Capítulo 16

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Shelby salió corriendo de casa con los ojos enrojecidos y se abrazó a Jennie.

—Oh, Jennie —lloró su madre, con un puñado de pañuelos húmedos en la mano— Lo siento tanto. Tenía que haberle dicho que volviera antes.

—No pasa nada, mamá —le dijo, con más valentía de la que sentía— Lisa va a encontrar a Ella.

—¿Lisa? —su madre la miró— No comprendo...

Lisa dio un paso adelante y le ofreció la mano.

—Soy Lisa Manobal, señora Kim, la mujer que estaba comiendo con su hija el otro día. Y sí, también soy Pranpriya Bruschweiler, la escritora, pero no tenemos tiempo para charlas ahora. Tengo que cambiarme y después me mostrarás por dónde entró Ella en el bosque.

—¿Vas a ir a buscarla? ¿Ahora?

—Desde luego. Preparadme una botella de agua y un sándwich para Ella. Debe de estar hambrienta.

Jennie sintió una oleada de esperanza, pues la confianza que despredía ya era tranquilizadora.
Cuando se hubo puesto ropa deportiva y botas, fueron juntas hasta el lugar por donde Ella había entrado en el bosque. Lisa llevaba linterna y gafas de visión nocturna.

—¿Podéis volver sin la linterna? —les dijo a las dos mujeres, y ellas asintieron— Mejor, porque creo que la necesitaré. No te preocupes, cariño —le dijo a Jennie— Te llamaré. Y encontraré a tu hija.

Y desapareció entre la vegetación antes de que Jennie tuviera tiempo de darle las gracias.

—Jennie ¿Qué hay entre vosotras dos? —preguntó su madre

—Oh, mamá —suspiró ella— No me preguntes eso. Ahora sólo puedo pensar en Ella.

—Pero... es Pranpriya Bruschweiler. ¡Pranpriya Bruschweiler!

—De acuerdo. Será más fácil si te digo la verdad. Vamos, volvamos a casa.

Jennie le contó todo a su madre, y le habría gustado tener una cámara para grabar su expresión. Le contó hasta que creía estar enamorada de ella, aunque no le dijo que podía estar embarazada; en aquel momento, no podía pensar en otro hijo que no fuera Ella.

—No me lo puedo creer —fueron las primeras palabras de Shelby cuando llegaron a casa— ¿Te quiere?

—Eso dice.

—Pero tú no la crees.

—No lo sé, mamá. Es Hal Hunter disfrazado, y quería acostarse conmigo.

—Ya veo. Pero Hal no es un mal hombre, hija. Bajo su coraza, es un héroe, y por eso a los lectores les gusta. Está claro que lo que necesita es encontrar a la chica perfecta, y ésa eres tú. ¿Cómo no iba a enamorarse de ti?

—Oh, mamá —lloró Jennie.

—Dame un abrazo.

Se perdió en los brazos de su madre hasta que sonó su móvil. Ambas dieron un respingo y Jennie respondió.

—Aún no la he encontrado, Jennie —dijo Lisa directamente— pero quería llamar para ver cómo estabas.

—Estoy más tranquila ahora que sé que tú estás buscándola.

—No podía dejar que la mujer a la que amo estuviera preocupada toda la noche, ¿no?

A Jennie le dio un vuelco el corazón. No era una mala mujer, como había dicho su madre. Una heroína. Eso era Lisa para ella en ese momento. O más.

—Oh Lisa, yo también te quiero —dijo, y echó a llorar de nuevo.

—¿He oído bien? ¿Has dicho que me querías?

Princesa de Hielo | Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora