instinto

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Habían pasado diez años desde que abandonó la casa Grimes, seguía con Merle trabajando en cosas no tan legales en el bajo mundo. Un día como cualquiera, Daryl iba a comprar cigarrillos en una tienda de gasolinera, dónde una patrulla se detenía y de ella salía Shane, ¿Cómo lo sabía?, bueno, esa nariz podría reconocerla en cualquier lado, el hombre se acercó a él.

— Oye, Dixon. - el nombrado no hizo caso y siguió su camino. — Imbécil. - llamó más cabreado mientras lo tomaba del hombro, ante esta acción, Daryl da media vuelta y lo empuja.

— No vuelvas a tocarme idiota. - gruñó e intento irse.

— ¿Has visto a Rick? - aquel nombre lo detuvo.

— Claro que no.

— Entonces no lo sabes.

—¿Qué?

— Los Grimes murieron. - ante esas palabras Daryl se acercó al hombre.

— ¿Cuándo?

— Ayer, Rick está destruido, si realmente te importaron deberías ir. - sin decir nada más, Shane se alejó.

En todo el día Daryl se quedó pensando en lo que aquel idiota le había dicho, ni siquiera le ponía atención al omega a su lado.

— ¿Qué pasa hermanito, no te gusta la dulzura a tu lado? - preguntaba un alcoholizado Merle.

— Tengo que irme. - se paró sin dar explicación alguna y salió de aquel bar.

Encendió un cigarrillo y caminó hasta la casa de los Grimes. Al llegar buscó la llave que siempre guardaban en una maceta en la entrada, al encontrarla abrió la puerta.

— ¿Rick? - llamó al menor con algo de temor, al no recibir respuesta entro con más confianza y miró a su alrededor, no había cambiado mucho desde la última vez.

Observo las fotos que reposaban sobre la chimenea, algunas eran de Rick y él abrazados, otras eran de sus graduaciones y finalmente se encontraba un marco con Rick feliz mientras abrazaba a Shane y una castaña, tomo aquella foto y pasaba las yemas de sus dedos por la cara de Rick, sonrió al ver cuánto había crecido su pequeño hermanito omega.

Escuchó el motor de un auto estacionarse fuera de la casa y al mirar por la ventana se dio cuenta de que era Rick, pero no venía solo, la mujer de la foto lo acompañaba, Daryl aunque infantil, se escondió de su hermano.

— Lamento lo de tus padres. - una voz femenina se escuchó cuando entraron.

— Gracias Lori, no sé qué haría si no estuvieras aquí.

— ¿Necesitas algo antes de que me vaya?

— Que te quedes, aquí, conmigo.

— ¿Estás seguro?

— Ayúdame a sentirme mejor Lori.

Después de eso Daryl no escucho más por unos minutos, así que decidió averiguar y vaya que se llevó una sorpresa al ver a su querido hermano recostado en el sofá mientras la mujer le comía la boca. Algo en el interior de Dixon se revolvió, su lobo gruñía en su interior y sin poder controlarlo fue hasta la pareja, tomo a la mujer y la alejó con brusquedad de Rick.

— ¡¿Qué mierda?!

— ¡Lárgate de aquí! - ordenaba el alfa con su voz de mando a la mujer beta.

— No...

— ¡Tú te quedas dónde putas estás! - Rick gruñó bajo al no poder ir en contra de aquella orden. Daryl fue hasta la puerta. — No te quiero cerca de aquí. - dijo antes de cerrar la puerta con un gran azotón y regresó con su compañero.

Se sentó en el sillón de enfrente, los dos hombres se miraban con miradas retadoras.

— ¿Qué haces en mi casa? - Rick fue el primero en hablar.

— Supe que los Grimes murieron, quería ver si estabas bien. - bufó. — Parece que sí.

— Lo estoy, ahora largo.

— ¿Qué fue lo que pasó?

— Accidente de carretera, ahora vete.

— Rick...

— No, no vengas aquí a fingir que te importaron, que yo te importo.

— Ya no eres el mocoso de siempre.

— No esperabas encontrarlo después de 10 años, ¿No? - Daryl miró a otro lado. — ¿Realmente esperabas que el niño al que abandonaste hace 10 años sin siquiera despedirte iba a estar esperándote?, que arrogante Dixon. - rió con amargura.

— Rick, yo solo quería protegerlos.

— ¿Protegernos de quién?, ¿Del idiota con quien te fuiste? - Daryl no dijo nada. — Eso pensé.

— Eso no explica el porqué ibas a acostarte con esa beta el día del funeral.

— No es tu maldito problema, hermano.

Daryl se levantó y fue directo hasta Rick, recargó su mano en la parte trasera del sillón y acercó de forma amenazante su cara a la de Rick.

— Desde ahora es mi maldito problema. - susurró.

my little brotherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora