Infancia de Marina

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La destrucción de un Reino de Sirenas tras un saqueo y el abandono de una sirena bebé en la orilla, marcan el comienzo de una historia sorprendente.

Marina, con su cola de pez, lloraba desconsolada en la orilla del río, hasta que sus extremidades inferiores se convirtieron en dos piernas.

Por casualidad, unos reyes que pasaban por allí la encontraron y, al no poder tener hijos, la adoptaron. Como fue encontrada en la orilla, la bautizaron "Marina".

Marina creció rodeada de amor y cuidados, pero siempre sintió que algo no encajaba bien en su vida.  Ella anhelaba el mar, la libertad y conocer a los piratas. A pesar de que sus padres le prohibieron hablar con los piratas, Marina decidió desobedecerlos. No quería conformarse con los estándares de las niñas elegantes y educadas que se suponía debía seguir, sino que anhelaba ser aventurera y valiente.

La princesa Marina solía ser castigada frecuentemente en su habitación por correr por los pasillos del castillo junto a dos niños  (Niña y niño) que servían allí. Como miembro de la realeza, a Marina se le prohibía correr y participar en actividades similares.

Pero Marina no podía evitar su espíritu aventurero y continuaba desobedeciendo las reglas.

Sin embargo, llegó un momento en el que se cansó de ser castigada y aceptó su papel como princesa.

Mientras paseaba por la feria en su disfraz de pobre, Marina avistó a un pirata adulto joven caminando cerca de ella. A pesar de sentir un fuerte deseo de conocerlo, decidió no hacerlo ya que era solo una niña y optó por dejarlo ir sin ser descubierta.

Mientras recorría la feria, disfrutando de los diferentes puestos y juegos que ofrecían, ella encontró un collar en el suelo. Sin pensarlo dos veces, lo recogió y lo guardó consigo.

Marina se sentía emocionada y fascinada por el ambiente de la feria, y se le ocurrió la idea de participar en el concurso de disfraces que se llevaría a cabo más tarde esa noche. Decidió que crearía su propio disfraz para impresionar a todos los asistentes.

Después de recorrer la feria en busca de materiales y accesorios, Marina finalmente logró crear su disfraz. Se había convertido en una hermosa mariposa con alas brillantes y un vestido colorido. Cuando llegó el momento del concurso, Marina se presentó con confianza en el escenario y desfiló frente a la multitud.

A pesar de que había muchos otros disfraces impresionantes, el de Marina fue elegido como el ganador del concurso. La gente aplaudió y gritó su nombre mientras ella se sentía feliz y orgullosa de su creación. Fue una noche inolvidable para Marina, llena de diversión y aventura en la feria.

La noche estaba llena de aventura y diversión en la feria hasta que su tía la toma de la oreja y la regresa al reino.

Marina se despidió de la feria con un poco de tristeza, sabiendo que tendría que regresar pronto al reino donde vivía, su tía era bastante estricta con ella. Pero la emoción de la noche aún la mantenía en un estado de felicidad, y sabía que siempre tendría esos recuerdos para atesorar. Mientras se alejaba de la feria, Marina se prometió a sí misma que volvería algún día y viviría más aventuras emocionantes como esa.

Marina se dirigió a su habitación, emocionada por su victoria en el concurso de disfraces. Mientras se sentaba en su cama, recordó el collar que había encontrado en el suelo de la feria. Lo sacó de su bolsillo y lo examinó de cerca. Era hermoso, con un diseño intrincado y brillantes piedras preciosas incrustadas en él.

Marina se preguntó quién podría haber perdido un collar tan hermoso en la feria. Decidió que lo guardaría en secreto y lo usaría como un recordatorio de su noche emocionante en la feria. Mientras se acostaba en su cama, Marina siguió soñando con todas las aventuras que había tenido esa noche.

Mientras Marina examinaba el collar que había encontrado en la feria, Keith se encontraba en la playa, recordando el collar que había perdido cuando era un niño. Lo había encontrado en la orilla del mar y lo había guardado durante años como un tesoro. Pero un día, se dio cuenta de que había desaparecido y nunca lo había vuelto a ver.

Keith se preguntó si alguien más habría encontrado el collar y lo estaría disfrutando tanto como lo había hecho él. Se sintió un poco triste al pensar en ello, pero también sabía que tenía muchos otros recuerdos felices de su infancia en la playa.

Mientras caminaba por la orilla del mar, Keith decidió que buscaría más tesoros ocultos en la playa. Sabía que nunca encontraría el collar perdido, pero siempre habría nuevas aventuras por descubrir en la playa que tanto amaba.

Keith se sorprendió cuando un día se encontró con un pintor que estaba trabajando en un cuadro de Marina usando el collar que él había perdido. Reconoció el collar al instante y se dio cuenta de que Marina lo tenía ahora.

A pesar de que se sentía un poco triste por haber perdido su tesoro, Keith no podía evitar sentir que el collar le quedaba bien a Marina. Ella parecía tan feliz y radiante con él puesto, y eso hizo que Keith se sintiera feliz por ella.

Decidió acercarse a Marina y contarle su historia sobre el collar perdido. Marina se sorprendió al escuchar la historia y le ofreció devolverle el collar a Keith. Pero él le dijo que no era necesario, que ella podía quedarse con él.

Keith se dio cuenta de que el collar había encontrado un nuevo hogar y que estaba siendo apreciado por alguien más. Y eso era suficiente para él. Se despidió de Marina, sintiéndose feliz por haber ayudado a hacer feliz a alguien más.

Marina, emocionada por el collar que había encontrado, comenzó a cantar en voz alta mientras caminaba por el bosque cercano al reino. Su voz era hermosa y melodiosa, y resonaba a través de los árboles.

Keith, quien estaba escondido detrás de un árbol, escuchó la voz de Marina y quedó cautivado. Nunca antes había escuchado una voz tan hermosa y poderosa. Se acercó sigilosamente para escuchar mejor.

Marina continuó cantando, sin darse cuenta de que alguien la estaba escuchando.

Marina tenia 7 años en ese momento y Keith 28.

Impulsada por el viento del atardecer,
vuela la hoja seca sin saber a dónde va,
se deja llevar por el destino sin temer,
y en su viaje solitario se encuentra en paz.

De rama en rama, de lugar en lugar,
sigue su camino sin tener un hogar,
pero no se siente sola, ni tampoco triste,
porque sabe que el viento es su gran amigo fiel.

Y así, sin miedo a lo que pueda pasar,
la hoja seca sigue su camino sin cesar,
disfrutando cada segundo de su libertad,
hasta que finalmente, descansa en la eternidad.

Así es la vida de la hoja seca,
que nos enseña que la libertad es lo que nos llena,
y que aunque a veces nos sintamos solos y sin rumbo,
siempre habrá un amigo que nos llevará al futuro.

Los antes pasado y la infanciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora