Capítulo 14

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Llegó el martes, y Gon comió temprano para ir a casa de Killua y poder aprovechar más el tiempo, pasarían toda la tarde haciendo el trabajo. Cuando llegó a la casa de los Zoldyck, Killua le abrió la puerta y fueron directamente a su habitación.

-¿Qué tal la navidad?- Preguntó el ojimiel.

-Como siempre.- Respondió el albino sin mucho ánimo. -Vino toda mi familia a comer a casa, no fue lo más divertido del mundo pero podría ser peor. ¿Y la tuya?-

-Fue muy bien, como la navidad de un niño casi.- Rio un poco al decirlo. -Fui a casa de Kurapika a pasar la navidad con su familia, me acogieron muy bien.-

-Tal vez es porque tienes la mentalidad de un niño.- Rio el albino burlón. -Pero me alegro de que lo pasaras bien.

Gon bufó un poco haciéndose el molesto para contraatacar -Y dime, ¿qué regalo multimillonario le hizo Papá Noel al niño rico?- Dijo haciendo énfasis en las últimas palabras.

Killua rodó los ojos, pero le pareció una buena replica del moreno y decidió responderle. -Me han regalado unos esquís nuevos.-

-¡Tú esquías Killua!- Dijo Gon sorprendido.

A Killua le pareció un poco extraña la reacción del chico. -¿Tú que crees? No me los he comprado para usarlos como percheros.-

-Yo jamás he visto la nieve, únicamente en fotos. Mi abuela me decía que cuando ella era joven llegó a ver nevar aquí pero ahora es imposible.- Dijo Gon algo apenado.

Con el cambio climático, era imposible que nevara en su zona, la temperatura nunca era lo suficientemente baja. Gon había visto vídeos de la nieve y había oído historias de cuáles eran las sensaciones que se experimentaban al tocarla. Le encantaría poder ir a un lugar donde aún nevase. Poder ver esos mantos blancos con sus propios ojos y disfrutarlos.

Killua notó el cambio de expresión de Gon y señaló una foto en su habitación, colocada en una estantería. -Ves esa foto de ahí.- En la foto aparecía Killua un par de años más joven, con una casa de madera detrás y todo nevado a su alrededor. -Ahí estoy en la casa que tiene mi familia en la montaña. Está bastante alejada de aquí, muchas veces voy solo, el resto de mi familia casi no la usa, pero a mí me encanta. Allí nieva durante todo el invierno y se puede aprovechar para esquiar.-

-¡Qué suerte!, teniendo eso, ¿Cómo es que tu familia no la usa mucho?-

-Bueno mis padres trabajan mucho y en vacaciones suelen ir a otros sitios más paradisiacos. A mi hermana no le gusta mucho porque está alejada de la civilización y no hay mucha cobertura. Tampoco le agrada mucho el campo.-

Al ver la cara de fascinación del moreno, Killua continuó relatándole a Gon algunas historias sobre el lugar, cómo era esquiar y hacer snowboard, y lo mucho que le gustaba esto al albino, la sensación de tocar la nieve y el frío que hacía. Y que al llegar a la cabaña siempre encendían la chimenea y tomaba chocolate caliente. También le comentó cómo era el lugar en verano, con prados verdes y varios animales alrededor. Gon no podía parar de escuchar maravillado esas historias.

-Tienes mucha suerte Killua, yo nunca he podido salir si quiera de esta ciudad. ¿Tu has ido a más lugares?-

Aunque esta vez no se metió en detalles profundos, Killua le contó algunos de sus viajes por el mundo, señalando alguna foto más de la habitación, y mientras, Gon le escuchaba maravillado. Para él era como descubrir un mundo totalmente nuevo a través de las palabras de ese chico, ojalá poder experimentar aquello algún día.

-Bueno.- Suspiro Killua. -¿No crees que es momento de ponernos ya a trabajar?-

-Tienes razón, ya hemos perdido suficiente tiempo.-

Una luz de esperanza (Killugon / Gonkillu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora