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<<¿Dónde estás?>>


Anoche no dormí. Tengo mucho sueño, pero aún así hay algo que me inquieta más.

En cuanto amaneció, salí directo, sin desayunar, al lugar donde me encontré con Livi la última vez que salí a correr. Como no me dijo dónde vivía, tuve que perder la timidez y preguntar por la zona si sabían dónde vivía. Resultó que nadie la conocía allí. ¿Cómo es posible?

Rodeé la zona por completo preguntando por ella y nadie sabía. También la describí y pregunté si había alguien que se hubiera mudado recientemente, pero nada, nadie sabía nada.

Más tarde, ya apurado, fui al hospital donde la vi por última vez. Debe haber algún registro en el hospital que me indique si todavía está aquí, o si ya se fue. Pero al llegar a la recepción y preguntar a la chica a cargo, no había ninguna Livi en los registros del hospital. Atónito por lo dicho, recorrí el hospital esperando encontrarla... pero no, no estaba.

<<¿Me habrá mentido?, ¿Por qué no me dijo su verdadero nombre?, ¿Qué le sucedió?>>

<<Livi, ¿dónde estás?>>

Sin darme cuenta, me quedé parado en medio del pasillo del hospital, paralizado mientras los pensamientos me atormentaban. Mi vista comenzaba a nublarse.

Una joven de entre 20 y 25 años vestida de médico interrumpió mis pensamientos.

–¿Se encuentra bien?– Su voz era calmada pero firme.

–Sí... he... lo siento... yo... –Apenas podía articular palabras. No me sentía nada bien. Me había sentido mareado desde la mañana, y correr por horas buscando a Livi no había ayudado.

–No se ve nada bien, será mejor que lo lleve a urgencias– Tomó mi mano y me guió por el pasillo. De repente, mis ojos se cerraron y solo podía escuchar su voz... <<Erik>>... <<Estoy aquí>>... <<Al fin eres mío>>... No, esa voz de nuevo no... por favor.

–Ella... ella, no dejes... que me toque, me... quiere hacer daño– Susurré apenas. Mi voz apenas funcionaba y mis ojos se negaban a abrirse. Tenía miedo, mucho miedo. Miedo de que ella me hiciera daño, miedo de que mis días felices llegaran a su fin y tuviera que enfrentar la oscuridad de nuevo... su oscuridad...

No recuerdo más, solo que desperté. Por un momento creí que estaba en mi habitación y que todo había sido solo un sueño, pero no, pronto noté las máquinas conectadas a mí y el familiar color verde del hospital, es la cuarta vez que vengo este mes... ¿Qué me pasa?

Tengo una máscara de oxígeno puesta, un suero y estoy conectado a varias máquinas que no reconozco.

–Hola, ¿se encuentra mejor?– Era la voz de la doctora que me llevó a urgencias.

Me quité la máscara para poder hablar.

–Sí, un poco mejor. ¿Qué me sucedió?–Intenté dejar la máscara abajo, pero la doctora insistió en que me la volviera a colocar.

–Estuvo dos horas en coma, y tenía el nivel de oxígeno muy bajo. Además, los análisis mostraron varios resultados un poco preocupantes. ¿Tiene a alguien a quien llamar? ¿Me podría decir su nombre? Tendrá que quedarse un tiempo aquí– La doctora explicaba con paciencia y su voz era serena.

–Me llamo Erik, Erik Bloid Evans– Luego le di el número de mis padres.

<<La felicidad se fue tan rápido que ni siquiera tuve tiempo de disfrutarla. Justo cuando empezaba a darme una nueva oportunidad, la vida va y me golpea>>

<<Justo cuando comenzaba a vivir la vida, me da la espalda. Y Livi también>>

<<¿Dónde está?>>

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