cansancio y fingir tener energía

"¿Yo? ¿Cansancio? Pfff... ¡Que va! Mira, uno, dos, uno, dos..."

Dijo con una sonrisa forzada en su rostro mientras hacía un par de jumping jacks para fingir estar bien

"Es más, estoy tan bien, que creo que ya se me ha quitado el sueño, y tengo pipí, jiji... Adiós, nos vemos luego"

Terminó diciendo para acto seguido, saltar directo al suelo e ir corriendo al baño para fingir que tenía ganas de mear. Al llegar, lo primero que hizo fue cerrar la puerta con seguro y comenzar a suspirar aliviado por haberse librado de semejante situación

"Oh... Dios... Nunca antes la había sentido tan cerca..."

Dijo el chico comenzando a tranquilizarse poco a poco, aprovechando también que se encontraba ya en el baño, para así limpiarse la cara y prepararse para el día. Su estrategia para no ser descubierto era simple y con varias fallas, pero era su única opción: Salir de su hogar lo antes posible sin que Vanessa lo viera directamente a la cara, si hacía falta, hasta se saltaría el desayuno y llegaría al colegio muerto de hambre. Y con dicho plan en mente, el castaño rápidamente salió del baño, fue a su habitación, se vistió y finalmente fue a la puerta de su casa con la mochila en sus espaldas

"Gregory..."

Dijo la mujer a sus espaldas, fue ahí en donde el miedo invadió al castaño, su plan parecía que iba a funcionar y justo al final parecía haber fracasado, su madre le había llamado la atención y era claro el por qué... Quería verle la cara...

"Te has dejado el almuerzo"

Dijo sacando el bocadillo que siempre le preparaba a Gregory por las mañanas, en ese momento el chico pudo sentir como su corazón, detenido por el miedo, recuperaba el pulso y volvía a latir con normalidad

"Huy, jiji, que tonto... Gracias, adiós"

Dijo Gregory agarrando su almuerzo sin dirigirle la mirada a su madre, acto seguido, salió corriendo directamente a la escuela...

...

"Buenos días, Clay, no te vas a creer lo que me pasó hoy, mi madre estaba por..."

Y antes de que el muchacho pudiera acabar su frase, pudo percatarse de la marca que tenía su amigo en la mejilla, la cual, tenía la forma de la palma de una mano, y claramente, su descubrimiento no pasó desapercibido por el peli rubio

"No... Preguntes..."

Le ordenó él tratando de aguantar las ganas de llorar, recordando todo lo que le pasó anoche con su padre...

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