Falso culpable (Jinx)

Capítulo 10

El reloj marcaba un poco más de las tres de la mañana, estaban cansados con hambre y frío. Dado que el cansancio y el sueño eran mucho más fuertes que cualquier otra cosa, pensaron en ir a dormir tan pronto entraron en la habitación del hotel, Jaekyung dejo salir un suspiro en medio del silencio, pensando que sería otra de esas noches largas donde no iba a dormir más de una hora. Aunque se suponía que el ambiente ahí sería más cálido, no le tomó mucho tiempo determinar que hacía casi el mismo frío que en el exterior. El lugar estaba en pésimas condiciones así que no había mucho que hacer por volverlo un sitio más acogedor.

Vio que Dan se acercaba al pequeño armario que estaba ahí, y encontró una cobija extra; grande y acolchada con la que seguro conseguiría dormir. Le vio poner mala cara preguntándose qué era lo que tanto le incomodaba.

—En serio ¿Qué rayos pasa con todos en este lugar? Es obvio que, si la habitación tiene dos camas, debería haber más cobijas— vociferó y le pareció tan divertido verlo sonrojándose cuando ya ni siquiera lo tenía cerca.

—No importa, yo estoy bien así. Tú quédate eso—suspiró de nuevo y se dejó caer en la cama, mirando a Kim Dan con su chaqueta puesta. Por más que intentaba dejar de sonreír, no podía hacerlo. Era imposible, se sentía bien, se sentía demasiado bien haber sido capaz de abrazarlo y mantenerse así durante un buen rato; además de intercambiar el calor de sus cuerpos, se había convencido de que lo que sentía por él era algo más que un interés meramente profesional, no veía a Kim Dan como el molesto compañero incompetente que lo consideró al inicio de todo, sino que le parecía la compañía perfecta y se hacía ideas de pasar tiempo con él incluso si debía verlo fuera del trabajo, sentía algo más... Y era ese algo que lo emocionaba y le daban ganas de tenerlo cerca olvidándose por un momento de la investigación.

No sabía cuándo tendría una nueva oportunidad como esa, así que ahora todo lo que podía hacer, era guardar ese recuerdo en su memoria a largo plazo.

—Oye Kim Dan— lo llamó.

—¿Hm?

—¿Podrías mirarme mientras te hablo?

—¡¿Qué?!— respondió fastidiado. Dan siempre hacía esa cara tan rara cuando algo le molestaba y fue entonces que se dio cuenta que había estado memorizando esa expresión durante mucho tiempo.

—Mañana vamos juntos al aeropuerto para ver si recuperaron tu maleta.

—Ah... eso.

—¿Esperabas que te dijera algo más?

—Por supuesto que no— lo notó incómodo. Era tan obvio mientras evadía su mirada a toda costa.

Él por su parte lo disfrutaba, se sentía el grandioso poseedor de esa estupenda habilidad para ponerlo inquieto.

En ningún instante había dejado de verle las orejas rojas y todavía recordaba cómo era que sus corazones habían latido al mismo ritmo como si estuviesen conectados en ese abrazo.

—He estado pensando esto durante algunos días. Creo que tenemos que hablar del beso... bueno, en realidad han sido dos besos. ¿No crees? — al levantar la mirada pudo ver como la espalda de Kim Dan temblaba ligeramente.

Había querido tocar el tema varias veces, pero nunca encontraba el momento apropiado para hacerlo. Quizá, ahora lo era; estaban solos, alejados de todos en el trabajo y después de su primer fracaso en la búsqueda del supuesto hijo del asesino no tenían mucho que hacer además de dormir.

—Yo... ya ni... ni siquiera me acordaba de eso— mentiroso, se dijo al escucharlo tartamudear.

—Entonces ya que te lo he recordado ¿Deberíamos hablar sobre eso?