.¿QUE SE NECESITA PARA HACERTE FELIZ?

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—Capitulo 23:—

Cuanto había pasado, ¿Uno... Dos... Siete meses?, de echo casi dos años, pero. Nisiquiera se molestaba en llevar la cuenta de los días y noches que transcurrían, no era necesario. Mientras sepa cuánto tiempo pasó, más pesar habrá en su consciencia.

Desde que se fue del lado de Sanji, la soledad lo atacó terriblemente los primeros días y meses. Pero gracias a ello abrió los ojos de nuevo, tanto tiempo mimado lo había vuelto un bueno para nada. A tal de punto que casi muere de hambre por no querer matar animales mucho menos a un humano que haya visto de casualidad. El recuerdo de cómo sanji los reprendía por aquellos impulsos hicieron terriblemente mal su supervivencia.

Peor aún cuando dos meses después emigró hacia el Sur con una manada vecina, la época de caza se acercaba y con ella los conflictos entre humanos y bestia. He incluso, las bestias misma se atacaban entre ellos por los territorios robados.

El mismo fue testigo de la violencia y la carnicería que hubo, no tuvo otra opción que seguir solo después de eso. Ya no era ese animal que le encantaba la violencia y la soberanía por territorio. El ya tenía el suyo. Al lado de Sanji, solo tenía que saber cuando volver.

La respuesta era simple... Cuando estuviera listo, listo para afrontar que había más que Sanji en el mundo. Que podría dejarlo ir cuando lo quiera o sea necesario, cuando sepa. Que realmente puede vivir sin el.

Sanji era su todo. Por el aún seguía vivo y aún le debía la vida, pero se había aferrado a él de una manera enferma, que se le había imposible vivir. Necesitar su sangre, y que en sus ataques no tenga piedad. Era algo que debía cambiar. Y claro que lo haría

Solo necesitaba un poco más de tiempo.

...

Entre sus manos aguardaba un pequeño melón, un poco rosado. Muy duro y con un olor extraño, dudaba en compralo porque estaba casi seguro de que aún seguía verder.

—¿Tú qué opinas?—Volteo hacia Luffy aún sosteniendo el pequeño melón—¿Crees que esta bueno?

—¡Solo compra uno y ya!—Se quejo, ya llevaban una hora dando vueltas en todo el mercado. Sanji se tomaba largo tiempo cuando agarraba una fruta o verdura.

—Que poca clase...

Echo el melón en su bolsa y pago lo que le debía.

Al volver a casa Sanji preparo la cena, alimento a Luffy, se alimento a el mismo. Una dosis y a la cama.
Sin embargo, esa noche Sanji no pudo dormir. Estaba demasiado ocupado pensando en cosas que no tenian sentido. Y llorando porque extrañaba a Law y Zoro, aún después de tanto tiempo seguía aferrada a su memoria, sabía en el fondo de su corazón que ambos volverían, pero

¿Cuando?

¿Porque lo harian?

¿Porque regresarían con alguien como el?

Se fueron sin decirle adiós de frente, una simple carta, un corazón roto. Un alma apagada. Se decía estúpido todas las veces que pensaba en eso, pero por más que quisiera era imposible olvidar.

Creía que lloraba solitariamente, pero. Durante todas esas noches de melancolía entre los recuerdos Sanji nunca estuvo solo. Luffy con su increíble capacidad auditiva oía sus llantos, sus lágrimas gotear y llegar al suelo. Pero lejos de estar igual de triste, estaba realmente molesto.

Entonces fue aquella noche que se armó de valor y con un coraje digno de una bestia como el derrumbó la puerta de una patada. La mirada sorprendida y confundida de Sanji envuelta en una capa cristalina lo decía todo.

.LAS MASCOTAS DE SANJI.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora