c i n c o

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- "En el instante en que te conocí exploté, mi corazón está lleno de ti. Como si hubiera sido planeado, voy directo hacia ti"





Dos semanas más pasaron desde aquella tarde en el lago, dos semanas en las que prácticamente no vio a Moonbin. El contrato se firmó solo unos días después y cuando eso sucedió el pelinegro volvió a Seúl para encargarse personalmente de gestionarlo todo con el propósito que desde la sede comenzaran a dar lo necesario para que Sanha pusiera cuanto antes su plan de negocios en marcha, es decir, se ocupó de apurar las cosas para que desembolsaran el dinero necesario.

En parte Sanha estaba conforme con eso ¿Era lo que quería, no? se lo había dejado bien claro ese mismo día, en cuanto la racionalidad volvió a él y se apartó del beso se lo dijo: "Esto fue un error, no puede volver a pasar".

Aún así no podía dejar de pensar que, hablando de manera literal, la distancia que había puesto Moonbin era debido a sus propias palabras y no porque hubiera querido encargarse él mismo de cosas que en realidad podía delegar. Si lo volvía a pensar en realidad había sido muy duro cuando en primer lugar fue él mismo quien había iniciado el beso y, al ser consciente de ese hecho las ansias por querer por querer verlo para disculparse comenzaban a carcomerlo aunque intentaba ocultarlo. En el fondo un pequeño miedo de haber arruinado las cosas se estaba haciendo un poco más presente cada día.

- Entonces, ¿Vas a contarnos qué sucede? - la voz cansada de su primo Dongmin cortó el silencio en el que se encontraba sumido mientras observaba el atardecer desde la ventana de su habitación luego de un día de trabajo.

Los observó de reojo a él ya Myungjun echarse de espaldas en su cama, suspiró, al parecer no tenían intensiones de moverse ni de dejar pasar la conversación.

- No tengo idea de qué hablan - respondió secamente, debía intentarlo al menos.

- Seré más directo entonces - replicó Jun -. ¿Qué pasó con Moon?, lo notamos Yoon Sanha así que no quieras evadirlo - puntualizó señalándolo en advertencia con el índice -. ¿Acaso hubo algún tipo de desacuerdo?

Sanha volteó apoyándose sobre el marco del ventanal para observar a sus primos que eran también sus únicos y mejores amigos, suspiró una vez más, estaba agotado, nunca les había mentido ni ocultado nada  ¿Por qué lo hacía ahora?

Entonces decidió tener una conversación sincera, se dirigió a un pequeño mueble a un lado de su cama y tras remover algunas cosas dio con una botella de vino, de sus tintos favoritos. Al volverse para enseñárselo a sus primos, quienes lo miraban incrédulos, les sonrió con complicidad.

- ¿Por qué tenías escondida esta delicia? - Saltó Myungjun para arrebatarle la botella de las manos.

- ¿Qué crees? - respondió acercándose para tomar un lugar junto a ellos en la cama -. Claramente no pensaba compartir.

- Eres un...

- ¿Entonces por qué cambias de opinión? - interrumpió Dongmin a Jun que ya estaba a punto de iniciar una pelea -, ¿Por qué compartes ahora?

- Porque les he estado mintiendo y creo que este vino es perfecto para hablar...

- Pero Sannie... tú jamás nos habías mentido.

- Siempre hay una primera vez - contradijo alineando sus labios, la verdad era que no le gustaba para nada el sentirse deshonesto, no con ellos -. Es solo que los últimos meses fueron realmente difíciles y yo solo... yo... no quería hablar con nadie al respecto, no quería explicar.

ᴿᵃᵃᵇᵗᵃDonde viven las historias. Descúbrelo ahora