୧ ‧₊˚ 🍵 ⋅『 𝙎𝙤𝙪𝙡𝙢𝙖𝙩𝙚𝙨 𝙖𝙧𝙚 𝙙𝙚𝙨𝙩𝙞𝙣𝙚𝙙 𝙩𝙤 𝙢𝙚𝙚𝙩 𝙖𝙣𝙙 𝙨𝙩𝙖𝙮 𝙩𝙤𝙜𝙚𝙩𝙝𝙚𝙧 』
❝ Descender al suelo, aquel suelo que durante
toda su vida había permanecido
inalcanzable en el Arca, era el sueño...
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──𝐒𝐞𝐚𝐬𝐨𝐧 𝟏, 𝐞𝐩𝐢𝐬𝐨𝐝𝐞 𝟑 ┋𝐌𝐨𝐫𝐢𝐫 𝐞𝐧 𝐥𝐚 𝐭𝐢𝐞𝐫𝐫𝐚┋ ⠀
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—LA NEBLINA SE DISIPÓ —susurré al salir al exterior, sintiendo el aire fresco en mi rostro. Bellamy y Charlotte me seguían con cautela.
—¿Hay alguien por ahí? —gritó Bellamy, escudriñando en todas direcciones—. ¿Jones?
—¡Por aquí! —respondió una voz en la distancia.
Un suspiro de alivio escapó de mis labios mientras dejaba que Bellamy nos guiara hasta ellos. Mi mano se deslizó con suavidad para tomar la de Charlotte, percibiendo el ligero temblor en sus dedos.
Me reconfortaba un poco saber que Charlotte estaba bien, pero traerla hasta aquí desde el principio no fue buena idea. La idea de que algo le pudiera suceder en mi compañía era algo que sinceramente no creo poder soportar.
Mi corazón latía con rapidez, la ansiedad me agobiaba ante la preocupación por Liam y Atom. Todo lo que quería era que ambos hubieran encontrado un refugio seguro.
—Los perdí en esa cosa, ¿a dónde fueron? —preguntó Bellamy al llegar junto a ellos.
—Llegamos a una cueva abajo —explicó el moreno—. ¿Qué fue eso?
En el grupo de cuatro personas, mis ojos identificaron la figura de Liam. Un suspiro de alivio se transformó en una sonrisa cuando corrí hacia él para abrazarlo. Al principio, noté su sorpresa, pero pronto me envolvió con sus brazos, alzándome ligeramente en el aire.
Mis ojos se cerraron con fuerza, apenas conteniendo las lágrimas de emoción. Podía sentir su corazón latiendo con rapidez, una sinfonía que resonaba con la certeza de que nada le había sucedido, que estaba aquí, sano y salvo.
Después de unos instantes, nos separamos, y una suave sonrisa se dibujó en su rostro.
—Me reconforta ver que estás bien —murmuró Liam con ternura.
Antes de tener la oportunidad de responder, los gritos de Charlotte resonaron en el bosque. Un escalofrío recorrió mi cuerpo y sentí cómo éste se tensaba al instante. Sin dudarlo más, corrí hacia la dirección del sonido.
Al llegar, descubrí a Charlotte mirando hacia abajo. Incliné mi mirada en esa dirección y lo que presencié me robó el aliento. La luz que se filtraba entre las hojas iluminaba la figura de Atom, yacía en el suelo, su cuerpo marcado por múltiples quemaduras.
No estaba muerto; aún se movía y sus quejidos resonaban débilmente en el aire.
—Atom... —susurré, sintiendo cómo un nudo se formaba en mi garganta.
