My Love For You | Harry Steinfeld y Kendall Jenner

CAPÍTULO 016

Harry Steinfeld

Entramos agarrados de la mano y ella dejó sus cosas en la entrada. Se volteó hacia mí y me rodeó con los brazos para después besarme tiernamente.

Siguió arrastrándome del brazo por la casa hasta llegar a una sala más pequeña y oscura. Solo se iluminaba por la luz que emanaba de la chimenea encendida. Era acogedor aun teniendo grandes ventanales.

Me llevó hasta el sillón y me senté. Ella se acercó hacia el mueble que había detrás del sillón.

- ¿Quieres tomar algo? ¿Vino? – preguntó.

Asentí y sirvió dos copas de vino tinto. Me alcanzó una de ellas y se sentó a mi lado en el sillón. Estuvimos bebiendo y hablando durante un rato.

- No creo que deba tomar más vino – dije sonriendo.

- ¿Por qué? Solo llevas tres copas. ¿No estarás borracho ya, ¿no?

-  No es eso. Cuando tomo mucho me termina sentando mal – reí.

Ella dejó su copa en la mesa y quitó la mía de mis manos para dejarla junto a la suya.

Me miraba con una ligera sonrisa juguetona y se acercaba más y más a mí hasta que juntamos nuestros labios. Nos besamos apasionadamente mientras ella me abrazaba rodeándome el cuello y yo colocaba mi mano en su muslo. El beso se volvió más intenso, enredamos nuestras lenguas y noté como clavó ligeramente sus uñas en mi cuello.

La agarré por la cintura para acercarla más a mí hasta que se me sentó encima. La abracé por la cintura y comencé a besarle el cuello mientras ella entrelazaba sus manos por mi cabello. Podía sentir como se le erizaba la piel más y más con cada beso que le iba dejando en el cuello. Subí mis manos por su espalda e iba bajando, dejando besos hacia su pecho. Ella me empujó hacia atrás en el sillón y me miraba con lujuria, el top que llevaba era lo suficientemente corto como para dejar ver parte de su pechos por debajo. Se lo quitó, lanzándolo al suelo. Sus pechos se exponían ante mí y yo me incliné hacia ella para besarlos y chuparlos suavemente,  a la vez que ella dejaba escapar leves gemidos que me ponían muchísimo más. De repente volvió a empujarme hacia atrás y esta vez ella se inclinó hacia mí, quitándome la remera.

Comenzó a besar y morder mi cuello mientras bajaba poco a poco por mi torso hasta que llegó al botón de la bermuda, el cual se podía ver perfectamente como estaba apretado por mi erección. Se puso de pie frente a mí y yo me incliné hacia ella besándole el cuerpo a la vez que le desabrochaba los jeans, los bajé, se quedó en tanga frente a mí, y la agarré para sentarla encima de mí, pero ella se opuso. Se acercó y comenzó a desabrocharme la bermuda, yo la ayudé, quitándomelo, y se quedó mirando fijamente mi pene.

La agarré y la senté encima de mí, besándola salvajemente y mordiendo su cuello, mientras acariciaba su cuerpo desnudo, ella clavaba sus unas en mí a la vez que se restregaba con mi miembro por encima de los bóxers. Cada vez la fricción era más intensa y los gemidos también. No podía aguantarme. Veía su cara de placer, su boca entreabierta y su respiración pesada, me ponía cada vez más. La tumbe en el sillón y me coloqué encima de ella, chupándole los pechos baje lentamente por su ombligo hasta llegar a su tanga y la bajé de un tirón.

Le separé las piernas y empecé a besar su pubis y sus ingles, ella gemía y estaba esperando a que bajara más aún, pero no lo haría hasta que me suplicara. Seguí besando la parte interior de sus muslos y volvía a su ingle.

- Por favor... - dijo con la respiración agitada.

La miré y me reí, entonces comprendí que estaba ansiosa porque le comiera la vagina y eso hice.                                                                                              Coloqué sus piernas en mis hombros, pasé mi lengua por su entrada varias veces, la cual estaba bien mojada, luego empecé a lamerle el clítoris despacio y suavemente, provocándole más gemidos. Empecé a lamer más rápido, ella gemía más, la respiración se aceleraba más y me agarraba la cabeza con sus manos para no dejarme escapar.