Compañeros De Vida (Narusasu)

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—¡Karin! ¡Todo esto es tu culpa! Maldita calenturienta...

—¡¿Y a mí qué?! ¡Lord Orochimaru dijo que nos entregáramos, estúpido!

—Que conste, les di tiempo para que se fueran, inútiles.

—Miren, ese pajarito se llama Petirrojo Americano. No sé qué significa americano, pero América me parece un buen nombre para un continente.

—¿Qué es un continente?

Los cuatro discutían como si fuera un hábito. Bueno, los tres. El tal Jugo era bastante pacífico a decir verdad. Los escoltaron a la aldea con sus manos atadas para que no se les ocurriera hacer ningún jutsu, pero no tuvieron la intención. Karin y Suigetsu peleaban, Orochimaru los calmaba y Jugo veía la naturaleza.

Toda esa situación era bastante bizarra para los de la Hoja. Sasuke caminaba en silencio llevando la delantera, sumido en la depresión de no haber encontrado a Danzo. Sai estaba siendo interrogado por Kakashi, pues el chico había dado vuelta las cosas demasiado rápido.

—Sabemos que Danzo te ordenó infiltrarte en este equipo — dijo Kakashi —, así que me temo que no podemos tomar la traición hacia Orochimaru como un acto de gentileza.

—En realidad, la información que le entregué a Danzo es errónea — dijo Sai —. Me referí a un poder que no conozco. Orochimaru sabe de qué hablo.

—Así es. Noté que el chico fue un total mentiroso — rio Orochimaru —. Danzo sólo fue terco, y le sirvió verme hecho pedazos para confirmarlo. Habló de lo poderoso que era Naruto, de que Sasuke era tan fuerte como él y no sé qué más. Intentamos espantarlo.

—Danzo quiere llevar a cabo un golpe de Estado — recordó Sakura sus palabras.

—Sí, y se alió con Akatsuki — contestó Sai —. Sólo les di tiempo. La verdad es que no sé cuánto más se pueda evitar.

—¿Por qué cambiaste de parecer? — lo miró Sasuke con su Sharingan activado, que hizo a Karin chillar.

—Porque al verlos a todos ustedes siendo tan unidos, más que nada Naruto y tú, me recordó a que yo también tuve un vínculo con alguien alguna vez — sonrió genuinamente el de Raíz. De su bolsillo sacó una libreta vieja y le enseñó a Naruto el dibujo dentro de ella —. Ese de ahí es mi hermano, y está muerto. Lo había olvidado, pero ustedes me trajeron mis memorias de vuelta sobre él. Mis sentimientos regresaron gracias a ustedes.

Naruto y Sakura estaban convencidos, pero Sasuke no.

—Yo fui enviado por la Quinta Hokage a vigilarte — dijo Yamato a Sai —, así que tendré que seguir adelante.

Naruto oyó claramente el insulto que Sasuke susurró.

—Ya me di cuenta — le sonrió Sai ampliamente —. Quería que me siguieras. Estaba esperando que informaras del golpe de Estado a la Quinta o al menos la ubicación de la cueva de Orochimaru.

—¿Por eso te entregaste? — preguntó Suigetsu de pronto a Orochimaru — ¿Igualmente vendrían a buscarnos?

—Por eso y porque sé que me entretendré más en la aldea que afuera — fue su respuesta —. Además, sentí la necesidad de visitar a un viejo amigo.

—Viejo loco... — refunfuñó Suigetsu.

Naruto suspiró, devolviendo el libro a Sai.

—Suena sincero para mí — le dijo —. Gracias, Sai.

—Sí, Sai. Gracias por no ser cómplice de un genocida anárquico que te trajo aquí en primer lugar — dijo Sasuke dándole la espalda.

—Por favor, ya dime tu nombre — rogó Karin, adelantándose en la fila, empujando a Suigetsu.