Desperté alrededor de las 6 de la mañana, amanecí de mal humor gracias a todo el ruido que hacían para forzarnos a despertar. Si a final de cuentas iba a morir ¿qué sentido tenía obligarme a cumplir los horarios de un preso?, de todas formas, creo que tenía sentido, puesto que era el peor de lo peor así que no tendría porque tener privilegios de futuro difunto.
Antes de poder ponerme de pie oí la única voz familiar, tu voz.
— Buenos días, Yeonjun. — abriste la celda justo como la noche anterior, pero esta vez estabas siguiendo las ordenes que te daban. — Es momento de desayunar. — Lo dijiste tan seco que creí que la noche anterior fue un delirio mío, pero la gardenia y la nota que seguían en mi bolsillo me dieron la seguridad de que no lo fue.
Salí sin dirigirte ni una sola mirada, creyendo que lo de anoche no fue más que una bienvenida, pero en el fondo me sentía decepcionado porque creía que había sido algo especial. Llegamos al comedor y te alejaste en silencio.
— Yeonjun ¿no? — parecía en ese lugar nadie sabía llegar de frente, así que me tuve que girar en busca de aquella voz.
— ¿Y tú eres?... — indagué con aquel tono intimidante que se había vuelto un reflejo con el paso de los años.
— Kamal, Kai Kamal Huening. Un placer. — extendió su mano buscando ser cordial. Un gesto que detestaba por razones higiénicas. — Veo que no te enseñaron modales.
— ¿Qué necesitas, Kamal? — retiró su mano con orgullo.
— He oído mucho de ti, quiero ofrecerte mi compañía durante tu tiempo restante. — se acercó más y tomó mi mentón. — De verdad que me pareces alguien particular.
— ¡Kamal! — gritaste para detenerlo. — Esta prohibido el toque a otros reclusos.
— Discúlpame, Soobin-ie.
"Soobin-ie", debían tener confianza para que él te dijera un apodo tan peculiar. Me intrigó que tipo de relación pudieran tener, "Soobin-ie" era demasiado dulce para ser relación amistosa, pero el tono burlón en el que lo dijo me hizo dudar que fuera una relación amorosa.
— Acepto tu compañía, Kamal. No me vendría nada mal. — contesté con la intención oculta de descubrir la relación de ustedes.
Asintió con aprobación y me llevó a su mesa, me sentía como en esos días de colegio cuando eras el nuevo estudiante y por fin alguien te hablaba.
Quedé perplejo cuando vi una cara conocida, la de Kang Taehyun, antes un gran amigo que después me traicionó y nos alejamos.
— Vaya, que sorpresa. — exclamó — hace tiempo no te veía.
— Podrías saludarme al menos. Recuerda que éramos casi como hermanos. — bromeé. — Dejemos las diferencias, no quiero morir odiándote.
— Está bien. Que así sea, hermano. — dijo, con aquella voz gélida que tanto me molestaba.
Comimos tranquilamente y regresé a mi habitación. Cuando llegué estabas dentro de la celda, sentado con el poema en las manos, leyéndolo, con un rostro de fascinación al leer tus propios escritos.
— ¿Qué haces aquí? — te pregunté.
— ¿Qué? — parecías perdido, como si no me reconocieras.
— Te pregunté que estás haciendo. — me miraste confundido hasta que pareciste reconocerme.
— ¡Yeonjun! Perdóname, no sé que estaba pensando— reíste. — ¿te gustó el poema?
— Si, solo que es extraño... — me miraste decepcionado, fue la primera vez que me arrepentí de las palabras que salían de mi boca. — No me mal entiendas, es precioso. Pero no entiendo el motivo.
— El motivo... — pensaste unos segundos, como solías hacer siempre. — No hay, solo quería hacerte un regalo lindo. Honestamente me sorprende que esto haya salido de mi mente, es demasiado bello... Eres una gran musa, Yeonjun.
"Musa" ¿Alguna vez había sido la musa de alguien? ¿Podría ser que yo, un asesino y ladrón, fuera la fuente de inspiración de un artista?
— No creo ser una musa. — expresé — pienso que me parezco más a una de las ménades.
Reíste. Tu sonrisa iluminó toda la habitación, era más hermosa que la luna que iluminaba el cielo el día anterior.
— Para ser un criminal, eres bastante culto. — te levantaste y caminaste fuera de la celda. — Me tengo que ir, hasta mañana Yeonjun.
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Flores marchitas, poemas oscuros. - Yeonbin.
FanfictionPara Soobin no hay mejor musa que el amor que tiene por Yeonjun. La inspiración es el susurro del universo en el oído del corazón, una melodía que acaricia el alma y despierta la danza de las ideas. Esta a veces proviene de lugares extraños. Dicho...