Melissa
Habían ya pasado algunos días desde que Niccolo me sacó de esa casa y me trajo a la suya, por petición mía.
Aunque pienso que tomé una mala decisión, puesto a que ahora lo tenía pegado todo el día. Me mantenía encerrada, cautiva en s propia casa. Podía ver el jardín desde la ventana que se encontraba en la habitación donde me encontraba, no podía ver más de ahí puesto a que un gran muro cubría mi vista.
Algunas sirvientas que trabajan ahí venían a dejarme ropa— ropa que él compraba para mí según su gusto—, eran de las pocas personas con las que hablaba.
Miraba hacía afuera — o lo poco que podía ver— mientras oscurecia. Muy dentro de mí rogaba ser salvada, salvada por mi gran amor ¿Pero yo era tan importante para él, para que arriesgara su vida por mí? Niccolo sería capaz de matarlo frente a mí si intentara arrebatarme de su lado.
Siempre fué así, su posesividad hacía mí era más grande que mantener la cordura.
Cuando se enteró que Jason se había enamorado de mí, quiso matarlo y tan solo tenía dieciséis años, ¿De qué sería capaz de hacer ahora que tiene a toda la mafia bajo él?
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido al abrirse la puerta dejando ver a Niccolo con ropa cómoda. Era la primera vez en años que lo ví vestido así. No puedo negar que tiene un buen físico pero está demente y es repugnante.
Caminó para entrar cerrando la puerta detrás de sí. Se detuvo a unos metros de mí mientras me miraba fijamente. Fruncí el ceño.
— ¿Qué me ves? ¿Te debo algo?— dije sarcástica.
— Que buen sentido del humor.— rió leve.— siempre a la defensiva.— caminó hacía mí, por inercia retrocedi levemente.
— Te acercaste demasiado.— reproché cuando sentí que choque con la ventana.
— No veo lo malo en eso.— pronunció suave. Mantenía su mirada en mí rostro, escaneandome, como si quisiera buscar la repuesta de algo.— Jason te busca.
— ¿Qué?— mencioné confusa.
— Es obvio que aquí no.— sonrió de lado.— pero sus hombres y los de Mattew te buscan por todo el país. Quieren arrebatarte de mi lado. ¿Sabes que pasaría si Jason lo logra?— negué.— tendría que matarlo. Pero solo tú puedes evitarlo.— su mano agarró mi cintura y presionó esta rudamente. Me removí por el dolor que causó su apretón en el lugar.
— No te metas con él.
— Solo tu puedes evitar una desgracia. A Jason no le falta mucho para dar conmigo, me conoce a la perfección y puedo decir que está más cerca de lo previsto de encontrarme.— susurró.— Viene por tí, pero no saldrá vivo de aquí si intenta llevarte.
— ¿Qué quieres que haga para que no lo lastimes?— me encontraba ya asustada por solo imaginarme ver al amor de mi vida ser asesinado por su mayor némesis.
— Quedarte conmigo para cuando venga. Si decides quedarte a mí lado, prometo que él vivirá y tú serás la mujer más afortunada por tener al hombre que pone a todos de rodillas a tus pies. Sabes de lo que soy capaz de hacer cuando se trata de tí.
— No puedo hacer eso, no puedo quedarme contigo.— susurré mirándolo. Su mirada bajó a mis labios.
— Si puedes y lo harás para mantener a Jason con vida.— no me dejó reprochar y junto nuestros labios en un beso salvaje, el cual me negaba a seguir pero él me obligaba, trataba de alejarme Pero su otra mano subió a mi nuca y presionó para evitar que me separara. Devoraba mis labios con tanto deseo que por un momento casi caigo. Mordí su labio inferior y soltó un gruñido pero no sé inmutó en separarsez
al contrario siguio y el sabor metálico se mezcló en nuestras salivas. Dejó de presionarme, pero no se separó. Me alzó y me llevó a la cama que estaba a unos cuantos metros de nosotros y me arrojó ahí posándose sobre mí.— tengo ganas, ganas de tí, Melissa. Te amo más de lo que imaginas, solo tú haces que el maldito diablo pierda la cabeza por tí.
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La Duna del amor
RomanceEn un mundo donde las líneas entre el amor y el deber se desdibujan, Melissa, la hija de una empleada, se encuentra atrapada en una trama de sentimientos contradictorios. Tras la muerte de su madre, Melissa asume el papel de su madre en la mansión d...