El comienzo del final

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Decenas y decenas de personas salieron de sus vehículos, asustadas y en shock por el inusual suceso que estaba aconteciendo en la ciudad. Muchos de ellos, con el objetivo de inmortalizar el momento, sacaron sus teléfonos inteligentes y comenzaron a grabar la situación, enfocando principalmente a la enorme tormenta con forma humanoide que aterrorizaba a Hurricane. Y fue entonces cuando, de repente, todo el caos se desató...

Un terrible huracán azotó a la ciudad ocasionando innumerables destrozos, el suelo temblaba como si un fuerte terremoto estuviera sacudiendo toda la zona con intensidad. Grandes inundaciones ocasionadas por las fuertes lluvias, sumergieron casas enteras en la más absoluta penumbra, y por si fuera poco, en caso de que todos esos fenómenos meteorológicos no fueran suficientes, un nuevo problema llegó para empeorar aún más la situación...

Los coches que residían en el tráfico comenzaron a elevarse por cuenta propia, como si algo o alguien los estuviera levantando con alguna clase de telequinesis. Ya en el aire, los miles de coches se deconstruían hasta básicamente convertirse en puras piezas de basura y chatarra. Pero esto no solo le ocurrió a los vehículos... Toda cosa que contuviera metal o plástico, ya sean aparatos electrónicos, herramientas, o incluso edificios enteros, perdió su elemento metálico y se quedó sin absolutamente nada de metal. Muchos aparatos dejaron de funcionar, y los edificios más grandes se desestabilizaron y colapsaron debido a su propio peso. Y para terminar con broche de oro, todo ese metal y plástico robado se concentraba en diferentes puntos de la ciudad. Las piezas de chatarra y basura se mezclaban entre sí de una manera ilógica, creando aberraciones que adoptaban figuras vagamente humanoides de gran tamaño, que medían por lo menos unos 6 metros de altura. En tan solo unos minutos, cientos y cientos de amalgamas hechas de metal y basura se formaron por toda la ciudad, ocasionando aún más caos y destrucción gracias a su fuerza bruta.

Todo era un auténtico caos, el lugar parecía el mismísimo infierno. Los policías locales intentaban desesperadamente detener a las bestias gigantescas con sus armas, pero nada funcionaba, esas cosas resistían disparos como si se tratasen de simples granos de maíz. Y a todo esto, nuestro grupo principal se encuentra en medio de todo este caos y sufrimiento, admirando con pavor y angustia la deprimente situación actual

"Yo... Yo pensaba que Afton era un problema... ¡Pero esto es mil veces peor!"

Exclamó Luis viendo horrorizado todo el caos que aquella entidad hecha de nubes ocasionaba con su inconmensurable

"Agh... Carajo... Estamos perdidos... Creo que ya no hay manera de salvarse, este es el final..."

Comentó Evan arrodillándose y dejándose caer en el suelo. No iba a luchar, no iba a resistirse. Simplemente aceptó su destino y se rindió

"Evan... ¿Qué estás diciendo? ¡No! ¡Las cosas no pueden terminar así! ¡Tiene que haber alguna manera de derrotarla!"

Dijo Gregory yendo con su compañero espiritual para levantarlo e intentar darle algo de "ánimos". Pero por obvias razones, sus palabras no hicieron efecto positivo alguno en el espíritu

"Gregory... Antes, conseguimos superar los problemas, gracias a que estos no representaban una amenaza tan grande. Digo, Afton era un tipo duro, pero ni de lejos era un peligro de este calibre... Ya no podemos hacer nada más, no solo nosotros estamos perdidos, toda la humanidad... ¡El mundo entero está condenado!"

Respondió el Afton manteniendo aún su actitud pesimista y desesperanzadora, permaneciendo tirado en el suelo como simple basura

"¿El mundo entero? Jajajajaja... Evan... No digas tonterías... ¿Cómo vas a pensar que la humanidad entera está condenada? ¿Qué hay del gobierno? ¿Y los militares? ¿Y qué me dices de las bombas atómicas?"

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