Capítulo 13

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Lo primero que noto cuando despierto, no es a la persona que duerme a mi lado, sino las reacciones de mi cuerpo, que me hacen sentir como un pervertido, o quizás es por la cercanía de nuestros cuerpos, que parece que al único que le importa es a mí, quizás porque soy el único que ha despertado y soy consciente de que tengo una erección matutina, una erección que se está rozando en los glúteos de mi novio y que me hace pensar en lo correcto e incorrecto de esta situación cuando no me quiero alejar.

No solo los glúteos de Taemin están rozándose con mi cuerpo, sin todo él, y la razón es sencilla, porque a diferencia de otras ocasiones en las que mi novio es quien se abraza a mí, en esta mañana soy yo quien tiene el pecho completamente pegado a su espalda, con un brazo alrededor de su cintura y el otro sirviéndole de almohada, pero no es una posición de la que me quejo porque es cómoda, si no fuera por cierto incidente en mi cuerpo.

Respiro e intento hacer que mi erección desaparezca, sin embargo, no puedo decir que tengo éxito cuando mi atención está en esa parte de mi cuerpo y el de Taemin unido al mío y, varios pensamientos pasan por mi cabeza, pero ninguno consiste en alejarme. Lo peor diría que es cuando me doy cuenta que no quiero autocomplacerme y me pregunto si mi novio se enojará si me froto contra él o peor todavía, si bajo su bóxer y entro en él, no obstante, me tengo que recordar que no puedo hacer eso si está dormido y no me ha dado su consentimiento.

Me digo que debo levantarme de la cama y bañarme con agua fría, no solo para deshacerme de mi problema, sino para pensar con claridad, pero la idea tampoco termina de gustarme, porque mi cuerpo se estremece de frío de solo pensarlo, e inevitablemente aprieto a Taemin un poco más entre mis brazos, como si necesitara más de su calor.

Mi nariz se roza en la parte posterior de su blanco cuello y no lo pienso en el momento que mis labios se separan y termino succionando y mordiendo la piel, quizás con demasiada fuerza para que sea agradable para Taemin, porque él se queja bajito y parece querer huir de mí, pero mis brazos no se lo permiten y él tampoco lucha demasiado por hacerlo.

Mis dientes liberan la piel, pero no me alejo, solo me muevo un poco más hacia el hueco entre su cuello y hombro y hago casi lo mismo de un momento atrás. No sé si mis acciones lo han terminado de despertar, o solo se cansa porque soy molesto, sin embargo, no me quiero detener.

—Min Ho —se queja en un balbuceo —si sigues dejándome marcas, pensarán que fui atacado por un vampiro.

A pesar de su queja no se aparta. Su mano toma la mía que empieza a acariciar con el pulgar su cintura y entrelaza nuestros dedos en lo que supongo que es un intento de que me detenga, pero no puede decir que tengo ganas de hacerlo y, parece que Taemin también lo nota, porque vuelve a quejarse.

—Min Ho...

Sus ojos ni siquiera se han abierto y me repito que debo detenerme, cuando escucho lo que parece una suave risa burlona, es corta y hasta parece que me la he imaginado y no sé si lo hace intencionalmente o solo es una coincidencia, pero Taemin empuja suavemente su cadera hacia mí, lo que me provoca un gruñido, algo frustrado, porque he estado intentando no pensar en esa parte de mi cuerpo y hasta parece que ha propósito me la ha recordado.

—Taemin... —digo en un suspiro.

—Tendrás que hacerlo solo —dice perezosamente —no pienso colaborar.

No sé la razón de que sus palabras me hagan sentir decepcionado, quizás porque esperaba no tener que ocuparme de esto por mí mismo, pero me repito que debo respetar su decisión, la que me confunde un poco cuando su mano que antes me detuvo de acariciarlo, se mueve hacia abajo, llevándome dentro de su bóxer. Mi mano casi es tímida cuando lo empiezo a estimular. Su respiración se vuelve pesada y antes de que me de cuenta, tiene su cabeza girada, ahogando en mi brazo sus gemidos que suenan bastante perezosos y, creo que empiezo a entender aquello de hacerlo solo.

Sus caderas se mueven al encuentro de mi mano y eso también me estimula a mí, provocando que mis gemidos sean ahogados en su hombro, en donde sigo dejando besos. Una de las manos de Taemin toma mi mano libre y lo que menos espero es sentir sus labios cerrarse alrededor de la punta de mis dedos, de una manera que parece obscena pero también satisfactoria, porque nunca pensé que esa zona podría convertirse en una zona erógena.

—Min Ho —gime —hazlo ya.

Taemin se empuja más su pelvis contra mí y entiendo lo que me pide. Gruñe cuando retiro mi mano de su erección y yo lo hago por tener que separarme de su cuerpo para girarme lo suficiente para alcanzar el lubricante que está sobre la mesita de noche. Lo siento moverse un poco y al girarme de regreso veo que su bóxer está en mitad de sus piernas, pero su posición no ha cambiado, por lo que supongo que quiere hacerlo de esta manera.

Su boca sigue dejando besos y succionando mis dedos que me recuerdan lo maravillosos que son esos labios. No sé quien está más ansioso de esto, si él o yo, porque estoy seguro de que lo veo estremecerse por el sonido que hace la tapa del lubricante y gime alto en el momento en el que uno de mis dedos entra en él. Mi dedo se desliza con facilidad y es eso lo que me vuelve a hacer pensar en mí mismo como un pervertido.

No pasa mucho tiempo hasta que estoy dentro de él, que parece deshacerse en gemidos cuando mi mano se vuelve a envolver alrededor de su erección. Sé que Taemin hace un momento se ha quejado de las marcas que he dejado en su cuello, pero eso no me impide que lo vuelva a besar y a dejar más marcas que ahora no parecen importarle porque está envuelto en el placer. Sus dedos se entrelazan con los de mi mano libre mientras yo me acerco mi pecho más a su espalda, si es que eso es posible.

—Quiero besarte —jadeo.

No sé si Taemin es demasiado lento para girar su rostro o yo demasiado impaciente, que a pesar de que es incómodo lo empujo con suavidad en mi dirección para que lo haga y en cuanto tengo a mi disposición sus labios, lo beso. A pesar de que sus ojos están cerrados, me corresponde, aunque ciertamente tengo bastante claro que no está dormido.

Gime cuando el beso termina pero a mí me parece que no he tenido suficiente, por lo que lo vuelvo a besarlo, mordiendo su labio inferior con la fuerza suficiente para no lastimarlo. Su respiración parece volverse más pesada si es posible y su mano se aprieta alrededor de la mía en el momento en que lo siento que termina en mi mano que está alrededor de su erección, arrastrándome a mi propio orgasmo.

—Te amo —jadeo en sus labios.

No sé a quien ha sorprendido más mis palabras, si a mí o a él, porque sus ojos que parecían demasiado perezosos para abrirse, lo hacen y me mira sorprendido. No puedo decir si está feliz o asustado y tampoco quiero saberlo. Me aprieto más contra él, cierro los ojos y vuelvo a besarlo, un beso que no es correspondido de inmediato, pero cuando Taemin lo hace, su cuerpo que en algún momento se tensó, vuelve a relajarse y parece encajar perfectamente entre mis brazos, que me hace sentir que todo está bien.

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