Capítulo 6.0

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Jason

Mi vida no era lo más maravilloso del mundo hasta que conocí a Melissa. Fué esa luz que iluminó mi vida en varios sentidos, la amaba y la sigo amando como si mi vida dependiese de ella.

Sé que ese niño hace diecisiete años estaría realmente decepcionado de lo que soy ahora. Perdí a la niña que él amaba y de paso perdí a la mujer que yo amaba.

Que sentido tendría ya estar vivo si ella ya no complementaba mi existencia. Su dulce aroma a sandía —mi fruta favorita— me enloquecía demasiado.

Traté de olvidarla yéndome de la ciudad, bebiendo, acostándome con mujeres, porque sabía que lo nuestro simplemente no podía ser, no quería que las personas la lastimaran por estar conmigo, pero fuí yo quien la lastimé desde el principio y me arrepiento.

Suspiré.— ya no puedo, necesito estar con ella, decirle que la amaba y que nunca dejé de hacerlo.

— Jason ya no hay tiempo para arrepentirse. La cagaste de la peor manera. Sabes muy bien que ella te amaba desde hace diecisiete años, te fuiste y aún así ella estuvo esperándote.— su voz era demandante y gruesa.

— Mark, sabes el por qué lo hice, porque tuve que irme, porque tuve que abandonarla. Era la única opción para que ella y su madre estuvieran a salvo.

— Lo entiendo, pero ya no hay tal peligro y aún así metias mujeres a la casa, haciendo que ella te escuchara mientras te cogías a otras ¿Crees que eso no le afectó?— preguntó.

— Ella ya está con alguien más, no creo que le haya afectado.— respondí girandome hacía el ventanal.

Con sus manos me dió vuelta tomándome del cuello de mi camisa y sacudiéndome.— ¿Eres imbécil, Jason?

— ¿Qué mierda te pasa?— grité tratando de quitarlo.

— Ella te ama, estúpido. Lo hace, sus ojos lo dicen ¿Eres el único que no lo ve? ¡Ella no está con Harry, solo lo utilizó para causarte celos!

No pude hablar. Mi ojos se enfocaban en los de él lo suficiente para ver la irá en ellos. ¿En serio lo utilizó para darme celos?

— Solo mientes. Ella ya está enamorada de alguien más.— me soltó con brusquedad.

— Créeme, sé que ellos no están juntos, Harry me lo dijo. Recuperala, es lo único que te queda si no quieres perderlas para toda la vida.— fueron las últimas palabras que dijo antes de marcharse de mi oficina, dejándome solo.

Melissa

Los últimos días me quedaba en casa de Harry. Me ofreció su casa como la mía mientras buscaba otros trabajos. Era difícil buscarlos.

Fuí a restaurantes, oficinas, casas y otros más sin encontrar resultados.

El primero de Harry me ofreció un trabajo.... No era lo muy convencional para mí. Ser mesera de un club nocturno sería un trabajo muy difícil. Hombres embriagados por todos lados, mujeres bailando con ropa o desnudas. Para mí era algo repugnante, pero para ellas sé que es difícil, pero dinero es dinero y de alguna forma debe de ingresar a nosotros.

— Melissa, lleva dos tragos a la mesa cinco. Uno de los mejores clientes ha llegado. Atiendolos de la mejor manera ¿Está bien?— asentí.— muy bien.

Tomé los vasos de vidrios, poniéndolos en ma cacerola. Al parecer era Ron. Lo sabía porque Jason me obligó a aprender de alcohol cuando comencé a trabajar para él. « Vamos Melissa, no pienses en él. »

Me obligué a sonreír, dejando atrás mis pensamientos y enfocándome en atender bien al cliente que me esperaba. Me encaminé entre las mesas y la multitud, hasta la mesa asignada.— Hola, buenas noches. Aquí traigo unos pequeños tragos. Invita la....— cuando alcé mi mirada, me choqué con una mirada que ya conocía. « esto no puede estar pasando »

— Melissa.— habló en un susurro audible.

Mi corazón había dado un vuelco. Era Jason, el maldito imbécil estaba aquí. Voltee la mirada a su lado, viendo quién lo acompañaba, era la chica que estaba con él aquel día.

Mis ojos se dirigieron a los de él. Mi mirada lo decía todo.

Jason

Quería despejar mi mente, sacarla de mi corazón y de mis pensamientos. Pedí a Charlotte —una de las mujeres con las que últimamente me acostaba— a que me acompañara a un club.

Habíamos llegado. Estaba lleno, realmente lleno. Nos dieron una de las mesas más exclusivas, que tenía vista a todo el club.

Mientras Charlotte y yo conversábamos, una mesera se los acercó. La reconocí de inmediato, era ella... La que mujer que trataba de olvidar.

— Melissa...— su nombre salió de mis labios inconsciente, en un susurro poco bajo, haciéndola mirarme.

Sus ojos se posaron en Charlotte y luego en mí. En sus ojos se percibía la mirada de decepción, enojo y tristeza. La conocía a la perfección como para saber que mirada usaba para cada situación. ¿Sería verdad que ella todavía me amaba o solo era una ilusión mía?

Ella se dió vuelta caminando rápido para alejarse. Me ví obligado a ir tras ella.

— Melissa espera.— ella se detuvo en seco enfrente de la barra.

— ¿Qué desea?— se mantenía en la misma posición. Dándome la espalda.

— Melissa mírame. Voltea.

— ¿Para qué? ¿Para volver a humillarme? Vaya y siéntese con ella y a mí déjeme trabajar.— caminó nuevamente pero mi brazo la detuvo y la hizo girar. Todavía no me miraba.

— No me iré hasta que me mires.

— obligueme a hacerlo.— sonreí para mí y tomé con delicadeza su cuello con mis manos, girando un poco este para hacerla verme. La respiración se le notaba más agitada, el pulso que se podía percibir en su cuello había aumentado.

— Cuando te digo que me mires, me miras ¿Me entiendes?

— U... usted no es mi jefe para yo hacerle caso.— en su voz se notaba nerviosa.

— Tienes razón, pero no me importa.— mencioné acercándome más a su cuerpo.

— Vaya con ella. Si lo ven junto a mí me despedirán.— sus manos se encontraban debajo de mis pectorales, empujándome con suavidad para tratar de alejarme.

Cediendo, me alejé. La miré por un momento.— Sirvenos a mí y a la dama que me acompaña. Y házlo bien o haré que te voten de aquí rápidamente.— caminé rumbo a mi mesa.

Melissa

Estaba cansada mentalmente. Jugaba conmigo y con mis sentimientos como si yo fuera poca cosa.

Serví para ellos en lo que restaba la noche. Mi turno había acabado hace horas pero yo todavía seguía aquí, sirviendo a alguien que solo se inmutaba a hacerme daño.

Ya enojada me acerqué a ellos. Tomé un vaso de alcohol que tenía la mesa y se lo tiré a él.— Eres un inmaduro, estúpido, idiota, imbécil y todos esos sinónimos. Vete al infierno, Jason.— me fuí antes de que hablara o reaccionara.

Me adentré al cuarto de servicios. Estaba realmente furiosa por su culpa y culpa de esa mujer.

....

CAPÍTULO NUEVO PIPIPI. 🦦💗
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