Samuel
El día había terminado por completo y comenzaba a caer la oscuridad.
La noche se diferenciaba por ser infinita, como si esta nunca quisiera acabar. Y sobre todo la calma hacen que el cuarto se sienta vacío y triste.
Una de las cosas que más detesto es dormir solo, por miedo, quizás. Estaba tan acostumbrado a descansar en habitaciones repleta de personas, de barullo y sobre todo desordenadas... hasta que acabo y me tuvieron que sacar por ser "pequeño en edad".
La melancolía de los viejos tiempos es bastante abrumador. Y con el cielo oscuro, intentado conciliar el sueño, es realmente difícil.
Sentí uno pasos algo torpes dirigirse a la habitación. Me tapé con las sábanas hasta la última punta del pelo.
Las cosas parecían caer con brusquedad, por torpes pasos y respiraciones agitadas.
—Shh...
—Hay un niño aquí.
—¿Eso importa?
—Ja, ¿tienes preservativos?
—No lo sé.
¿Lo que estaba escuchando era cierto?
—¿Jaewon?—susurre bajito. No iba a permitir que hicieran algo tan sucio e íntimo en nuestro cuarto.
—Despertó, vamos otro día.
—Ya se dormirá, déjalo.
—Otro día amor—gracias chica colorida.
La puerta se cerró, dejando un silencio que perduró por un largo tiempo.
—Te odio—se rasco la cabeza con brusquedad. Decir que estaba enojadísimo se queda corto.
Los dos quedamos en un completo silencio, sin saber qué decir.
—¿Es tu novia? —era algo demasiada tonta la pregunta, pero prefiero evadir el tema antes ocurra una catástrofe.
—Sí.
—Lo siento...no quise interrumpir, pero tenemos prohibidas las parejas.
—Lo sé. No se lo digas a nadie.
—No lo hare.
No pensaba hacerlo. Estaba en contra de ocultar las cosas pero es complicado tener pareja cuando empiezas a ser famoso, lo que es un "te veo mañana" se vuelve en "te veo en una semana" y luego se convierte en un "te aviso cuando pueda" y termina con un "es mejor asi".
Jaewon se sentó al costado de mi cama. Intente moverme para copiar su acción pero una punzada me impidió hacerlo.
Un escalofrio recorrio toda mi espalda haciendo que mi cuerpo se debilite y se comience a calentar de una manera violenta.
El corazón me palpitaba brutalmente, como si quisiera correr lejos. Mis manos comenzaban a sudar, era un sentimiento que no había experimentado hasta ahora.
—¿Pasa algo? —me miró con un rostro confuso. Centre mi mirada en mi entrepierna abultada.
Se sentía raro, tenía unas auténticas ganas de frotarme contra algo y de tocar aquella zona que no había explorado simplemente porque no tenía necesidad.
La ropa comenzaba a hacerse tediosa, quería arrancarlas a todas costas, y sobre todo la ropa interior que comenzaba a causar dolor por su rose.
Una erección. Mi primera erección.
Por parte me alegraba tener ese tipo de reacción, estaba comenzando a entrar en una etapa de pubertad, estaba creciendo. Pero excitarme con ellos...Dios me lo perdone.
Me cubrí el cuerpo, volviendo a la posición fetal de hace unos momentos antes que llegaran. Teniendo la esperanza de que aquellas imágenes se me borraran y que ese sentimiento desapareciera junto con aquel bulto entre mis piernas.
—Me iré a bañar. Mañana tenemos trabajo.
Sentí como ese peso sobre la punta de la cama se aliviana. Después de unos minutos, supuse que se había marchado.
Recuerdo haber visto a mis anteriores amigos tocarse sus mi miembro; lo agarraban y lo jalaban de arriba hacia abajo. Cuando les pregunté : ¿por que hacían aquello?, me dijeron que era una forma de deshacer de lo que llamaban excitación.
Y así lo hice.
Por encima de mi ropa comencé a acariciar mi miembro lentamente. Era sensación era un cosquilleo que hacía que mi cuerpo pidiera más. Como si fuera una necesidad, o quizás una adicción, me pedía y suplicaba por un poco más.
Pero aquellas caricias ya no bastaban en lo absoluto.
Metí mi mano por debajo, sintiendo una tibieza desprenderse de mi piel, mi miembro se sentía duro pero a la vez blando y suave.
Intente acortar mi respiración para poder callar esos sonidos extraños que salían sin previo aviso mientras subia y bajar aquella piel que cubría mi miembro.
—¿Qué haces?— di un saltito por la repentina voz. Me comencé a asustar, entrando en pánico.
Me sentía demasiado cohibido.
Una sacudida me avisó de lo que vendría a continuación, di unos últimos movimientos, viendo como mi mano se impregnaba de un líquido blancuzco y espeso.
—Esto... ¿qué es esto?
—Tonto— suspiro, pude jurar que una pequeña sonrisa se formó sobre sus labios.
Él se dirigió a su mesita de luz y sacó unos cuantos pañuelos descartables, se acercó y agarró mi mano limpiando los restos.
—Duerme, no es hora para que un niño esté despierto.
![](https://img.wattpad.com/cover/41009055-288-k258960.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Mi Niño Prohibido |1Punch
FanfictionMe sentía sucio, impuro. Un niño al cual ni el mismo Dios le permitiría ir al cielo, sino que lo enviaría al mismísimo infierno a pagar todos aquellos actos y pensamientos impuros que había cometido por el siemple hecho de enamorarme de quien no deb...