Capítulo 8

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Pov Lisa

Vuelvo a acomodarme con cuidado. Suspiro y trato de conciliar el sueño. Aunque aún no suena la alarma, sé que no tardará en hacerlo. Es lunes de nuevo, y mi rutina está por regresar. No quiero levantarme, desearía poder tomarme el día libre hoy, pero tengo muchas cosas que hacer. Además, papá ha decidido organizar una reunión del comité en la sede principal hoy. He estado hablando con él todo el fin de semana; parece que su decisión de finalmente retirarse y dejarnos a alguno de nosotros a cargo se está acercando. Tengo tantas cosas en qué pensar: quién tomará su lugar, mi matrimonio, la próxima colección... Son tantas cosas que no he podido apartar la vista de la pared. Intenté relajarme este fin de semana, pero lo único que logré fue cerrar algunos negocios para esta semana, y escuchar a mi padre durante más de media hora hablándome sobre cómo debo seguir llevando mi vida perfecta.

Abro los ojos de nuevo cuando ella se mueve. Su mano se desliza hacia mi abdomen y comienza a acariciarlo con suavidad, siguiendo la línea firme de este. Siento sus labios besando mi hombro y su aliento rozando mi piel.

- ¿Estas despiertas? – dice con voz ronca.

- Sí – respondo suavemente, casi en susurro.

- ¿No has podido dormir? – atrapa mi lóbulo con sus labios.

- No – cierro los ojos.

- ¿Quieres que te ayude a relajarte? – me volteo quedando al frente de ella.

- Sería un honor – me besa.

Salgo del baño con la toalla rodeada en mi cintura. Mis pequeños senos estaban al aire, y las gotas cae, resbalándose sobre mi piel. Ella levanta la mirada y sonríe.

- ¿Mejor? – asiento - ¿Qué tienes que hace hoy? – tomo aire y empiezo aplicarme crema.

- Tengo una reunión hoy con papá y un par de cosas – empiezo a vestirme.

- ¿Llegarás tarde? – la miro.

- No, claro que no. ¿Por? – Se acomoda en la cama. Sus largas y hermosas piernas quedan a la vista.

- Quiero cenar hoy contigo, hace tiempo que no lo hacemos – asiento.

- Está bien. Trataré de llegar lo más pronto – digo sin compromiso.

- Está bien, entonces a las ocho – asiento.

- A las ocho – me pongo la chaqueta – adiós – me coge del cuello y me besa.

- Adiós, mi amor – me alejo.

Abro la puerta del garaje y saco mi auto. Como siempre, conduzco hasta mi empresa. La mañana está tranquila y no hay mucho tráfico. Golpeo mis dedos al ritmo de la música mientras avanzo. Faltaba poco para las 6, voy en buen horario. Observo el anillo en mi mano y suspiro. Decido quitármelo y guardarlo en la guantera.

Estaciono el auto y salgo. Me dirijo al elevador mientras reviso mi celular y respondo algunos mensajes. Entro en la cabina metálica y observo el letrero que va cambiando de número. Saco de mi bolsillo la moneda que siempre cargo y la juego con mis dedos, manteniéndola en el aire. La lanzo justo cuando las puertas del ascensor se abren y la cojo al salir.

Salgo del elevador, asegurándome de que mi traje esté perfectamente planchado, y me dirijo hacia mi secretaria.-

Sana – me mira.

- Buenos días, señorita Lalisa – me pasa las llaves y el celular – que tenga un buen día.

- Gracias – abro la puerta.

Me encierro en mi oficina. Dejo la maleta a un lado y me siento en mi escritorio. Miro el cielo oscuro y frío.

- Otro día más – susurro.

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘐𝘴 𝘕𝘰𝘵 𝘖𝘷𝘦𝘳: 𝘛𝘏𝘌 𝘔𝘖𝘋𝘌𝘓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora