.LAS MASCOTAS DE SANJI.

.VISITA INESPERADA.

—Capitulo 5:—

Sanji bajo las escaleras directo a la sala de estar, la contemplo unos segundos detallando y mirando que no había ningún desastre. Más les vale pues ayer pudo observar cómo su casa era un chiquero, pero había algo que no cuadraba. Era su casa después de todo

Sanji se acercó al mueble, aunque no quisiera creerlo hay estába la prueba de lo que veía su mueble, su costoso mueble. Estaba rasgado, tenía las marcas de unas garras hay plantado, frunció su seño y miro a los culpables que estaban detrás de el

—¡Podrían explicarme qué le pasó a mi sofá!—Grito enojado. Law y Zoro se hicieron los sordos y miraron a otro lado cosa que hizo que sanji se enojara aún más. Siguió caminando por su sala hasta que se paró frente a una pequeña mesita y la miro de arriba abajo para luego mirar ah Zoro y law

—¿Y mi jarrón?—Preguntó este pues ase un día sobre esa mesa había un jarrón de vidrio que contenía unas bellas orquídeas, pero ya no estaban. Ni las orquídeas ni el jarrón.

Nueva mente no hubo respuesta de parte de los acusados. Sanji miro toda su sala otra vez, faltaban cosas, cosas como su cuadro y papeles que había dejado sobre la mesa. Gracias ha la devastadora pelea que zoro y law habían tenido, mucho daño hicieron en la casa, era estúpido tratar de esconderlo de alguien como el.

Sanji siguió hablando y maldiciendo mientras entraba en la cocina. Regañaba a law y zoro como ha dos críos después de cometer un gran delito.

—Ustedes ya son adultos compórtense como tal par de imbéciles.

Y muchas otras cosas más salieron de la boca de sanji, por otro lado law y zoro se quedaban callados. No tenían excusa, O. objeción contra todo lo que decía pues en su lucha desesperada por un poco de sangre se había salido de control.

Ambos caminaron ha la cocina para seguir escuchando a sanji, aunque preferirían no hacerlo pero, si no lo hacían él se molestaría aún más.

Zoro y law se sentaron en el pasa manos mientras veían a sanji cocinar molesto

Zoro desvió la mirada a su parte tracera, no le importaba pues con descaro lo veía y mientras más lo veía más se le enojaba «es una lástima» pensó el peli verde, no poder hacerse espacio entre esas largas y delgadas piernas lo carcomía noche y día, a su suerte este no era el único que pensaba de igual manera, pues a su lado estaba law quien miraba igual de descarado que él.

—No puedes mirar a otro lado—Le susurro molesto.—Si el cocinero se da cuenta de que miramos al mismo lado nos regañara—hablo bajito, law lo miro con dejé de burla

—Más de lo que nos han regañado— Se burló. En si zoro tenía razón así que le hizo caso y miro a otro sitio pero le fue imposible, el delantal que sanji usaba solo cubre la parte delantera y el pantalón ajustaba mucho su parte de atrás.

El rubio no pasó por alto estás descaradas miradas sobre el, sonrió maliciosa mente. Sería bueno hacerles pagar por el daño en su casa, así que se le ocurrió el plan más horrible que pudo haber pensando en mucho tiempo.

La cuchara que tenía usando "accidentalmente" Se había caído al suelo. Con una sonrisa malévola. Se agachó dejando que el efecto haga su trabajo.

—Ups... —Exclamo triunfoso al notar las caras que habían puesto.

Law y zoro sentían el calor apoderarse de sus cuerpos. Tener un manjar justo en el frente y no poder clavarle el diente los mataba. Pero que podrían hacer ellos, era su castigo por ser malos

—Esto no se quedará así—amenazó el ojeroso mientras aún admiraba en su mente aquella dulce y placentera escena.

—Si claro —Respondio con sarcasmo mientras cambiaba la cuchara que había dejado caer por una nueva