Jaewon
— Tocame...un poco más-Jadeó, acomodándose sobre mi regalo. Su rostro denotaba calor.
— No-suspire rotundamente.
Habíamos llegado a un acuerdo, solo brazos y rostro. Y no porque me diera repulsión alguna, pero simples caricias provocan en Samuel ciertos calentamientos.
— Cuando debutemos...-calló de repente, reformulando su respuesta. — Cuello y torso-habló nuevamente, sin coherencia.
—Mierda Samuel, ¿qué dices?
— Solo toca mi cuello y torso, no te pediré más. Debutamos y te dejare en paz, no te obligare a que me toques...Solo eso, por favor.
— A ver si entendi, ¿Quieres que te manosee hasta que debutemos y luego olvidarlo?
—Sí.
Su tono decidido me dio algo de confianza. Es un niño de palabra, lo sé. Pero...
— Jaewon -hablo despacio , en un tono tranquilo. Sabía lo vendría.
Con sus pequeñas manos, tomó las mías, alzándolas hasta la altura de su rostro; en donde la depositó su mejilla izquierda.
— Quiero experimentar.
"Experimentar", esa palabra, la llevaba diciendo cada vez que actos como estos suceden.
Tome el mando, comenzando a recorrer su nariz, ojos, cejas, delineando cada parte de sus facciones.
Baje hasta su cuello, en donde una pequeña y desapercibida vena se formó. La acaricie unos segundos. Ese sentimiento me volvió a carcomer la cabeza.
Cada parte que tocaba, me hacia sentir una mierda, porque esta mal, mirara por donde mirara.
Saque mi mano rápidamente, volviendo al punto inicial; su brazo. En donde pude percibir una fina capa de vello.
— ¿Puedo tocarte?-me preguntó, nervioso, apretando su puño.
— No-me nege rotundamente. Él solo asintió, bajando la mirada.
— Mi espalda-me exigió. Y simplemente me limito a obedecer, sin replicar.
Mis manos rodearon su cintura. Tenía miedo, miedo de convertirme en un asqueroso y horrendo pedofilo.
Quise sacarlas, arrepintiéndome. Pero Samuel insistió, apoyando sus brazos en mi cuello.
Levante levemente su remera de algodon; celeste, dejándome ver un piel más clara que las demás. Tenía algo de panzita, lo cual me dio muchísima ternura.
Era lo más puro que había visto en mi vida, y tenía miedo de mancharlo con mis manos.
Metí mi mano, sintiendo un calor desprender sobre sus ropas. Cogi confianza al saber que Samuel aprobaba todo esto, es más, lo suplicaba.
Con mi dedo incide comencé a recorrer, desde su espalda baja; toda la columna vertebral.
Al llegar a su nuca, empeze a realizar pequeños círculos, sintiendo unos cuantos cabellos sueltos, que las rastas no habían llegado a coger.
Samuel se mordió el labio, con fuerza, intentando reprimir cualquier sonido extraño.
Sabía que quería ocultar cualquier gesto de excitación al tacto ajeno, pero es un completo idiota tratando de tapar sus muecas, sus súplicas, su mirada, su sonrisa, sus suspiros.
Con mis dos pulgares inicie un recorrido por la anchura de sus hombros, bajando lentamente hasta sus costillas, en donde las comencé a acariciar.
— Ah...-gimió bajito. Me quedé atónito ante aquella respuesta. Quise sacar sacar mis manos, como si el fuego las acechara.
Pero no las saqué, y volví a atacar el mismo sitio, tocando una por una.
Samuel se revolvió, aferrándose mas a mi cuello. Jadeando sobre mi oído, mordiéndose el labio inferior
— Hum...-volvió a gemir, restregandome su erección.
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Mi Niño Prohibido |1Punch
FanficMe sentía sucio, impuro. Un niño al cual ni el mismo Dios le permitiría ir al cielo, sino que lo enviaría al mismísimo infierno a pagar todos aquellos actos y pensamientos impuros que había cometido por el siemple hecho de enamorarme de quien no deb...