Parte 8

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6:40 am

— Hice tostadas con crema — menciono el pequeño pelinegro con un destello en los ojos mientras colocaba la mesa.

— Supongo que encontraste la receta en internet — inquirió con obviedad.

— Así es — asintió — me sorprende como los humanos almacenan toda su información en este artefacto — señalo el móvil en su mano.

— ¿Y ustedes dónde lo almacenan? — pregunto con curiosidad mientras disfrutaba del platillo.

— En aquí — señalo su cabeza con una sonrisa y Minho no pudo evitar reír.

— ¿Vas a decir que puedes memorizar información tan extensa en esa cabecita?.

— Realmente si, mi tripulación tiene esa habilidad, para los demás existen las Faranas, son lo que aquí le llaman Red — explico.

— Es mucho que recordar, ¿No lo crees?.

— Lo es, pero puedo almacenar la información menos importante para así continuar adquiriendo más conocimiento.

Minho asintió comprensivo; aunque aún le resultaba fascinante lo que el menor le contaba, seguía creyendo que él realmente vivía de conocimientos y no de experiencias, pues la facilidad con la que se sorprendía delataba eso. Al concluir el desayuno, optó por buscar su pequeña maleta de trabajo y tomar las llaves de la casa para dirigirse a sus deberes.

— Está vez iré solo al trabajo, no quiero que toques nada — advirtió.

— Voy a aburrirme si se va, déjeme acompañarlo — insistió el menor con un tono aniñado.

Aunque sus compañeros no tenían problema en recibir al menor, para Minho este chico representaba una gran distracción, ya que no podía despegarle los ojos mientras trabajaba.

— Puedes usar cualquier juego de mesa o pintar algo — sugirió.

— Quiero estar con usted — exigió nuevamente.

— La otra vez fue muy arriesgado; podrías tener uno de tus ataques y meternos en problemas — advirtió tajante, y Jisung finalmente suspiro con rendición — Prometo llegar temprano, ¿está bien? — afirmo sin obtener respuesta.

Ante el ensordecedor silencio, se decidió caminar hacia la puerta para salir de casa; sin embargo, detrás de esta se encontraba un hombre de cabellos rubios que recordaba muy bien.

— Puedes irte tranquilo, yo acompañaré a Joe — sonrió con superioridad y rápidamente escucho los pasos del menor corriendo hacia su dirección.

— ¿Chan?, ¿Sucedió algo? — pregunto Jisung.

— Nada en realidad, solo quise venir a hacerte compañía.

Minho rodó los ojos sutilmente antes de abrirle paso al hombre para que entrara a su hogar.

— Minho me dejó estos juegos de mesa, puedes ser mi oponente — sugirió el menor con entusiasmo.

— ¿Tu no te ibas? — pregunto Chan luego de observar al pelinegro apoyado en la puerta semi abierta.

— Estoy esperando a que Jisung decida entrar al auto — hablo, sonando más como una exigencia.

— Pero usted me dijo qu...

— Que te apresuraras; voy a llegar tarde si sigues ahí sentado — advirtió, Jisung se levantó del sillón con confusión y camino en dirección al garaje, como el mayor había ordenado.

— Solo para que lo tengas en cuenta, Joe podrá ser muy hábil pero aún es muy ingenuo y despistado; si algo le llega a ocurrir, serás el primero en sufrir las consecuencias — sentenció el rubio con un tono certero antes de regresar por donde vino.

"¿Acaba de amenazarme?"

8:00 am

— Jisung se va a desgastar si lo sigues mirando de esa forma — advirtió el pelinegro con gracia, y Minho apartó la mirada apenado al ser descubierto; Changbin no se había esforzado en hablar más bajo.

— Eres un idiota — regañó a su compañero, proporcionándole un ligero empujón con su brazo.

— Lo siento — se disculpó sin perder la sonrisa en su rostro, la situación había sido muy cómica — Pero intenta disimular un poco, ¿está bien?

— Solo me estaba asegurando de que no rompiera nada — explicó con un sonrojo en su rostro.

— No es un niño, Min; puede quedarse quieto si le das algo para distraerse, ¿no lo ves? — señaló al menor entretenido observando partículas desde el microscopio de Seulgi.

— ¿Qué es lo que está viendo? — preguntó con curiosidad, Jisung parecía bastante interesado en la lente del artefacto.

— Seulgi le está enseñando un poco del trabajo; parece que el chico aprende rápido. Escuché que le está ayudando a terminar las muestras, ¿no es sorprendente?

Minho asintió con algo de inquietud, esto significaba que ahora tendría que llevar al castaño consigo más a menudo.

— ¿Qué tanto chismean ustedes dos? Quiero esos informes de analítica para esta tarde — exigió la pelirroja con autoridad.

— Sí, señorita Seulgi — respondieron al unísono antes de mirarse con complicidad.

11:00 am

— Señorito Changbin, ¿usted también es mayor que yo? — preguntó Jisung con inocencia, provocando risas en todo el laboratorio y generando una sensación de vergüenza en el mencionado.

— Dime solo Changbin... por favor — corrigió el pelinegro.

— Lo siento, creí que todos se llamaban así en el trabajo — se disculpó apenado.

— A mí sí me gustó el pronombre — aseguró Minho, acercándose a la conversación.

— Yo creo que en realidad te gusta el que lo dijo — sugirió Changbin, recibiendo una advertencia silenciosa de Minho.

— ¿Yo le gusto, señor Minho? — preguntó el menor, consiguiendo ruborizar enormemente al mencionado.

— N-no... es deci-r... en real-idad...

La estruendosa risa de Changbin interrumpió la entrecortada respuesta del pelinegro.

— Dios, ustedes son adorables — terminó por decir luego de limpiar sus lágrimas producto de su carcajada.

— Dejaré de ser adorable para ti cuando te apuñale con este bisturí — amenazó, logrando borrar la sonrisa de Changbin rápidamente.

— ¿Los amigos se apuñalan entre sí? — preguntó Jisung con preocupación.

— Él no es mi amigo, es un compañero de trabajo — corrigió Minho.

— Me estoy ofendiendo — dramatizó el pelinegro con resentimiento — Creí que me amabas, Minie.

— ¿A Seo le gusta el señor Minho? — concluyó Jisung con sorpresa en su voz.

Ambos implicados se miraron entre sí antes de formular una expresión de disgusto y desviar la mirada.

— Eww, prefiero mil veces besar a mi perro que a este idiota — aseguró el pelinegro con desagrado — además, a Minho ya le gusta alguien de este laboratorio — afirmó con picardía antes de guiñarle un ojo al menor.

Jisung observó a su alrededor con intriga, pues los únicos que se encontraban en la habitación, aparte de él, eran Changbin y la señorita Seulgi.

— ¿Puedes dejar de meterle ideas en la cabeza? — regaño Minho con impaciencia.

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Hola mi gente intelectual, ¿Que tal su navidad?
😁

ALIEN / Minsung Donde viven las historias. Descúbrelo ahora