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—Capitulo 21—

No, no era algo exagerado mucho menos apresurado. Había sido una sabía decisión de su parte, o al menos eso quería pensar.

Apretaba el vaso con café entre sus manos mientras distraía su mente mirando cualquier cosa que no sea la mirada reprobatoria de Robin, que nisiquiera escondió la deformidad en su mirar. Los ojos dijeron más que mil palabras en dos segundos.

—¿Irte de aquí? Dime qué es una broma.

Sonrió nervioso pero respiro buscando coraje y asintió con la cabeza en forma afirmativa.

—Se que es apresurado y talvez suene algo loco pero.

—Déjame interrumpirte—Robin tomo un rápido sorbo de su café y luego lo miro—Nami no estará conforme con tu decisión, la universidad no te dara la sanción que quieres y no hay traslados hasta el fin de año. Sanji, espero que hayas pensado bien está decisión

—Lo pensé bien, la universidad no es algo que quise hacer ya tengo de que vivir, soy un cocinero. Pero el maldito viejo quiso una mejor vida para mí.

—¿De verdad lo harás?

Frustrado sanji termino el último sorbo de su cafe.

Ya habían pasado casi tres semanas desde la vez que tuvo el problema con las bestias, no hace tanto habia meditado la opción de comenzar de cero en un nuevo lugar lejos de todo el estres que le consumió el echo de que ya no estaba solo, ya no era el y ellos, eran ellos y el. Una extraña familia si se podría llamar asi, una casa pequeña donde ya no cambian y sus horribles antojos de sangre y sexo y por supuesto; sus destructivas rabietas que alertaban a toda la cuadra donde vivía. Todo eso lo estaba matando

Concluyó que necesitaban espacio, mucho. Espacio, donde puedan pelear cuanto quieran y caminar a donde se les pegue en gana.

¿Porque no mejor vivir en otro lugar?

Mudarse era la mejor opción, no había discutido aquella decisión con las bestias, era algo que había decidido el solo. Les haría saber de su decisión cuando ya estuviera todo listo. Y si les convenía que fueran con el y si no; irían de todos modos quienes carajos se creían ellos.

—Entonces ¿Ya tienes donde ir?—Robin lo miro más relajada

—Si, gracias a usted pude devolver la casa y todas la inversiones.

—No te mentiré Sanji, pero aquel sujeto no está contento con tu decisión. Después de todo le había costado mucho venderte la al principio.—Robin recordó al hombre gritón de la oficina de inmobiliarios, el sujeto estaba que echaba humos por las orejas.

—Que piense lo que quiera—Sanji se levanto.—¿Me acompaña a la universidad?—Sanji le ofreció su mano de manera cortes para ayudarla a levantar.

Robin cerró los ojos y sonrió —Por supuesto, después de todo necesitarás un buen escudo cuando Nami se entere que te iras.

...

Ya sentía las horas pasar de manera mas pesada, de tantas vueltas que le dio al mismo lugar sentía que el tiempo se le caía encima desde la mañana que había tenido la charla con sanji sobre tal cosa que había decidido el solo

.LAS MASCOTAS DE SANJI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora