𝙿𝚛𝚘́𝚕𝚘𝚐𝚘

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Querido diario:

Hoy es el día número 253 desde que mis odiosos primos, Edmund y Lucy, invadieron nuestra casa.

No sé cuanto más soportaré el vivir con ellos, o compartir todo con ellos.

Si tan solo se pudiera tratar a los parientes como tratas a los insectos, todos mis problemas estarían resueltos.

Simplemente los pondría en un frasco o los clavaría con un alfiler.

Nota personal: Investigar las implicaciones legales de empalar a tus parientes.

✵✵


Edmund abrió la puerta de madera de la casa de su tía Alberta y dejó pasar a Lucy que cargaba los víveres que habían comprado y que sus tíos les habían encargado.

—¡Ya llegamos! ¡¿Hay alguien en casa?!—exclamó ella con voz cantarina, antes de ir hasta la cocina.

Edmund suspiró pesado y cerró la puerta detrás de él.

—Hola, tío Harold —dijo Lucy, pasando por el lado del hombre —Traté de comprar zanahorias, pero solo tenían nabos —. Su tío estaba sentado en el sillón leyendo el periódico, ni siquiera se molestó en despegar la vista para contestar —. ¿Quieres que prepare la sopa? La tía Alberta llegará pronto —Y otra vez, el hombre ni se inmutó de su presencia —. Tío Harold.

Edmund odiaba que hiciera eso, así que, infantilmente, hizo una mueca hacia su tío.

Una que él, obviamente, ni siquiera notó.

—¡Padre! ¡Edmund se burlaba de ti! —lo acusó Eustace, su odioso primo, desde las escaleras. Edmund lo miró enfadado, pero él niño respondió soplando una bolita de papel con una bombilla.

—¡Eres un-...! —se apresuró a perseguirlo por las escaleras, y Eustace no tardó en huir de él.

—¡Padre, me quiere golpear!

—¡Edmund, mira!

Lucy, que estaba revisando la correspondencia, apareció detrás de él mostrando una carta de sobre blanco. Justo antes de que Edmund alcanzara siquiera a tocarle un pelo a su primo.

—¡La envía Susan! —sonrió Lucy.

Y en menos de un minuto, ambos hermanos estaban en la habitación en la que Lucy dormía. Sentados en la cama mientras leían la carta en voz alta.

"Desearía que estuvieran aquí con nosotros" —comenzó a leer Lucy —". Ha sido toda una aventura, pero nada como lo que vivimos en Narnia. América es muy emocionante, excepto porque nunca vemos a papá. Trabaja mucho" —hizo una mueca —". He sido invitada a una recepción de la armada por un oficial Británico. Quien es bastante guapo. Creo que le gusto" —Lucy apretó los labios, Edmund rodó los ojos y se levantó de la cama para acercarse a un cuadro que colgaba en una de las paredes de la habitación — ". Parece que los alemanes han hecho el cruce algo complicado ahora. Los tiempos son difíciles. Mamá espera que puedan quedarse en Cambridge un par de meses más" —Edmund y Lucy se miraron horrorizados —. ¡Otro par de meses! ¿Cómo vamos a sobrevivir?

Edmund volvió junto a su hermana y tomó la carta en sus manos. Leyó rápidamente para comprobar las palabras de Susan, él mismo.

—Tienes suerte, al menos tienes una habitación para tí —suspiró —. Yo me quedo con el monstruo bocón.

Lucy ahogó un suspiro y se levantó. Edmund, en cambio, aprovechó para poder acostarse en la cama.

—Susan y Peter son los que tienen suerte —se acercó al espejo en su habitación —. Llenos de aventuras...

𝘓𝘰𝘷𝘦 𝘉𝘦𝘵𝘸𝘦𝘦𝘯 𝘜𝘴 - 𝙴𝚍𝚖𝚞𝚗𝚍 𝙿𝚎𝚟𝚎𝚗𝚜𝚒𝚎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora