Ojos de cachorro

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Después de tan mal momento que pasó el alfa, Rick le quitó el bozal y se recostaron en la cama.

— Será mejor que vaya a descansar.

— ¿No dormirás aquí?

— No, estás castigado.

— Entendí que hice mal. - besó el hombro del omega. — No volverá a pasar.

— Oh, créeme que lo sé, porque la próxima vez haré que veas como se comporta un buen perro. - Daryl tomo la mano de Rick y besó su dorso, luego puso la palma en su mejilla y mordió el interior de su muñeca.

— Perdóname amo. - antes de que el omega pueda refutar, Daryl lo jaló, cayendo en el pecho del alfa, el cual lo abrazó sin posibilidad de escape.

— Esto te costará muy caro. - gruñía el omega mientras se removía intentando liberarse.

— Antes te encantaba estar entre mis brazos. - recordó con nostalgia.

— No me interesa, ya no soy ese niño que siempre estaba tras tu sombra.

— ¿Recuerdas esa vez que te caiste de un árbol? - Rick dejó de removerse.

— No...

— Claro que lo haces, yo había subido para alejarme de todos y luego tú estabas gritándome desde abajo intentando subir.

— Luego caí y me disloque el hombro. - terminó el relato.

— Recuerdo estar muy asustado cuando te vi en el suelo llorando.

— Papá llegó e intentaste decirle lo que pasó.

— Pensé que me culparían.

— Papá nunca pensaría que me lastimarías a propósito, confiaba en ti.

— Y lo agradecía de verdad.

— Claro.

— Realmente jamás te lastimaría a propósito Rick.

— Te pedí que no te fueras y aun así lo hiciste, así que no me digas que no sabrías que eso me dolería.

— ¿Sabes lo que recuerdo de esa noche?

— No.

— A un pequeño omega desprendiendo un olor a lavanda que tranquilizaba todos mis sentidos, que me calmó cuando estaba dispuesto a matar al imbécil de Merle, un olor que siempre me recordaba que tenía un hogar, porque eso eres para mí Rick, eres el lugar seguro al que siempre volveré. - Rick no dijo nada, una parte de él quería seguir odiando a Daryl y protegerse del dolor, pero otra quería creerle, quería volver a confiar en el alfa y crear la ilusión de que no volvería a dejarlo solo en un mundo tan cruel. Esa noche durmieron juntos y el alfa volvió a prometer en la oscuridad de la habitación que haría todo para recuperar a su hermano.

La mañana siguiente Daryl se levantó temprano dispuesto a preparar el desayuno, dándose cuenta de que la lacena y el refrigerador estaba casi vacíos, tomo unos huevos y preparo un licuado con la poca fruta del lugar, cuando Rick bajó lo encontró emplatando la comida.

— Buenos días, Rick. - saludo al verlo.

— Buen día. - dijo en voz baja antes de sentarse en la barra, Daryl le acercó uno de los platos. — Gracias. - tomo un bocado y sin poder evitarlo un gemido de satisfacción salió de sus labios, el alfa, por otro lado, sonrió victorioso.

— ¿Tienes planes para hoy? - el omega negó mientras seguía comiendo.

— Bien, podemos ir al supermercado a comprar algunas cosas.

— ¿No tienes que ir al taller?

— No, le avisaré a Glenn que faltaré hoy.

— ¿Glenn?

— Un amigo, es beta y está casado con una alfa, un día podría presentártelos. - Rick se encogió de hombros. — Este día solo seremos tú y yo. - Rick celebró sarcásticamente.

Al llegar a la cadena comercial tomaron un carrito y entraron.

— Ayúdame con la lista, ¿Quieres?

— ¿Hiciste una lista?

— Claro, ¿Por qué?

— Es demasiado hogareño para ti. - el alfa alzó una ceja sin entender. — Ya sabes, lo último que recuerdo de ti es que querías cazar tu comida y esas cosas.

— ¿Estás bromeando? - vio una pequeña sonrisa asomándose en los labios de Rick. — Ok, primero, yo no era un niño mimado y privilegiado al cual sus padres le daban su comida en la boca. — Rick intento refutar, pero Daryl fue más rápido. — Segundo, soy un hombre civilizado, gracias a tus padres y tercero, ¿Quién sale sin una lista de compras?

— Bueno, Lori es quien lleva cosas a casa, así que no sé mucho de esto.

— Sigues siendo un niño mimado Rick.

— ¿Disculpa?

— Voy a enseñarte a ser un adulto. - con una mano tomó su cintura y con la otra guiaba el carrito. — Primera estación. - frente a él estaban las frutas y verduras. Rick empezó a enlistar las cosas y así fue todo el recorrido hasta llegar a los detergentes. — Bien, todo lo de este pasillo va debajo del carrito.

— ¿Por qué?

— ¿Cómo que por qué?, no puedes revolver los alimentos con los utensilios de limpieza.

— Igual vamos a lavarlos.

— Rick. - soltó un pequeño gruñido de advertencia, lo que hizo al omega rodar los ojos y hacer lo que se le pedía.

Al girar en un pasillo para ir a la caja a pagar se encontraron con una mesa de pruebas gratis, tomaron el bocado que se les ofreció y para Daryl no paso desapercibido el cómo Rick había disfrutado aquel trozo.

— Podemos llevar si quieres. - Rick lo miró con el ceño fruncido, pero aquel brillo en sus pedacitos de cielo lo hicieron sonreír.

— No, ya es demasiado. - dio media vuelta y se fue dejando a Daryl atrás.

— Su omega es caprichoso. - comentó la señora que se encargaba de dar las muestras.

— Lo sé, me da uno, por favor.

Rick ni siquiera lo esperó a que pagara, lo encontró en el auto mirando su celular.

— Pareces un adolescente. - le dijo tan solo entrar.

— Negan nos invitó a otra fiesta. - Daryl enarcó una ceja.

— No pienso ir.

— Pero yo sí.

— Que tal si no vamos y a cambio te doy esto. - mostró la caja de lo que habían probado antes. Rick lo miró fastidiado, pero aun así tomó la caja.

— Bien. - refunfuñó. — Te dije que no los quería, ¿Por qué los compraste?

— Tus ojos de cachorros fueron los culpables. - el omega volteo hacia la ventana sin decir palabra alguna. — Te conozco lo suficiente para saber cuándo algo te gusta y créeme que siempre voy a complacerte en todo lo que pueda.

— Estoy cansado y tengo hambre, vamos a casa ya. - Daryl sonrió mientras arrancaba el auto e iban a su hogar.

*********** AVISÓ ***************

¡Gente les juro que ya tengo los capítulos, solo me falta editarlos y subirlos!

my little brotherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora