La siguiente mañana, Gon se levantó temprano. Tenía muchas cosas que hacer antes de que llegase mediodía. Desayunó lo que su estómago le dejaba, estaba muy nervioso, y se dio una ducha con agua tibia, su cabeza iba a 300 por hora, pero debía ser paciente.
Se terminó de vestir y salió por la puerta. Lo primero que hizo fue ir a pagar el último plazo de la deuda de su abuela, y en el camino de vuelta paró en una inmobiliaria, si de verdad iba a empezar una nueva vida tendría que vender su casa, no tenía sentido seguir aferrándose a ella.
Cuando llegó a casa, sacó la única maleta grande que tenía, una que anteriormente pertenecía a su madre. Comenzó a llenarla con toda su ropa, fotos, y recuerdos que había en esa casa, no era mucho, pero para Gon era muy importante. En el momento en el que acabó se sentó en el sofá, y no pudo evitar que cayera una pequeña lágrima. Al fin y al cabo, dejaba un lugar donde había vivido 18 años, no podía decir que hubiesen sido los mejores, pero había tantos recuerdos importantes para él... Sobre todo, con su madre y su abuela.
De pronto, llamaron a la puerta, Gon reaccionó, había estado casi media hora sumido en sus pensamientos. Se levantó para abrir la puerta y quedar frente a la expectante mirada de Krapika.
-Entonces, ¿qué piensas hacer?- El rubio, como siempre, fue sin rodeos.
-Está decidido, voy contigo- Respondió Gon, lo que fue correspondido con una sonrisa por parte de su acompañante.
Tomaron la maleta de Gon y se dirigieron a la estación para ir al centro de la ciudad, una zona completamente distinta a la que estaba acostumbrado a desenvolverse, y donde ahora tendría que vivir.
Enseñaron los billetes al revisor y se sentaron uno frente a otro, en menos de media hora llegarían a su destino. El moreno estaba completamente perdido en sus pensamientos.
-Creo que nunca te había visto tan callado- Rompió el silencio Kurapika.
-Es una sensación extraña- Miró a su amigo, este puso una cara amable para que continuase hablando. -Ayer estaba en mi casa, con la vida de siempre y las preocupaciones de siempre, y de pronto dejo todo eso atrás, mis recuerdos, mi día a día. No me malinterpretes, es una gran oportunidad, estoy muy emocionado, tengo ganas y nervios, pero no puedo evitar el que se me haga raro.-
-No te preocupes, es totalmente normal. Además, es hora de que también disfrutes y sonrías un poco ¿no?-
-Tienes razón, pero, ¿y si no estoy preparado para este tipo de vida?-
-Y dale... le estás dando más vueltas que a un billete en un striptease.- Ambos rieron. -Además eres una persona totalmente válida, te acabarás acostumbrando a esto, ya verás.
Gon se relajó y comenzaron a hablar de todo un poco, de cómo les había ido esos últimos meses. Cuando se quisieron dar cuenta, ya habían llegado a la estación.
-Sígueme Gon, tu casa está muy cerca de la estación.-
El mencionado solo asintió, y se decidió a seguirle con rapidez. En unos tres minutos llegaron a un edificio, kurapika introdujo la llave en la cerradura y abrió la puerta.
-Es un edificio de estudiantes, tus vecinos serán bastante más amigables que los anteriores.-
El apartamento de Gon estaba en la última planta, en la novena. Kurapika abrió la puerta y se echó a un lado para dejar a Gon pasar.
Gon entró y abrió los ojos por la sorpresa, en efecto el apartamento era pequeño, pero estaba muy bien aprovechado, era muy bonito y luminoso, tenía un salón cocina, una habitación con una gran cama, un escritorio y un armario, y el baño.
-Es increíble, yo no sé cómo agradecértelo.- Estaba atónito aún.
-No tienes que agradecer nada.- Dijo el rubio entregándole las llaves. -Ten ahora son tuyas.- Se sirvió un vaso de agua y se sentó en el nuevo sofá de Gon, palmeando el lugar de su lado e invitando a Gon a que se sentara. -Bueno te tendré que contar cómo van a ser las cosas a partir de ahora ¿no?-
-Claro, es verdad.- Gon tomó asiento, casi se le había olvidado su nuevo trabajo y sus clases.
-Verás- comenzó Kurapika. -Vas a trabajar en en la empresa de los Zoldyck, son una de las familias más ricas de la ciudad. Estarás en uno de sus concesionarios de coches, tienes que hacer de vendedor.-
-No suena complicado, tampoco es demasiado emocionante.-
-Bueno, si quieres siempre te puedes quitar la camiseta y ponerte a bailar encima de un coche para venderlo, así le sumas tu experiencia de tu anterior trabajo.- soltó una carcajada.
-Tienes más gracia que un circo ehh.- Dijo Gon casi en un gruñido.
-Bueno, al menos ganarás más que en tu anterior trabajo, son solo 4 días a la semana, media jornada. Aunque ganes más ten en cuenta que aquí la vida es mucho más cara, pero con ese dinero te dará de sobra para pagar los gastos.-
-Está bastante bien pagado para el horario, pero bueno, ¿Cuándo empiezo?-
-Bueno, este lunes empezamos la universidad, y al trabajo te incorporarías el lunes siguiente.-
-¡Es verdad la universidad!, tengo que hacer la matrícula, voy tarde.-
-No te preocupes, ya está todo arreglado. También tienes un portátil para los trabajos en el escritorio de tu habitación.-
-De verdad, no os tendríais que haber molestado con tanto.-
-No es molestia. Por cierto, la universidad está solo a dos paradas de aquí en metro, y tu trabajo a cuatro pero en la otra dirección, lo tienes todo bastante cerca.-
-Perfecto. Y bueno, ¿cuéntame un poco de la universidad no?
Y así pasaron el resto de la tarde, fueron a hacer la compra para llenar la despensa de Gon, y cuando se quisieron dar cuenta ya era la hora de que kurapika se marchara.
Cuando estuvo solo, Gon miró por la ventana, vio sunuevo barrio y las luces de la ciudad. A lo lejos, en el horizonte se podíadivisar la perifera, los enormes suburbios que rodeaban toda la ciudad, dedonde el venía. Tras eso se dejó caer en su enorme y cómoda cama, pensó que eracomo una nube, y se quedó dormido en seguida.
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Una luz de esperanza (Killugon / Gonkillu)
FanficDos mundos muy distintos, con heridas sin cicatrizar. Cuando estos se unan, ¿lograrán sanarse o se destruirán aún más? Gon y Killua viven en Yorkshin, en un futuro no muy alentador. El mundo está muy devastado por el cambio climático, la falta de re...