♡Capítulo No 4♡

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Saint estaba frente a una gran y llamativa mansión.

Pasó saliva y se humedeció los labios antes de presionar el timbre.

Apretó una vez sin obtener respuesta y lo hizo una segunda vez viendo que una pequeña luz verde se encendía en el timbre.

—¿Qué quiere?— oh por dios, ese debía ser Zee Pruk. Esa voz fría e indiferente.

—Buenas tardes, verá... vengo de parte del doctor Suppasit y...

—En seguida voy— ni siquiera lo dejó terminar de hablar. Pasó exactamente medio minuto y la puerta se abrió.

Un alto y atractivo hombre de cabello negro azabache abrió la puerta y no podía ser otro más que Zee Pruk. El pelinegro empezó a inspeccionarlo de la cabeza a los pies y lo hizo entrar tomándolo por los hombros.

—Mi nombre es Saint Suppapong y...

—No puedo creerlo— Zee Pruk parecía hechizado, no dejaba de mirarlo y de sonreír. Presionaba sus dedos contra sus hombros, sus mejillas y le tomaba las manos comparando su tamaño contra las de él—. Eres perfecto, eres asombroso. Hermoso, completamente como te imaginé en mis sueños.

—No, espere… Señor Zee Pruk...

—¿Señor? Te ordeno que me llames Zee. Ah, debo llamar a Mew  de inmediato.

No puedo creer que sea capaz de cumplir todo lo que le pido— Saint dejo de tratar de hablar, se quedó mirando la emoción que se reflejaba en el rostro de Zee mientras sacaba su celular para llamar a Mew—. Creí ser claro con la petición acerca de que te quería en una caja, quería ser yo quien te habilitara, pero eres tan perfecto que lo dejaré pasar esta vez— Saint estaba por abrir la boca cuando Zee saludo pronunciando el nombre de Mew—. Estoy realmente complacido, justo ahora hice una transferencia por doscientos millones de dólares a tu cuenta. Saint Suppapong ha llegado a mi casa y es hermoso.

¡Mierda! ¿Qué estaba pasando? ¿Entonces Zee pensaba que él era el robot que ordenó?

Vaya situación, él no era un maldito robot y para nada era perfecto, tenía necesidades humanas que pronto lo dejarían al descubierto, pero sabía que si hablaba, Mew podría terminar muerto, así que se dejó arrastrar por la falsa creencia de Zee que no dejaba de mirarlo con una sonrisa en los labios, tocándole cada vez que tenía la oportunidad.

Mew debió estar muy confundido por lo que Zee le decía, pero ya tendría tiempo para llamarle y aclarar cómo es que termino suplantando al androide.

Zee no podía creer lo que estaba pasando, se sentía absurdamente atraído por la apariencia de ese androide. No podía dejar de mirarlo, nunca hubiera imaginado que su capricho podría ser cumplido al pie de la letra.

Saint era demasiado atractivo y tenía todos los rasgos que a él le podían atraer; esos hermosos ojos, labios gruesos y una expresión tan adorable que lo hacían regocijarse en sus adentros por tener tanto dinero y pagar algo así.

Tomó la mano de Saint sintiendo la textura y la temperatura en su piel, a pesar de que Saint no era humano, la sensación de tocarlo, era completamente placentera ¿Sus labios se sentirían igual? Se preguntó.

Lo llevó a sala y lo acomodó en el sofá justo a su lado.

Saint se veía tan nervioso como si realmente fuese un humano, de acuerdo él pidió algo realista, pero no tanto. También deseaba un compañero extrovertido que respondiera ante sus acercamientos inmediatamente.

—Pensé que te iban a enviar con ropa.

—Ah, eso... Algo paso en el camino.

—No importa, compraremos toda la que te haga falta— Zee se acercó para apartar el cabello de su frente y le acaricio el rostro—. Es increíble, incluso te sonrojas.

—Sí, es una reacción natural hacia cualquier intercambio de temperatura a través del tacto.

