Amanda.
Los campamentos nunca serían mi primera opción para invertir mis vacaciones. Me gusta más... La comodidad de mi cama con Wi-fi todo el día.
—No sabía que quería ir a un campamento —murmuré con disgusto, mirando la razón por la que estaba aquí sentando a mi lado.
—Pues pa' que vienes —respondió David. Su tono burlón había salido a flote.
Rodé los ojos mirándolo obvia. Él y John habían tenido la gran idea de venir, me invitaron humildemente. No hay que olvidar a la pobre de Amanda, no se nos vaya a quedar en la casa. Qué nos tomé fotos para Instagram y regrese a casa después.
—Mira, es solo una semana, después llamamos a nuestros padres y nos vamos, ¿Va? Les decimos que somos ansiosos y nos vamos, tampoco es que sea mentira... —respondió sonriendo con dulzura.
Yo asentí cansada recostándome en su hombro. Mi lenguaje del amor es el contacto físico, así que siempre estaba de encimosa con mis amigos.
David era más tranquilo, así que me dejaba ser. Jonh era otra cosa distinta. No sea que lo quiera abrazar, por qué me patea y no despierto en tres siglos.
Cuando llegamos al campamento era mucho más hermoso de lo que esperaba, yo iba pegada a David diciendo como excusa que era mi hermano. Aún así, como soy mujer, y ellos onvres, quedamos bastante separados, pero encontramos la manera de reunirnos aún entre la gente.
Había llegado con David en el mismo auto de su padre, y Jonh llegó con su mamá. Esperé, y no me queje jamás, estaba muy agradecida con ellos por incluirme, por qué era inevitable no reírme con ellos.
Al final del día, cuando me arrope en mi cama, sabía que está no era una tan mala idea. Cuando amaneció, agarre un cambio de ropa de mis 78 maletas que traje, mi clóset quedó vacío. Desayunamos y empezamos las actividades.
—¡David! ¡David! —. Jonh llamaba a su otra mitad buscándolo entre la multitud.
Jonh estaba cagado de miedo, y ni en broma subiría a la tirolesa para lanzarse, al menos no sin David para empujarlo.
—Amanda, como que hace hambre, ¿No? —Jonh me miró nervioso. Palmeaba sus pantalones con sus manos sudorosas mientras la fila avanzaba.
—Si, mucha, comemos después de que te tires—. Ahora estaba asustado. —¡Vamos! Ni vas a sentir la caída —le reste importancia sonriendo.
—Es en lo único que pienso — respondió, mirando de reojo detrás de nosotros, hacia las escaleras.
Estabamos a punto de subir, Jonh se moría de miedo, dí unas palmadas en su espalda acariciando la misma para calmarlo. Ató la cuerda al seguro en su pecho.
—¿Qué hacen? —. David llegó a mi lado, y otra vez, pude ver el aire regresar a los pulmones de John.
—¡Él va primero! —. Jonh quitó el broche, y David lo miró asustado.
Suelto una carcajada negando con el dedo empujando a Jonh hacia la escalera.
—Pasará antes de que te des cuenta, sé valiente...—. John me miró temeroso.
—Vamos, ¿O te empujó?—. David sonríe burlón tratando de que Jonh no se retractara.
Pero nuestra discusión se vió interrumpida por unos gritos. Un chico pelirrojo bajá despavorido, lo miramos desconcertados y parace que John siente empatía por él, pero en contraste con el chico, John sube. David junto conmigo siguimos al chico con la mirada.
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Campamento En El Fin Del Mundo | Gabriel
Hayran Kurgu"Me sentía tan solo, pero desde que los encontré a ustedes parece que la vida me sonrió aún me medio del caos". En el pánico, cinco adolescentes recorren su mundo hecho cenizas tratando de detener un ataque alienígena que parece ser el fin de la hu...