ONE SHOT 14 (pt 2).

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—Es hora de comer —Miguel soltó de repente—

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Es hora de comer —Miguel soltó de repente—. Vamos a aquel restaurante, reservé una mesa para nosotros.

Fruncí los labios mirando la distancia entre la colchoneta y el restaurante, la cual tampoco era mucha.

Él entendió mi mirada y se levantó para jalarme de los brazos y ponerme en pie.

Solté un chillido cuando Miguel me agarró como un saco de patatas y empezó a caminar hacia el restaurante.

—Creo que voy a potar — Miguel me bajó en cuanto dije eso.

—¿Estás bien? —su cara reflejaba preocupación.

Asentí y él suspiró para agarrarme, esta vez me levantó en brazos.

Coloqué mis brazos al rededor de su cuello, sujetándome.

No me podía quejar, estaba cómoda.

Me distraigo mirando las nubes — las cuales no dejan de moverse ante mi mirada — sintiendo el pecho de Miguel subir y bajar lentamente.

Poco tiempo después, que fueron una eternidad para mi, llegamos nuevamente al suelo liso donde se encontraban varias tiendas: una de ellas siendo el restaurante.

Finalmente me bajó de sus brazos y agarrando mi mano me guió hacia la entrada del restaurante.

Este tiene una terraza, con mesas de maderas a juego con las sillas. Unas cuantas plantas decoran al rededor, dando color al lugar. En el techo de la terraza, hay un pequeño toldo decorado con luces — que no están encendidas, porque todavía no es de noche — al igual que la entrada, de la misma forma decorada.

Entramos subiendo unas pequeñas escaleras y no podemos evitar aspirar el rico olor que tiene este lugar.

—¿Puedo ir al baño? —él asiente y se va con un señor, que supongo que será algún trabajador de aquí.

Busco con mi mirada algún cartelito que me indique dónde están los baños, y al cabo de un rato lo encuentro.

Camino relajada hacia el servicio de mujeres, mientras observo la gente comer en sus mesas.

Cuando llego lo primero que hago es encerrarme en un cubículo y hacer mis necesidades: me limpio y salgo del cubículo directo al lavabo para lavar mis manos.

Una vez termino meto las manos debajo del secamanos, pero me alejo cuando escucho el ruido insoportable.

Sacudo mis manos en el aire tratando de no manchar mi vestido y cuando están "secas" salgo del servicio.

El teléfono en mi mano suena y agacho la cabeza para fijarme en el mensaje que justo acaba de llegar.

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𝐊𝐈𝐍𝐃. 𝙼𝚒𝚐𝚞𝚎𝚕 𝙼𝚘𝚛𝚊 - 𝗼𝗻𝗲 𝘀𝗵𝗼𝘁𝘀.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora