ᴿᵃᵃᵇᵗᵃ

n u e v e

- "Ahora puedes apoyarte en mi y descansar, te sostendré entre mis brazos porque eres muy especial para mi".

Enormemente desconcertado, así se encontraba Yoon Sanha tras despertar debido a un fuerte golpe. Las palabras y lágrimas de Moonbin lo alertaron, lo vio llorar con la expresión rota e inmediatamente quiso ir hasta él, fue entonces que cayó en cuenta del peso encima suyo. Yoojung estaba sentada a horcajadas sobre él y cuando la observó no solo se sorprendió, también se asustó al notar que la chica estaba desnuda.

Solo necesitó la voz de Bin para que saliera de su letargo, su cuerpo pesaba, le costaba en demasía realizar cualquier movimiento pero ser consciente de que quien estaba encima suyo era Yoojung lo motivaba a hacer el intento.

La quebrada voz de Moonbin resonaba en su cabeza aunque ya se había ido de la habitación. Comenzó a gritar tanto como podía para que volviera, que lo ayudara, que no lo dejara ahí solo pero nada pasaba, por el contrario, Yoojung seguía intentando rescostarlo y convencerlo de que se quedara con ella a pesar de sus inútiles intentos por que lo dejara libre.

No sabe exactamente cuanto pasó pero en algún momento su mamá llegó a la habitación alertada por los gritos, entonces todo se volvió aún más ruidoso con una Jieun que intentaba ayudar a su hijo a envolverse en una bata al tiempo que cuestionaba acusatoriamente y, procuraba seguirle el ritmo a Sanha que no dejaba de balbucear el nombre de Bin y quería ir por él.

Cuando lo logró, cuando logró llegar a su habitación no tardó en notar que el peli negro no estaba de modo que, rápidamente volvió sobre sus pasos hasta el pasillo en el que se encontraban las habitaciones de visita, por un momento pensó que podría haberse encerrado en la habitación que había estado ocupando anteriormente pero no, no había rastro de Bin allí. Notó todo revuelto, cosas faltantes y supo que se había ido, entonces comenzó a temblar, sus piernas amenazaban con fallarle en cualquier momento. No supo de dónde sacó fuerza y estabilidad pero pronto se encontraba medio corriendo en su búsqueda. Tenía que encontrarlo, tenía que lograr que lo escuche, no podía permitirse perderlo, no, en su cabeza esa opción no estaba pero de solo pensarlo sentía su pecho oprimirse.

La cabeza le reventaba, todo le daba vueltas, sentía unas nauseas horribles y las plantas de sus pies comenzaron a doler en cuento se encontró corriendo sobre el camino de piedras que había fuera de su casa.

Lo intentó, intentó con todas sus fuerzas alcanzarlo pero no tenia total dominio de su cuerpo, pareciese ser que su cerebro estaba enviando los estímulos con retraso porque cada acción que realizaba le costaba. Finalmente terminó por caer en cuanto se forzó demás, sintiendo como ahora su cabeza golpeaba contra una dura superficie.

Bin se había ido y a él se le agotaron las fuerzas por lo que, solo se quedó tirado sobre el pasto sintiendo como segundo a segundo su cuerpo se humedecia debido el rocío nocturno.

No tardó en sentir las voces de su mamá y primos, Jieun debió alertar a los chicos para que la ayudaran con Sanha. Pronto ya se encontraba siendo cargado hasta el interior de la casa, lo depositaron en su cama nuevamente donde el inconfundible aroma de Moonbin se coló por sus fosas nasales, entonces sus ojos se llenaron de lágrimas y comenzó a llorar. La habitación fría y vacía le rompía el corazón, toda su vida había dormido solo pero, tras compartir cama durante unas noches con el peli negro había tenido la sensación de no querer dormir sin él nunca más.

No se reprimió, no quería, acababa de caer completamente en lo que había sucedido y entonces el llanto fue inevitable. Lloraba con el gesto desencajado pidiendo por Moonbin. Su familia se sorprendió, estaban un poco asustados y no acababan de entender lo que había sucedido, más una cosa tenían claro: nunca lo habían visto así... tan desequilibrado y fuera de sí.