Lily
-¿Irás al partido de mañana no?
-Por última vez, Vanessa, no salgo los viernes, y mañana no va a ser la excepción.-digo mientras que ella y yo caminamos por uno de los pasillos de la universidad. Oigo como resopla mientras dice "aburrida" y pongo los ojos en blanco
El martes cuando Ángela se fue a la universidad y me tocó cuidar a Vanessa, ella ya estaba mucho mejor, ya podía hablar y reírse sin marearse mucho. Me pidió que le contara que tal el día, y como la vi cansada se lo conté por encima, aunque debe ser que no lo asimiló hasta el miércoles por la mañana, osea, ayer, porque me pegó un grito llamándome y cuando yo asustada fui a su habitación ella me obligó a contárselo todo de nuevo. Como Angela tambien estaba en la casa, ella tambien se enteró y se pasaron el día dándome la vara con que n era justo que cuando ellas dos no estuvieran de repente me echara tres novios (sus palabras, no las mías).
Y ahora Vanessa, me esta dando la chapa con un partido de los tres chicos de cuya existencia no sabia hasta que ella me lo ha recalcado
-Además, ni siquiera me invitaron a verles, y no he hablado con ninguno de los tres desde el martes. Yo solo lo interpreto con "fue un acto de compasión, nos daba pena verte comer tu sola mientras dibujabas hombres musculosos en tu libretita de pringada".
-¿Entonces sí que es verdad que dibujas hombres musculosos en tu libreta? Que malota Lily- dice una voz detrás de nosotras. Me da un mini infarto mientras me giro hacia la voz. Al ver un par de ojos verdes divertidos mi corazón vuelve a latir con normalidad.
-Chris- digo aliviada.
-El mismo- dice regalándome una sonrisa de las suyas. Al ver a Vanessa a mi lado, se la queda mirando fijamente. - ¿Nos conocemos? Me parece haberte visto en alguna parte.- se queda pensando mientras Vanessa palidece, probablemente esté recordando su declaración fallida de no hace tanto.
-A lo mejor os visteis alguna vez por la calle, ella también es de Toronto- intervengo para evitar que Chris siga intentando recordar de que la conoce.
-Pues debe ser eso entonces. Espera, ¿cómo sabes que soy de Toronto? - Vanessa, la cual se había relajado vuelve a entrar en tensión, al igual que yo, que improviso una excusa lo más rápido que puedo.
-Em...ya sabes, la gente habla mucho de ti, eres jugador de hockey a fin de cuentas ¿no?
-Supongo.- ambas suspiramos aliviadas, y el chico frente a nosotras no parece darse cuenta-Soy Chris.- dice extendiendo una mano hacia mi amiga.
-Vanessa- dice con una sonrisa sincera.- Justo íbamos a comer, ¿te unes?
-¿Puedo traerme a unos amigos?
-Claro que sí.
-Vale, pues déjame escribirles y vamos.
Christian saca su móvil y empieza a teclear en la pantalla. Vanessa aprovecha que no nos ve y me guiña un ojo, cómplice. Yo ruedo mis ojos, pero sonrío sincera.
Nos encaminamos hacia las mesas del circulo natural, y esta vez me aseguro de que mi libreta esta bien al fondo de la bolsa de tela que llevo. Por si acaso.
Nos abrimos paso entre estudiantes y conseguimos llegar bien a una mesa más amplia que la que utilizamos mis amigas y yo normalmente.
Es una mesa circular lo suficientemente grande como para que quepan seis personas.
Nos sentamos, y le escribo un mensaje a Ángela para que sepa donde esta nuestra mesa. Vanessa se coloca a mi lado, y Chris enfrente de mi.
Aaron y Damon llegan, y se sientan con nosotros con una sonrisa por parte de Aaron, se presentan a Vanessa y ella hace lo mismo. Aaron se desliza a mi lado, y Damon se sienta al lado de Chris. Damon parece analizar nuestro entorno, estudia a los estudiantes que vienen y van de la cafetería exterior, y sus ojos se fijan en un punto a mi izquierda. Me giro para ver qué mira tanto, y veo a Ángela que se acerca con varios cuadernos con hojas sueltas en los brazos, y la bolsa que utiliza para llevar sus cosas colgando de su brazo. Ella hace esfuerzos por no tropezar con la bolsa cuando se acerca a nosotros.
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Until the lilies freeze
RomanceLily tiene la vida que toda niña soñadora desea, estudia lo que siempre ha querido, va a la universidad que siempre ha deseado, y tiene la relación de sus sueños con el hombre que siempre había imaginado. Pero al comienzo de su tercer año universita...