CUPIDO SE ENAMORA

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— ¡DIOS SANTO!, ¡NO PUEDE SER QUE NO TENGA NADA QUE PONERME! — grita Jake ya un poco, bueno, bastante estresado.

— Tranquilízate idiota, y deja de gritar que vas a despertar a todos — le advierte Jay mientras recogía todas las prendas que su mejor amigo revoleaba por los aires.

— ¡PERO NO PUEDE SER QUE NO TENGA NADA LINDO QUE PONERME — vuelve a gritar mientras revolea unos zapatos de marca Valentino — Mira, está la use cuando fuimos a New York a esa pasarela espantosa; está la use cuando termine con mi exnovia; está cuando volví de la fiesta en el yate donde volví con tremenda resaca... ¡Carajo!, no hay nada Jay, ¡NADA!

Jong Seong, ya un poco cansado, agarra a su amigo de los hombros para que se tranquilice un poco, que iba a despertar a la vecina que tiene problemas de audición.

— Relájate de una vez, o te juro que me voy y te dejo solo con tremendo desorden — habla de manera calmada para que su amigo no volviera a gritar — ¿Y si vamos al centro comercial?, no está tan lejos de aquí, además es fin de semana y abren hasta tarde.

Jake sin decir nada más, agarra a su amigo del brazo y sus llaves para bajar corriendo las escaleras.

— Hijo, ¿A dónde vas tan apresurado?, ¿No se van a quedar a comer? — Habla la madre de Jake mientras salía de la cocina.

— Perdón má, pero vamos al centro comercial, no me esperes despierta ¿Sí?, te amoo — habla saliendo apresuradamente hacia la cochera para poder sacar su auto que previamente lo había metido el guardia de seguridad de su vivienda.

Jay simplemente vio a su mejor amigo salir corriendo como alma que lleva el diablo hacia el grage mientras él se ponía sus zapatos.

— ¿Cómo están tus padres cariño, hace mucho tiempo nos lo veo? — pregunta la señora con cabello castaño como su amigo.

Jay queda unos segundos en silencio, ya que las únicas personas que sabían de su situación con sus padres eran Jake y su abuela, no quería preocupar a la madre de Jake. Además, los padres de Jake con los suyos son muy buenos amigos, hasta casi familia, porque estudiaron en la misma universidad en Estados Unidos.

— Bastante bien señora Shim, de echo, creo que hace unos días me comentaron que viajarían hacia Japón por trabajo — miente.

— Me alegra cielo, tal vez en unos meses podamos ir a visitarlos con el padre de Jake y ha- — Fue interrumpida por el fuerte bocinazo que se escuchó afuera del auto del Australiano.

— ¡JAY!, MUEVE EL TRASERO AQUÍ — grita desde el auto.

— Dios, este niño. Bueno tesoro, nos vemos después — dice despidiéndose del rubio.

Jay va rápidamente al auto y se sube mientras su amigo arranca con todo.

— ¡HEY!, maneja con cuidado imbécil, nos vas a matar — grita Jay abrochando el cinturón de seguridad.

— Tenemos que llegar antes que cierren todo, no pienso ir como un patético a esa cita — Jake estaba decidido a encontrar el atuendo perfecto para impresionar a Sunghoon.