ALIEN / Minsung

Parte 7

5:30

- Estoy aburrido... - reclamó el pequeño pelinegro alargando la última sílaba.

- Si tan aburrido estás por qué no te vas con tu amiguito ese, creo que puede entretenerte mejor que yo - recomendó con irritación en su voz y Jisung rodo los ojos.

- Podría ayudarle a terminar su trabajo - sugirió el menor jugueteando con sus dedos.

- No gracias, puedo hacerlo solo - aseguro.

- Usted a estado en ese escritorio toda la tarde. Solo explíqueme lo que debo hacer, yo aprendo rápido - insistió acercándose al mayor.

-Bien...- se levanto inesperadamente de su silla y tomo a Jisung para sentarlo sobre esta - quiero que realices un análisis químico de estos compuestos organometalicos y lo transcribas sobre este documento antes de las ocho - señalo el archivo de Word en la computadora - Yo iré por un café - se retiro relajado.

Jisung se quedó estático sobre el escritorio sin saber exactamente por dónde empezar.
Antes de entrar en una crisis cerebral observo el artefacto telefónico olvidado sobre la mesa y una idea se le cruzó por la cabeza.

7:40pm

Minho despertó con una sensación de alarma al comprobar la hora; un descuido lo había sumido en un sueño bastante prolongado, y ahora enfrentaba el desafío de finalizar el documento en menos de veinte minutos.

Apresuradamente, regresó a su escritorio, donde se topó con el pequeño pelinegro sumamente concentrado frente a la computadora con sus costosos lentes adornando sus ojos.

- ¿Qué haces? - interrumpió.

- Su trabajo señor - explico sin retirar la mirada del computador.

Minho se inclino para observar el archivo, viendo como este ya se encontraba en media transcripción y con los clips perfectamente organizados sobre la mesa.

- ¿Me permites revisar un momento? - pregunto recibiendo una afirmación de este.

Con lentitud analizó cuidadosamente el informe y redacción del documento, el cual a pesar de tener algunos detalles estaba muy bien transcrito y con una fácil compresión lectora.

- ¿Cómo demonios lo hiciste?.

- Dejo su celular en la mesa - mostró el artefacto - todo está en internet - sonrió con orgullo, mostrando sus pupilas más grandes de lo normal.

- ¿Por qué tus ojos están...

- Los adapte a la medida de sus lentes - explico pestañeando un par de veces.

- Aveces olvidó que no eres de este planeta - nego repetidas veces mientras una sensación de alivió relajaba su cuerpo al tener el trabajo listo para entregar.

- Usted tampoco - reiteró y Minho nego un par de veces antes de tomar asiento en el escritorio para terminar el trabajo.

6:00 am

Minho abrió los ojos con confusión al notar el espacio vacío en su cama, su mirada recorrió la habitación en busca del pequeño pelinegro sin éxito. Con preocupación, se levantó de entre las sábanas y antes de entrar en alerta escuchó el tintineo de platos desde la cocina.

Con más alivio se dirigió al tocador para darse una ducha refrescante, el clima caluroso de la mañana se reflejo por las ventanas con un sol resplandeciente.
Diluido por el relajo de las aguas tibias salió de la ducha sin remera, olvidando por completo que ahora convivía con un pequeño huésped en su casa.

Recorrió el pasillo hacia la cocina con normalidad, pero antes de abrir la nevera, el estruendo de un plato rompiéndose captó su atención.
- Jisung -, observó al menor con mejillas sonrojadas. Inesperadamente, las estanterías se abrieron solas, y los utensilios vibraron en los cajones.

- ¿Qué te pasa? ¿Es uno de tus ataques? -, preguntó preocupado, acercándose rápidamente mientras intentaba entender la situación. Al tocar suavemente las mejillas del castaño, los movimientos de los muebles empeoraron y algunos utensilios salieron disparados de sus cajas.

- Sung, respira, tienes que relajarte - insistió buscando encontrarse con su mirada pero este simplemente huía de esta, fue aquí cuando se percató del enorme sonrojo que ahora adornaba toda la extensión de su cara y la forma en la que se había presentado ante el menor aquella mañana - Oh, lo entiendo - se cubrió de forma inútil con una expresión muy avergonzada antes de salir de la cocina.

Con prisa recorrio el pasillo hasta llegar al tocador, dónde se observo en el espejo para cersiorarse de no haber sido demasiado obvio con el sonrojo de su cara.

- Dios, ¿por qué se veía tan tierno? - nego reiteradas veces, buscando de alguna forma borrar la imagen del castaño con sus bultosas mejillas color carmesí y sus ojos acuosos reuyendo de su persona.
Era indiscutiblemente algo que no sería fácil de olvidar y quizás lo molestaría durante todo el resto del día.

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Si alguien sabe remedios para la jaqueca recomiende por fa 😔