Zee sonrió y lo tomó por la barbilla haciendo que levantara su rostro, acortó la distancia para unir sus labios. El contacto no era todo lo que buscaba, así que intentó meter su lengua en la boca de Saint para iniciar un beso, maldita sea. Era todo lo que quería hacer con un robot que lo ponía caliente solo con mirarlo, pero no estaba sucediendo. Saint apretaba la boca con fuerza y al sentir temblar sus labios, se alejó para volverlo a mirar.

—¿Qué haces? Trató de besarte ¿Por qué no reaccionas a mis movimientos?

—Ah... yo...

—¿No me digas que no te programaron con una acción tan básica como besar? Sería una terrible falla.

—¡No es eso! Sé besar, puedo hacerlo— Zee sonrió y tomó la cara de Saint entre sus manos, frotó sus nariz con la de Saint y le dio un besito en la mejilla.

—Entonces hazlo, quiero que abras la boca y me dejes darte un buen beso.

—Sí— oh, mierda... le encantaba que hubieran programado esas reacciones tan inocentes en un androide como Saint, así sentiría que lo estaba conquistando y no se trataría de reacciones frías y automáticas.

Volvió a iniciar, acercó sus labios, movió y pidiendo permiso para entrar a la boca contraria y esta vez se dio la respuesta perfecta, Saint le permitió introducir su lengua para moverla junto a la de él. Los movimientos iniciaron lentos, pero fueron haciéndose mucho más precipitados conforme Zee iba aumentando el ritmo.

Que sensación, pensó antes de enredar sus dedos en ese cabello y atraerlo más hacia él, cambiando el ángulo de su cara, se aseguró de succionar esa cálida lengua y sintiendo una humedad que podría describirse como humana, comenzó a excitarse. De pronto su ropa interior se sentía ajustada y él no podía detenerse. Aborreció la necesidad de recobrar el aliento y al alejarse, encontró a un atractivo Saint que jadeaba con la cara pintada de rojo, vio algo de saliva escurriendo por la comisura de sus labios y se acercó para limpiar con su lengua.

—Eres increíble— lo atacó con un nuevo beso, uno más lento, pero igual de apasionado. Saint no permaneció más como un pez muerto y ahora se movió para rodearle por el cuello con sus brazos, Zee sentía que lo besaba tan bien, su respiración fue volviéndose más y más irregular al tiempo en que su cuerpo se calentaba.

Tomó a Saint de la cintura para colocarlo sobre él, pero el castaño se alejó por la sorpresa, pero Zee volvió a atraerlo con un agarre firme en su nuca. Y lo besó de nuevo, no podía dejar de hacerlo y aprovecho la oportunidad para deslizar sus manos bajo esa camisa color gris que tenía puesta. ¡Mierda, Mierda! ¿Qué más sorpresas había para él? ¿Incluso lo programaron con una función para que se le erizara la piel cuando alguien lo tocara?

La piel de Saint era perfecta y amaba la forma en que lo sentía subir su temperatura, y como se erizaba sin dejar de ser suave bajo sus caricias.

—Espera...— Saint se removió y Zee lo sostuvo un poco más, anhelando que el contacto continuara y se hiciera más profundo.

—¿Qué sucede?— comenzó a besuquearle el cuello, lamer y chupar para ver si era posible que una marca se formara en esa piel falsa.

—Necesito... usar el baño ¿Puedo hacerlo?

—¿Eh?— Zee abrió los ojos ante semejante petición—. ¿Te programaron con la necesidad de ir al baño? No pensé que un androide tuviera que hacer eso.

—Lo hicieron, también necesito comer. El alimento ayuda al mantenimiento de mi piel y es muy importante para que mis circuitos no se desgasten tan pronto. Dormir es de ayuda para recuperar la energía, no tengo una batería recargable ni nada de eso.

—Oh— Zee soltó su cuerpo permitiéndole que pudiera apartarse de encima de él

—. Te indicaré donde está el baño y te mostraré cada rincón de la casa cuando estés listo ¿Bien?

—Gracias.

💙🤖❤️

ENAMORADO DE UN ROBOT Donde viven las historias. Descúbrelo ahora