Tocando lo prohibido ©

Capítulo 31

La ansiedad ha empezado a tejerse a toda velocidad en mi sistema.

Las manos me tiemblan y siento que, con cada inhalación que doy, me falta cada vez más el aliento.

No puedo apartar la mirada del teléfono que sostengo entre los dedos, debido a los dos mensajes que me han llegado hace unas horas y que no había visto por estar tan concentrada en la conversación que mantenía con Lizy, quien se encuentra conmigo en mi habitación.

Dos mensajes de diferentes de personas.

El primero es de Blake y me está pidiendo que nos reunamos en un lugar que desconozco, para «decirme  algo importante», es lo que dijo en el mensaje. Aquello me hace sentir confundida y, al mismo tiempo, la curiosidad pica en mi sistema por querer saber la razón para tener que pedirme que nos veamos ahora, a las casi diez de la noche.

Y el segundo mensaje, el cual me hace sentir que hay algo completamente erróneo en cada letra del texto escrito, es de Daisy...

¿Por qué?

—¿Ocurrió algo malo? —pregunta Lizy, frente a mí.

—Daisy me escribió —suelto sin rodeos.

Un silencio largo, tenso y tirante se extiende por toda la habitación en ese instante.

Sé que mi prima debe estar tan conmocionada como yo; ella la conoce, desde mucho antes de que me fuese lejos a estudiar la universidad, también la he puesto al tanto de la situación y todo lo que ocurrió entre nosotras.

Después de que terminó la asamblea, Lizy vino a mi casa —con permiso de sus padres y la condición de estar ellos presentes— para ponernos al día sobre todo lo que ha pasado en mi vida y en la suya; en realidad mi prima no tiene mucho que decir al respecto, todo gira alrededor de la religión y su vida se basa prácticamente en repartir literatura por doquier.

En cuanto a mí, le conté todo sobre este año en la universidad; cómo fue que, de un momento a otro, en el punto donde mejor sentía que estaba mi relación con Xhad todo se fue a la mierda —Lizy sabía de mi relación, porque se lo conté en un diciembre pasado cuando la vi—. También le conté sobre Blake y cómo fue que llegué a la conclusión —gracias a Hannia— de que Daisy tenía algo que ver en mi ruptura desastrosa con Xhad. Entonces Lizy está al tanto de la situación.

Ella sabe la clase de persona que es Daisy; no le agrada en lo absoluto y sé que debe pensar que soy una idiota por haber sido amiga de alguien así durante muchos años.

Mantengo la vista fija sobre la aplicación de mensajes.

No sé qué hacer. No sé si moverme, ignorar a Daisy o simplemente bloquearla y terminar con esto de una vez por todas.

En realidad la última opción suena la más sensata para mí en estos momentos —tomando en cuenta que no estoy tan estable mentalmente, desde que ocurrió lo de Xhad—, pero mi curiosidad es más grande que cualquier otra cosa.

—Eileen —habla mi prima, al cabo de un rato de silencio, pero no la miro—, algo debe tramar. Es tan raro todo.

Asiento.

—Lo sé. Pero quiero saber... —admito, y sé que me escucho extremadamente ridícula justo ahora.

Sin esperar ninguna respuesta de su parte, me pongo de pie; presa de un impulso estúpido guiado por mi curiosidad que exige terminar con esto de una buena vez.