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Esta mañana Mike me llamó medio borracho, diciendo que por fin encontró el amor de su vida (#20 en este año que lo dice). A veces me pregunto si algún día lo encontrará, si algún día yo lo encontraré, si algún día lo superaré y si algún día encontraré mi verdadera vida.

Anoche casi no dormí, estaba muy asustado. No sé qué pasa últimamente, ahora parece más... real.

Aún estoy adolorido, me duelen las muñecas, así que esta noche no pude hacer lo único que me relaja: dibujar.

Estoy cansado de todo, de mi vida, de mi cobardía y, sobre todo, de ella, mi pesadilla.

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Hoy Od viene a casa a cuidarme. Mamá no pudo faltar más al trabajo, está demasiado ocupada para tomarse una semana libre, al igual que papá, y Aba está en la escuela.

Od lleva aquí unas horas y nos hemos dedicado a hacer nada. El trata de sacar conversación pero es imposible, él no es muy hablador y yo no tengo deseo de hablar.

Desearía dejar de respirar de una vez y que todo se acabara, pero no puedo. No soy capaz de hacerme esto, de hacerle esto a mis seres queridos. Me he dado cuenta de lo egoísta que puedo ser. No soy el centro del mundo; hay personas que están peor y no tienen a quien acudir. Lo intentaré, intentaré vivir, porque muchas personas no tuvieron más oportunidades. Y yo no la desperdiciaré.

Tuve un cambio de humor súper drástico, hasta me reí un poco con Od. Hacía tiempo que Od no me contaba nada sobre él. Me sentí mal al darme cuenta, no soy el único que tiene problemas.

Luego de que Od se fuera, me di una ducha en el baño central, ya que en el de mi cuarto aún quedaban restos de vidrios.

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Un rato más tarde, llegó mi hermana de su salida con amigos.

Toc-toc-toc es mi hermana. Es un poco raro que ella toque mi puerta.

–Puedo entrar, necesito hablar contigo, por favor– vale, eso sí me tomó por sorpresa.

–Está bien, Aba, entra. ¿De qué se trata?–

–Esto... necesito ayuda, necesito hablar con alguien, necesito desahogarme– joder, sonaba realmente triste. También ella tenía sus propios problemas y yo no me daba cuenta.

–¿Qué pasó? ¿Te hicieron algo? Dime quién–

–Un hombre me golpeó, perdí la consciencia y luego me desperté tirada en un callejón, muy lejos de la escuela. Me asusté..., corrí y no encontré el camino a casa. Estaba sola, me asusté mucho– estaba llorando, joder, no puedo permitirlo, no a mi hermana– luego... luego caminé sin rumbo y encontré un lugar que sí conocía y volví...– no puedo creer que no me haya dado cuenta de nada, ahora me fijo, su pelo castaño está alborotado, tiene ojeras, como si hubiese llorado por horas, tiene rasguños y está triste, joder.

–Tranquila, Aba, todo estará bien. Encontraré a ese maldito y lo destrozaré con mis propias manos. No te mereces esto, Aba– no, no, no, mi hermana, ella no tenía por qué sufrir. Soy un estúpido, no he estado al pendiente de ella en estas últimas semanas.

Solo la consolé y lloré con ella, se tranquilizó un poco y se quedó dormida en mis brazos.

La acosté en mi cama y llamé a mamá por teléfono; necesitaba hablar con ella, ella también tiene la culpa.

Acostada en mi cama, Aba se veía tan indefensa, tan consumida por el llanto, tan pequeña. No permitiré que le pase nada más a Aba. Cumpliré mi rol como hermano, ella no estará sola; no se sentirá sola nunca más. Yo no estoy solo, la tengo a ella y ella no está sola, me tiene a mí.

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