Ya eran las 7 de la mañana y amanecía de nuevo una sofocante mañana en la ciudad de Yorkshin. Gon regresaba a casa después de otra noche más de trabajo, y a su alrededor solo veía cristales rotos, personas durmiendo por el suelo después de la fiesta de la noche anterior, edificios cochambrosos y calles en muy mal estado.
Cada vez había mayor desigualdad, la pobreza parecía que crecía día a día, la gente no tenía para sus necesidades básicas, cada vez había mayor analfabetismo y la gente solo encontraba escapatoria en el alcohol, el vicio u otras sustancias. Cuántas personas cercanas había visto morir por culpa de aquello.
Su madre siempre le contó, que su padre dejo de aparecer debido a su afición por la bebida, su propia madre también murió de una dosis demasiado alta de una sustancia que se supone, se prohibió hace años. Y cuantos amigos suyos habían fallecido a una edad temprana por culpa de coquetear con las drogas, y es que, realmente no conocían otra forma de entretenimiento o de evadirse de la realidad.
Sin darse cuenta llegó a casa, abrió la puerta, se quitó la ropa y se dejó caer sobre el colchón. El chico esbozó una pequeña sonrisa pensando que dentro de poco ya podría dejar ese trabajo, estaba a punto de pagar la gran deuda que tenía por comprar los últimos medicamentos que necesitó su abuela cuando vivía, y ya solo tendría que pagar la comida y los gastos de su vivienda.
Gon trabajaba en una especie de pub erótico de la zona, el bailaba y se contoneaba con poca ropa delante de un montón de pervertidos, pero a los bailarines nadie les tocaba, era un simple espectáculo. No le agradaba en absoluto ese trabajo, pero Gon no era tonto, de hecho, es una persona bastante inteligente, es de estatura media, tiene un cuerpo bonito y estilizado, y 18 años, ¿por qué no sacarle partido? En el vicio era en lo único que se sacaba dinero, cobraba bastante bien, y con cualquier otro tipo de trabajo jamás habría podido pagar su deuda. Pensando, Gon terminó quedándose dormido.
Se despertó pasado el mediodía, pues tenía hambre y hacía un calor asfixiante, y cuando llegó a la despensa, escuchó que llamaban a la puerta. Al abrirla se topó de frente con alguien a quien podría considerar su amigo.
-Kurapika, ¿qué haces aquí?- Gon se hizo a un lado para invitarle a pasar.
-Gon, te tengo una propuesta- el rubio no se anduvo con rodeos, y entró sentándose en el antiguo sofá de la pequeña estancia.
Gon y Kurapika se conocían desde muy pequeños. Kurapika vivía bien, en la zona rica de la ciudad. Su padre era el líder del partido de la oposición. Se conocieron porque la madre de Gon trabajó limpiando la casa del rubio, y cuando eran pequeños y su madre no tenía con quien dejarlo, se lo llevaba al trabajo. Por ello, durante unos años, Kurapika y Gon se criaron juntos, aunque poco a poco se fueron viendo menos, y ahora debido a sus obligaciones se veían muy de vez en cuando. Aun así, Gon le seguía considerando un buen amigo.
-¿Qué pasa?- preguntó Gon enarcando una ceja.
-¿No estás harto de vivir aquí?, ¿No te gustaría dejar eso a lo que llamas trabajo?-
-¿Me vas a decir ya por qué has venido aquí después de tanto tiempo?- Más que preguntar, Gon demandaba la respuesta.
-La semana que viene empieza el nuevo curso académico, mi padre te ha conseguido una plaza para que puedas matricularte en mi universidad.-
Gon no reaccionó, simplemente abrió muchísimo los ojos, y cuando por fin procesó la información, no sabía exactamente que responder
-Eso sería increíble pero... ¿Qué haría con mi casa y mis recuerdos, donde viviría ahora? tendré que seguir trabajando en el mismo sitio para pagarlo todo. Además, ¿de verdad crees que encajaría en ese mundo? es más, ¿crees que me aceptarían sabiendo de dónde vengo y cómo es mi vida?, la gente allí es muy clasista-
-Bueno, no todos lo somos. Y tranquilo, mi padre ha conseguido también un pequeño apartamento de estudiante, y bueno, además un trabajo. No ganarías demasiado, pero para empezar y poder pagar tus gastos estaría bien. Tienes hasta mañana para pensártelo. Se que es muy repentino, pero mi padre lo ha conseguido de un momento a otro y la oferta no durará en pie mucho tiempo. Mañana me pasaré a la misma hora. Si tu respuesta es que sí, te llevaré al apartamento y ya te lo explicaré todo tranquilamente.-
-Pero ¿y..-
-Es normal que tengas muchas preguntas Gon, pero me tengo que ir, hoy es el último día de plazo para matricularme en segundo en la universidad, ya es mi último año. Piénsatelo muy bien Gon y mañana nos vemos. Me voy que no llego.-
-Bueno, deja que por lo menos te acompañe a la puerta.-
Gon cerró la puerta, se apoyó en ella y se dejo escurrir hasta el suelo. No paraba de darle vueltas a la cabeza, cambiar toda su vida así de golpe... Pero realmente era la oportunidad que había estado esperando siempre, quizás no vuelva a tener ninguna así, ningún otro chico de su "nivel" podía tener la suerte si quiera de una oportunidad de ese tipo. Además, ¿que tenía que perder? Si realmente la vida que aquí le esperaba no era más que ver pasar los días, intentar sobrevivir y encontrar un mínimo de felicidad entre tanta devastación.
ESTÁS LEYENDO
Una luz de esperanza (Killugon / Gonkillu)
FanfictionDos mundos muy distintos, con heridas sin cicatrizar. Cuando estos se unan, ¿lograrán sanarse o se destruirán aún más? Gon y Killua viven en Yorkshin, en un futuro no muy alentador. El mundo está muy devastado por el cambio climático, la falta de re...