.LAS MASCOTAS DE SANJI.

.CAMBIOS.

—Capítulo 18—

El sol del nuevo día salió deslumbrando débilmente la estancia donde se podía apreciar a sanji dormido sobre un sofá de manera incómoda. Los rayos que traspasaban las cortinas iluminaron su rostro se giró para alejarse de la molestas luz buscando quedarse dormido otra vez. Después de un rato sanji desperto agotado y se les pudo apreciar las ojeras. Seguía cansado, no tenía ánimos de nada nisiquiera encontraba las fuerzas para levantarse. Al mirar con más atención en el suelo junto a el estaban los animales en su forma mas versátil descansando en el suelo. Solo se oía su pesada respiración y la fría temperatura de la mañana hacia aún más imposible levantarse.

Ya había pasado dos semanas en la casa de Luffy, ya que ninguno de los cinco lo dejaba salir. De repente cada vez que alguien tenía hambre solo se acercaba a sanji y lo mordía para saciar su sed. Desde estos días hacia acá quien pasó de tener la correa en el cuello había sido el. La rivalidad entre zoro y sabo se había extendido a law y luffy y de pronto ace también se unió a la causa, los cinco estaban en guerra contra el. Sanji quedó atrapado en el medio y al sentirse incapaz de tomar una buena decisión que acabe con el problema ya que había desistió en dejar que todo fluya; y que mala decisión había sido esa. Su cuerpo pronto dejo de pertenecerle a el y las bestias se habían vuelto más posesivas que antes.

Nadie estaba despierto salvo el, tomo la decisión de levantarse primero. Agarro su mochila y en silencio salió de la casa. Tenía dinero y para no caminar tomo un taxi que lo llevara a su casa. En el trayecto se quedó mirando por la ventana, se sentía pésimo. La carga en su corazón nunca la había sentido tan pesada como ahora. Ya nisiquiera le importaba que la gente mire las marcas rojas de los dientes clavados en su piel, por ahora todo le daba totalmente igual.

—Hemos llegado señor—Anuncio el conductor del taxi.

Sanji agradeció con una voz realmente baja y risueña, al llegar a su casa noto que había una nota pegada en la puerta. La desprendió y al entrar en el suelo habían más cartas, bajo a recogerlas y siguió su paso hacia dentro de la casa, le parecía extraño el silencio, la tranquilidad y la soledad que había en ella. Nunca había estado solo desde que había conocido a esos dos y la presion que sintió al recordar hizo que sanji se doble del dolor

¿Que trataba de hacer?

Se tiro sobre el sofá con los pensamientos perdidos, la mirada nublada y los ojos pesados. Incompetente, idiota, imbécil. Eran las palabras que usaba el mismo para describirse. Si tan solo le hubiera puesto un alto ha toda esa situación. Si tan solo Luffy no hubiera sido tan Luffy, gracias a el es que todo sea así. Se sentía un páramo de mierda donde sus pies eran incapaces de moverse para huir.

De repente el celular de sanji comenzó a sonar con insistencia en su bolsillo, de manera lenta lo saco solo mirando que era una llamada de nami.

—¿Si?

    —¡Has perdido la cabeza! O ya se te quemaron las neuronas.—Nami grito tan fuerte que sanji despegó el celular de su oreja—tres semanas, sanji, tres semanas—Recalco—Sabes lo mal que estás ahora, tienes tantos proyectos atrasados que nisiquiera puedo contarlos. El material llegará mañana a tu casa, sera mejor que empieces a trabajar o esté semestre no la vas a contar.—De inmediato nami colgo sin dejar que sanji dijera alguna sola palabra.

De pronto los mensajes comenzaron a llegar, cuentas vencidas, aviso del propietario, llamadas y mensajes perdidos de sus amigos, maestro y familia; solo Zeff. Sanji había dejado de encargarse de su vida estos días solo por estar ocupado con sabo y ace, tubo que cuidar de ellos como si fueran sus propias mascotas y desde lo que había pasado con zoro ya nisiquiera lo dejaban ir a ninguna parte. Sanji por otro lado se negaba a ir, temía porque esos cuatro animales se hicieran daño entre si. Descartaba solo a ace por ser consiente de lo que pasaba, pero hasta el se había llevado parte de la culpa.