CAPÍTULO XXXIV

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Mientras haya injusticias, habrá resistencia. Y no se puede parar a un corazón rebelde cuando este ha decidido tomar las riendas.

Es necesario en este punto, hacer explícito que cuando se habla de corazones rebeldes, se habla de aquel que le pertenece a Maureen. El mismo bombea con tanta fuerza, tanta intensidad, que en cierta forma ha provocado una onda expansiva. Una contagiosa, de esas que producen cambios en los corazones de los demás. Y no es intencional, no es adrede, pero las personas que contrarían a quienes reprimen suelen inspirar a los demás. Y Maureen es el ejemplo perfecto de ello.

La demonio no solo ha desafiado a Markus, ha desafiado un sistema, ha puesto —incluso sin querer— cartas en el asunto. En donde el ojo juzgador siempre ha estado sobre los demonios, la mestiza vino a cuestionarlo todo.

Ella lo está demostrando: existen demonios de corazones amables que podrían considerarse nobles, y personas con corazones llenos de odio que podrían llamarse monstruos.

La maldad ya no puede reducirse a los oscuros. Se ha expandido, ha mutado y ha tomado miles de formas, alcanzando incluso los rincones más recónditos. La maldad se ha asentado, sí, y también ha declarado la guerra.

Pero esta no es una guerra cualquiera. Es una sobre la que deberán sentarse las bases de un nuevo paradigma, uno revolucionario. Las cosas están forzadas a modificarse. Nada permanece estático.

Por fortuna, Maureen lo entiende, quizás más que nadie. Su vida ha cambiado drásticamente y ahora está aprendiendo a ser, más allá de todo.

Ella abraza al cambio, creciendo a partir de este, aceptándose en el proceso y amándose cada vez más. Y ese, ese es el mayor acto de resistencia que puede cometer, porque es el que más le molesta a Markus.

Con Maureen empoderándose, él corre peligro.

Tal vez por eso Cove, el pequeño híbrido de demonio, ha quedado tan maravillado con ella.

Tal vez por eso, Cove ha estado planeando un escape a espaldas de Markus, para volver a buscar a la demonio y que ella les dé refugio. A él, y a sus amigos.

El niño lo ha entendido. Si ella ha logrado estar del bando de la "luz", siendo de la especie de la que él también forma parte, entonces tiene posibilidad de elección. Él puede elegir qué hacer con su vida. Él tiene poder, más del que cree.

Y si eso es así, tal vez, solo tal vez, luego de esto, pueda volver a Pluvie y reencontrarse con su hermana. Si es que ella, Thalassa, aún vive.

Al igual que sus amigos, el niño fue arrebatado de su familia por demonios comandados por Markus.

¿La finalidad de este atroz acto? Reunir una cantidad masiva de híbridos, para poder atacar y ganar de una vez por todas. Calidad y cantidad son fundamentales para él, y no es en vano. Ya no se valdrá de demonios inferiores únicamente, buscará combinaciones únicas, poderes exóticos, plantas y animalias oscuras que le sirvan a su causa. Él debe ganar a toda costa. Sin la inmortalidad evitando su envejecimiento, el tiempo se le acaba, y debe tomar esta chance.

Para Markus, es un ahora o nunca.

La extorsión, manipulación y el adoctrinamiento, le serán clave para alcanzar su tan ansiada gloria.

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Actualidad. Terranebrarum.

En el interior del cañón de la muerte, a la luz de una pequeña vela, una conversación tiene lugar entre cuatro jóvenes. Por supuesto, con el silencio cómplice de Terraaltus, uno de los gigantes de la región oscura.

Silvebris: la llama eterna | HEREDES #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora