La forma apresurada, incluso tropezando con sus propios pies e importándole bastante poco, en la que Jimin alcanzó al Alfa malherido causó alboroto en la Villa.
-MinHo, por la Luna, estás vivo. -Sollozó en alivio. HyunJin, el Omega que aún cargaba gran peso del soldado real, miraba todo con especial atención.
-Mi príncipe. -La sonrisa que comenzó a brotar del castaño, alegre y relajada al liberar el peso que la incertidumbre sobre el destino del Omega le estaba causando, cayó a los segundos de mostrarse. El dolor, la agonía cercana de la muerte, trepó por todo su torso hasta apretar su corazón.
-Está muy débil, debe tener alguna herida o... -Habló HyunJin hacia Jimin, este le respondió sin verlo al estar centrado en MinHo.
-Una flecha rozó su costado mientras huíamos. -Explicó causando más y más curiosidad en el menor. -¡TaeHyung! -Gritó hacia el Alfa, que con desgano se acercaba a ellos. -Ayúdale, por favor.
-Es un guardia real. -Respondió frío y reacio, muecas arrugadas en su rostro.
-Tae, te lo suplico, es lo único que me queda. -Tal vez fueron esas palabras desesperadas y rotas, el significado cruel tras ellas, o el apodo naciente en diminutivo de su nombre dicho por esos labios mullidos temblorosos y esos ojos brillosos en llanto cercano.
-Llevémoslo a casa y que lo vea mamá.
Ni Jimin y HyunJin abandonaron el lado de MinHo para llevarlo a la cabaña principal. Ambas mujeres vieron horrorizadas el estado el Alfa con ropas de palacio, mismas ropas que ragaron con tijeras para encontrar el daño. La herida sutil, el simple roce que no llegó a ningún órgano en MinHo, se había infectado con el pasar de los días. Llevaba un vendaje, alguna pomada seca y restos de alcohol quemado en ella, pero esas curas pobres no habían servido de nada.
Siyeon y Yoohyeon analizaron la situación, decidiéndose por retirar la pus infectada y tratar de cerrar la herida cosiéndola y con nuevos productos más naturales de cicatrización. Dejaría una marca horrible y permanente en MinHo, pero una profunda y dolorosa en Jimin. Ver y escuchar a su mayor pilar de fuerza, ese hombre que no titubeaba y siempre parecía sano y erguido, gritando y retorciéndose sobre la cama de TaeHyung nunca se iría de su mente.
-Debe descansar. -Dijo Siyeon una vez terminaron y MinHo solo soltaba pequeños jadeos entrecortados y suspiros temblorosos.
-Esto le ayudará a dormir. -Añadió Yoohyeon al aplicar algo en su boca y obligarlo a tragar.
Jimin sintió un nuevo apretón en su pequeña mano dolorida, dejó se ver el nuevo vendaje que comenzaba a cubrirse de sangre y alzó su vista a los ojos oscuros de MinHo.
-Hola. -Susurró bajo, inclinándose más cerca de su rostro. El Alfa parpadeó repetidas veces antes de hablar.
-Yeosang. -Jimin frunció su ceño, pero sonrió dulce de lado.
-Jimin. -Corrigió meloso. -Soy Jimin. -MinHo negó débilmente cerrando sus ojos ante el cansancio y el anestésico natural dado. Sus últimas palabras, antes de caer dormido, fueron un nuevo balde de agua fría para el Omega.
-Si no vuelves, él tomará a Yeosang en tu lugar.
Tropezó al incorporarse, una bajada en espiral le provocó náuseas al instante, su lobo chilló asustado. Dando media vuelta y soltando la mano de MinHo, salió a la calle en busca del aire que no podía respirar. Su animal daba vueltas en su pecho, gruñia enfadado y luego sollozaba preocupado, asustado, temeroso de lo peor.
-Jimin Hyung. -Se detuvo en seco, en el pequeño prado verde ante la casa de los Kim. -Vuelve. -Demandó HyunJin cuando se colocó frente a él. -Te está llamando en sueños.
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Cobalto ~ VKookMin ~ Omegaverse
FanfictionSer puro y refulgente era imprescindible en la diligencia de la monarquía Park. Belleza, gentileza, dulzura pero mano firme, sonrisas, respuestas elocuentes... Todo aquello era una maravillosa pantomima que el heredero, Park Jimin, tuvo que obligars...