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Pov Yoongi

Bostece esperando a que el café estuviera listo, revise el móvil y no había mensaje de Kook, pero estaba con Hoseok, por lo que no había problema, no debía preocuparme.

Me senté frente al televisor para ver las noticias, dentro de pronto debía ir a trabajar, sonríe ante el recuerdo de Hoseok en aquella habitación.

¿Habrá encontrado con quien pasar la noche? ¿Alguien más lo habrá escuchado gemir de esa forma tan excitante?

Negué bebiendo de mi café, aparte la vista del televisor al escuchar el sonido de unas llaves en la puerta.

— Hola papá — Kook me vio algo sorprendido.

— Buenos días jovencito — traté de sonar molesto, algo casi imposible.

Mi pequeño bebé se había convertido en un hombre, muy guapo y atractivo, a su edad yo también quería comerme el mundo.

— Se nos hizo tarde — habló tomando asiento a mi lado.

— ¿Y Hoseok? — voltee a ver al televisor, solo preguntaba por curiosidad.

— Lo deje en su casa, ahí pasamos la noche — explicó y solo pude asentir.

— Fingiré que no vi las marcas en tu cuello, eres un adulto y se que tomas tus propias decisiones, estaré listo para cuando me quieras decir, pero también respetaré si no quieres hacerlo — me puse de pie llevando la taza al fregadero.

La pluma pegaba con la madera de mi escritorio, aquel contrato no se estaba resolviendo bien, todas las cláusulas no nos favorecían, sea como sea solo recibiríamos el mínimo de ganancias.

— ¿Qué pasa Yoongi? — levante mi vista del ordenador para verlo.

— Sabes lo que pasa Taehyung, si hacemos bien el trabajo y genera ganancias recibiremos el mínimo, si no tendremos que pagar esa multa, todo el riesgo lo estamos cubriendo nosotros — suspire recargandome en mi asiento.

— Dejemos un momento esto y hablemos de otras cosas — propuso cerrando mi laptop —. ¿Haz vuelto a salir con el chico de aquella fiesta en la que me dejaste solo? — cuestionó con una sonrisa en sus labios.

— Solo el día que pedí cancelar todas mis citas por cuatro horas — hable recordando como me había gustado esa iniciativa de Hoseok.

Era la primera vez que alguien iba a buscarme para tener más de mi, siempre era usual solo algo casual, de una noche, solo una noche.

— ¿Enserio? Creí que había pasado algo — me reclamo y solo pude sonreír.

— ¿Y tú? Últimamente andas muy misterioso Tae — me acerque al escritorio para verlo —. ¿Algo de lo que no me enterara? — cuestione sin dejar de verlo.

— Conocí a alguien, pero es algo prohibido — su tono nervioso lo exponía.

— ¿Alguien casado? ¿Comprometido? ¿En una relación? ¿Menor de edad? — eran las únicas situaciones en las que podría tomarlo como prohibido.

— No, pero — suspiró casi frustrado —. ¿Qué pensarías de salir con alguien de la edad de tu hijo? — esa cuestión me confundió un poco.

Lo observaba atento, tratando de descifrar si sabía algo de la edad de Hoseok.

— ¿A que te refieres? — lo observe atento.

— Yo me refiero a que... — guardo silencio cuando llamaron a la puerta.

— Después seguimos — le mencioné dejando que pasarán.

— Disculpen, están aquí las personas que estaban esperando — habló la secretaria y asentí.

Observe a Tae antes de salir, aun sintiéndome confundido por lo que me dijo.

Llegue a la casa agotado mentalmente, no encontraba aún la forma que no saliera perjudicada la empresa, al llegar a la sala vi ahí recostado a Hoseok sobre el sofá.

¿Tanto había estado pensando en él que ahora lo veía ahí?

— Hoseok y yo veremos películas hoy ¿no hay problema? — vi a Kook entrar con un recipiente lleno de palomas de maíz.

— Ninguno, pidan lo que deseen para cenar, tomaré una ducha — me marche sin voltear a ver a Hoseok, pero sentía su mirada sobre mi.

El agua hizo que mi piel se relajara, baje encontrando a Hoseok en la misma posición y a Kook sentado junto a la mesa.

— ¿Pizzas? — me acerque tomando una rebanada.

— Si, no había hamburguesas, son las favoritas de Hoseok — Kook hablo dándole una mordida a su rebanada.

— ¿Qué tal su noche en el bar? ¿La disfrutaron? — pregunté prestando atención a lo que veían en el televisor.

— Bastante — Kook sonrió —. Necesitaba una salida completa con mi mejor amigo — añadió y por la expresión de Hoseok me pude dar cuenta que no estaba muy de acuerdo con esas palabras.

— Me alegro que disfrutarán su noche — pude ver como Hoseok se removida un poco en su lugar.

— No duerman tarde — me puse de pie limpiando mis labios antes de marcharme nuevamente a mi habitación.

Me lave los dientes antes de entrar a la cama, tomando el portátil, necesitaba encontrar la manera de mejorar ese contrato.

Me acomode los anteojos después de un rato, no había visto que había pasado tanto tiempo hasta que alguien llamó a mi puerta, me puse de pie y abrí, pensé que era Kook que necesitaba algo.

— ¿Puedo pasar? — preguntó Hoseok viéndome.

— Claro — me hice a un lado para que pudiera pasar.

— ¿Estabas ocupado? — se quedó quieto y volteo a verme.

— Un poco, ya iba a dormir — explique sin dejar de verlo —. ¿Qué necesitas? ¿Deseabas verme para poder tocarte bien? — bromee recargandome en la pared.

Guarde silencio al ver que no dejaba de mirarme, mordió su labio como si estuviese dudando de estar ahí.

— ¿Qué sucede Hoseok? — volví a preguntar sintiéndome nervioso.

— Yo — murmuró bajo sin dejar de verme.

— ¿Tú que? — me acerque un poco a él.

— Yo quiero que me folles — se arrodilló frente a mi —. Follame una vez más — levantó su vista para verme.

— Hoseok levántate — le pedí acercándome para que se pusiera de pie.

— Dijiste que debía pedirlo de rodillas, así que por fa..... — no deje que terminara su frase.

Me acerque tomándolo por la barbilla y comencé a besarlo despacio, lo ayude a ponerse de pie y lo acorrale contra la pared, pasando mis manos por su cadera, sus manos las sentir rodear mi cuello.

Me separe unos segundos después sin dejar de verlo, sintiendo mi respiración agitada.

— ¿Me follaras? — preguntó pegando su entrepierna a la mia.

Mierda.

Me gusta tú padre - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora