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— ¿Por qué no traes lo que te regale? — me cuestionó al tiempo que dejaba su saco sobre el sofá de la habitación.

— Por qué no pienso usarlo — me cruce de brazos viéndolo.

— Bueno, entonces será mejor que me vaya — vi tomando su saco y negué.

— No te atrevas Min Yoongi — le advertí y me puse de pie —. Primero deberíamos desnudarnos y después lo usaré — me acerque a él y tome su saco, dejándolo nuevamente sobre el sofá.

— ¿Lo usaras? — cuestionó y levante mi vista para verlo.

Tome su corbata para acercarlo a mi, sintiendo como sus manos me tomaban por la cadera.

— Lo usaré — respondí sobre sus labios antes de comenzar a besarlo.

Subí mi pierna rodeando su cuerpo, pegándolo más a mí sintiendo como su lengua se apoderaba de mi boca y sus manos entraban por debajo de la ropa presionando mi trasero, solté un jadeo agudo cuando uno de sus dedos tocaron mi entrada.

— Tranquilo, tenemos toda la noche — sonreí bajando mi pierna y comenzando a desabrochar su camisa, lentamente, botón por botón.

Esta vez no era un silencio incómodo, de alguna forma que en ese momento no entendía, me sentía cómodo con él.

Quite las prendas dejándolo solo en ropa interior, viendo su miembro semi duro, pues la prenda dejaba ver lo abultado que ya estaba.

Sin decirle nada, comenzó a quitar mi ropa, a diferencia suya yo terminé desnudo, no me daba vergüenza estar de esa forma ante él.

— Iré a ponerme esto — tome la caja y avance al baño.

— Si de verdad no quisieras usarlo, lo habrías dejado en tu casa, pero lo trajiste — le escuché decir mientras yo estaba en el baño.

Sonreí ante aquellas palabras, de cierta forma tenía razón, pude dejarlo en mi casa y persuadirlo de alguna forma para que me tomará aquella noche, pero las probabilidades eran bajas, por ello había llevado aquello, aunque también tenía ganas de aventarlo a su cara y decirle que ni en mil años usaría algo como aquello.

Me vi al espejo, era raro, pero no incómodo, quizá Yoongi no tendría mi virginidad, pero tendría la primera experiencia usando algo así.

No me di cuenta que con ello, iniciaría varias de las primeras veces que le entregue a Yoongi.

Salí con aquello puesto, lo vi de espaldas acomodando algo sobre la cama, una botella de lubricante.

— Me veo ridículo — hable bajo para llamar su atención.

No sé cómo explicar la expresión de su rostro, ni la sensación provocó en mí su mirada.

En seguida vi como su miembro se volvía más duro, mordí mi labio sin dejar de verlo.

— No te vez ridículo — aseguró acercándome a mi, como los depredadores se acercan a sus presas.

— ¿No? — mordí mi labio cuando sus manos me tomaron del trasero, levante mis piernas, rodeando su cintura y mis manos quedaron en sus hombros.

— Te vez sexy Hoseok — aseguró presionando mi trasero.

Me moví un poco, sintiendo la fricción de su miembro con el mio.

Me dejó sobre la cama, me observaba, seguramente admirando lo que llevaba puesto.

Aquello solo lo había visto a juego con ropa, no como el que tenía puesto ahora.

Era un arnés de cuero con argollas de metal en las uniones, en la parte superior pasaba por mis pectorales rodeando el área de mis pezones, por la parte de la espalda en forma de "Y", bajaba hasta mi cadera, rodeando la zona y mis piernas, de ropa interior llevaba unas tipo bragas, con toda la área del trasero al descubierto, en la parte de enfrente de mi miembro solo era un velo negro que no dejaba mucho a la imaginación.¹

— ¿Me harás tuyo o hacerme usar esto es solo para verme y cumplir tu mejor sueño húmedo conmigo? — cuestione al ver que solo recorría mi cuerpo con su mirada.

Sonrió de lado y negó.

— Esto no se acerca ni un poco a los sueños húmedos que he tenido contigo como protagonista — me respondió antes de besarme, acomodándose entre mis piernas.

Sintiendo las falsas embestidas que me excitaban tanto, consiguiendo jadeos sobre sus labios y mis manos sobre su espalda presionando un poco mis uñas sobre su piel.

Fueron varios segundos los que estuvimos de esa forma, a Yoongi le gustaba provocarme, excitarme hasta el punto de que le comenzará a rogar que me hiciera suyo.

Y siempre lo conseguía, rogué que me tomará, no deseaba correrme solo por el rose de nuestras zonas íntimas.

Mientras me penetraba me tomo de las argollas cerca de mis pezones, entendí que esa era parte de sus funciones. Gemi alto sentido mi cuerpo temblar, mi mente estaba en ese lugar al que se iba cada vez que Yoongi me llevaba al orgasmo, donde todo estaba bien, la vida no era una completa mierda.

Hice mi cabeza hacia atrás y mis manos presionaban las mantas. Aquella habitación tenía espejo en el techo, pero justo ahora no podía verme, mis ojos sentía llorosos, no de dolor, era el placer que estaba sintiendo, que provocaban que mi lado más vulnerable saliera a flote, los labios de Yoongi sobre mi piel, activando mis terminaciones nerviosas, más al estar en esa zona que el me mostró era tan erógena en mi y que hasta ahora no le había dado importancia, por que nadie había tocado de esa forma en esa zona.

Gemi alto al sentir sus dientes detrás de mí oreja, para después sentir la humedad de su lengua, no me importaba que dejara marcas, no es como que alguien revisara que mi piel no tuviera ninguna marca de nada, podía hacerme un tatuaje y nadie lo notaría.

Esa fue la segunda primera vez que le regalaba a Yoongi, había sido muy discreto y nunca aceptaba que marcarán mi piel, no quería que cuando estuviera en la cama de otro las notarán, pero mi cuerpo sabía antes que yo, que ya no estaría en la cama de ningún desconocido.

Yoongi me gustaba, aunque lleve mucho tiempo negando ese sentimiento.

Me gusta tú padre - YoonseokDonde viven las historias. Descúbrelo ahora